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Opinión: la oposición polaca muestra los dientes

Bartosz Dudek8 de mayo de 2016

Cientos de miles de personas salieron a las calles para expresar su descontento con las políticas del gobierno nacional-conservador. La mayoría que aún respalda al Ejecutivo podría desmoronarse, opina Bartosz Dudek.

Imagen: Reuters/K. Pempel

Por enésima vez la capital polaca fue escenario este fin de semana de una protesta masiva contra el gobierno unipartidista nacional-conservador de Jaroslaw Kaczynski. Según algunas estimaciones, en la manifestación había más de 200.0000 personas. Si así fue, estaríamos ante la mayor exhibición de fuerza contra el Gobierno desde que asumió el mando, en octubre de 2015.

La manifestación es, sin duda, un éxito para la oposición, liderada por la liberal Plataforma Ciudadana del exministro de Exteriores Grzegorz Schetyna. También se torna evidente que una parte de la sociedad, en especial la que habita en las grandes ciudades, no está dispuesta a aceptar tan fácilmente el estilo de gobierno de Kaczynski.

Bienestar ayuda a Kaczynski

Dudek Bartosz, de la redacción polaca de DW.

La gigantesca manifestación no debe ocultar a los ojos de los observadores, sin embargo, que Kaczynski y los suyos tienen el control total de la situación. Principalmente entre los pobres y la población rural, el dirigente cuenta con una enorme popularidad. Si creemos en los resultados que entregan las encuestas, el partido Ley y Justicia (PiS) ganaría las elecciones si estas fueran hoy mismo.

El motivo para ello es, ante todo, el recientemente instaurado aporte estatal por hijo, que significa un importante apoyo financiero para las familias más pobres del país. La parálisis del Tribunal Constitucional o la conversión de los medios de comunicación públicos en verdaderos agentes de difusión del Gobierno no repercuten tanto para los electores más desposeídos.

Un mal augurio

A pesar de todo ello, los cientos de miles de manifestantes en las calles no son un buen augurio para el Gobierno ni para el partido de Kaczynski. Si, como hasta ahora, el dirigente sigue sin acercarse a la oposición ni dispuesto a hacer concesiones, las protestas subirán de tono y en algún momento se hará evidente el malestar también en las encuestas. Hasta que eso ocurra, sin embargo, posiblemente hay todavía un largo trecho.


Para aprender: aquí puede usted leer la versión original de este artículo en alemán

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