Desde el fallido golpe de Estado en Turquía, Erdogan persigue al movimiento de Gülen. Esto no corresponde a los intereses de Occidente, dice Rainer Herman, del Frankfurter Allgemeine Zeitung.
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Eran compañeros de ruta, pero ahora son enemigos mortales. Juntos representan el surgimiento de una nueva elite anatólica, representada por el político Recep Tayyip Erdoganl y el predicador Fethullah Gülen. Ambos nunca trabajaron juntos, pero se complementaban bien.
Por lo pronto, Gülen ehortó a vivir un islam aorde con estos tiempos y reivindicó una educación moderna, lo que fomentó el despertar de Anatolia. Los turcos se inspiraron en su movimiento y pusieron en el centro la educación y el diálogo con los no musulmanes. Pero no se organizaron con membresía, lo que más tarde les ha costado que los acusen de poco transparentes.
Los frutos cosechados por Erdogan, que se convirtió en líder político de la descuidada Anatolia y la llevó al poder en Ankara. Al comienzo, Erdogan dependía de la elite educada del movimiento de Gülen y la integró al aparato burocrático. Luego, neutralizó a todos sus rivales políticos hasta que se tropezó con Gülen y su movimiento. Sus seguidores no se subordinaron a Erdogan y, por el contrario, criticaron las reformas y el estilo autoritario del mandatario. El 2013, fiscales cercanos a Gülen destaparon un escándalo de corrupción que involucraba a Erdogan, quien decidió declarar la guerra al movimiento de Gülen. Desde el golpe de Estado del 15 de julio quiere borrarlo del mapa. Gülen ha dicho que no tiene nada que ver con el golpe, que fue planeado por una heterogénea alianza de generales de la vieja elite descontentos y oficiales cercanos a Gülen.
El movimiento se amplió en las pasadas décadas y hoy está activo en todo el mundo, con miles de escuelas secundarias y varias universidades. Diplomáticos turcos están pidiendo el cierre de las escuelas. ¿Deberían ceder los Gobiernos? Sería devastador. En el propio país, las escuelas sauditas llenarían el vacío; en otros, la nueva clase media turca, inspirada en Gülen, estaría en riesgo. La mayoría son académicos y -a diferencia de los partidarios de Erdogan- están integrados a sus sociedades. Esta persecución, además, lucha contra un islam tolerante, que es compatible con la democracia occidental y con una sociedad pluralista. Eso no puede corresponder a nuestros intereses.
Turquía: un país en estado de excepción (17.07.2016)
Noche de horror: el fallido intento golpista transformó a Turquía en un escenario de guerra. Más de 290 personas murieron. ¿Una guerra civil amenaza al país?
Imagen: Getty Images/E.Ortac
Derramamiento de sangre en el Bósforo
Derramamiento de sangre de los habitantes de Estambul en las cercanías del puente del Bósforo. Después que la noche del sábado los militares lo cerraran, se produjo un choque entre civiles y soldados. Durante el combate producido por el intento de golpe de Estado murieron más de 290 personas en todo el país, según declaraciones del Gobierno.
Imagen: Getty Images/B.Kilic
Apisonadora de la destrucción
Sorpresivamente salen tanques a las calles durante la noche en varias ciudades. Los militares turcos anuncian la toma del poder. Los blindados aplastan autos en las calles de Estambul y Ankara y convierten al país en un escenario bélico.
Imagen: picture-alliance/dpa/T.Bozoglu
Luz fuera del Parlamento
Luego del bombardeo al Parlamento en Ankara, el edificio quedó reducido a escombros y cenizas. Aviones de combate realizaron un vuelo rasante sobre la capital y la población entró en pánico.
Imagen: picture-alliance/dpa/B.Uzun
¿A quién le pertenece el “Monumento de la República”?
El Ejército no sólo cerró el puente del Bósforo, sino que ocupó la plaza Taksim, en el centro de Estambul. Los soldados se posicionaron delante del “Monumento de la República”.
Imagen: Reuters/M. Sezer
Ícono de la resistencia
Los partidarios del presidente Erdogan también protestaron en la plaza. Aquí un soldado apunta su fusil contra un hombre que lo enfrenta. El Ejército abrió fuego sobre la multitud que protestaba en la plaza.
Imagen: picture-alliance/dpa/U.O.Simsek/
Calma después de la tormenta
Hasta la última camisa: luego del fallido golpe, los soldados implicados dejaron sus uniformes y armas en el puente del Bósforo y huyeron.
Imagen: Getty Images/G.Tan
Golpeados en la huida
La tortilla se volteó: luego de la capitulación de las Fuerzas Armadas, los soldados huyen de la multitud enfurecida en un bus.
Imagen: Reuters/M.Sezer
Un baño de multitudes
El presidente Recep Tayyip Erdogan regresó a Estambul el sábado en un vuelo que fue recibido con júbilo por una gigantesca multitud. Erdogan anunció que los golpistas serían duramente castigados.
Imagen: Reuters/H.Aldemir
¡Se acabó!
Los partidarios del presidente Erdogan se sienten triunfantes y agitan la bandera de Turquía luego que el Ejército se retiró. El golpe de Estado había fracasado.
Imagen: Getty Images/G.Tan
Posando sobre el tanque
Recuerdo grotesco: una madre le toma una foto a su hija mientras posa sobre un tanque. El vehículo blindado se mantuvo en el puente del Bósforo rodeado por la policía.