En México el Papa denunció muchos males que aquejan a la sociedad. Eso seguramente consuela a muchos, pero no ayuda. Y es que, en opinión de Uta Thofern, Francisco no aportó ninguna solución.
Publicidad
Una vez más el Papa movió a las masas. En todas las estaciones de su recorrido por México fue aclamado por multitudes. No olvidó nada, puso el dedo en todas las llagas: la violencia, la pobreza, la indiferencia de los poderosos, el menosprecio hacia los indígenas, los desaparecidos, las terribles condiciones en las cárceles, la miseria de la migración, la frontera con Estados Unidos. Incluso le quedó tiempo para dirigir unas cuantas palabras críticas a su propia Iglesia.
Masas eufóricas y críticas
No solo tiene asegurado el aplauso de las masas, también la mayor parte de la prensa internacional se ha mostrado entusiasmada. Y aún así hay reproches. ¿Debió el Papa criticar más abiertamente al presidente mexicano? ¿Por qué no se reunió con los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa? Apenas mencionó los innumerables feminicidios que aún no han sido esclarecidos, y tampoco se pronunció sobre los casos de pederastia en la Iglesia Católica. ¿Y acaso no legitimó con su viaje un Gobierno odiado por tantos, dándole la oportunidad de producir muchas imágenes bellas y coloridas?
Claro que lo hizo. El Papa también revalorizó al Gobierno cubano con su estancia en la isla, pese a las continuas violaciones de los derechos humanos. En medio de la campaña electoral argentina ofreció a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner un escenario para lucirse, pese a que la mandataria había librado una lucha enconada contra Bergoglio cuando este era arzobispo de Buenos Aires.
Y en Bolivia y Ecuador apenas rechazó los intentos de los presidentes por instrumentalizarlo para sus propios fines. Las críticas del Sumo Pontífice contra el estilo de gobierno autoritario de ambos fueron muy discretas.
El efecto de las acciones del Papa
A eso se le llama realpolitik. No tiene que gustarle a nadie, pero con el martillo muy pocas veces se alcanzan compromisos. Por supuesto que todo lo que un papa hace también tiene un peso político. El problema está en que este papa no es ningún político y, por lo visto, tampoco quiere serlo. De ahí que el efecto de sus palabras y acciones muchas veces sea confuso, a veces incluso contraproducente.
Sí, Francisco siempre pone el dedo en la llaga, hasta que duele. Pero para aliviar el dolor solo ofrece una pomada blanca. Los criticados muchas veces incluso aceptan las críticas del Papa, ya sea que condene el capitalismo o el consumo de drogas en EE. UU. Después de todo, un poco de autoflagelación no hace daño a nadie. Después uno se siente mejor y puede volver a la rutina diaria.
Una crítica fundamental indiferenciada
Cuando un papa no diferencia, el margen de interpretación es demasiado grande e impide que realmente se logre inducir un cambio. Al mismo tiempo, despierta esperanzas que nadie puede satisfacer. En Ciudad Juárez, junto a la fuertemente controlada frontera entre México y EE. UU., Francisco habló de “migración forzada”. Un sinónimo del terrible término de la “limpieza étnica”, de la expulsión de personas por su nacionalidad y religión. Pero aquellos que buscan llegar a EE. UU. atravesando el territorio mexicano no huyen de la persecución política, sino de la miseria. Cuando no se destaca esta diferencia, se encubren las responsabilidades y, como consecuencia, no se pueden combatir las causas.
Con una crítica al sistema tan amplia e imprecisa, el Papa mismo carga con la responsabilidad de encontrar una salida a la miseria. Por ello no debería sorprender que pese a su devota atención muchos se sientan desatendidos y decepcionados. Tampoco debería sorprender que no solo los familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa querían estar sentados en primera fila durante su visita. Al joven que lo jaló tras la misa en Morelia para recibir su bendición Francisco le dijo: “¡No seas egoísta!”
No obstante, los humanos somos egoístas y hacer política consiste en mediar entre intereses particulares. Sugerir otra cosa sería ingenuo o simplemente populista. La ingenuidad a veces puede ser considerada simpática. El populismo, en cambio, no lo debemos tolerar. Y es por ello que un Papa siempre debería hacer realpolitik.
El Papa Francisco en México
En su visita a México, Francisco recorre más de 400 kilómetros. La visita no solo despierta esperanza y alegría, también se espera que denuncie los problemas que aquejan al país. Aquí sus estaciones más importantes.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Méndez
Apostolado y palabras críticas
En su visita a México, Francisco recorre más de 400 kilómetros. La visita no solo despierta esperanza y alegría, también se espera que denuncie los problemas que aquejan al país. Aquí sus estaciones más importantes.
Imagen: Getty Images/AFP/H. Guerrero
Ciudad de México: grandes expectativas
El 12 de febrero, el papa Francisco llegó a México, país que visita por primera vez y que recorrerá hasta el 18 de ese mes. El Sumo Pontífice fue recibido calurosamente por miles de personas. No obstante, la visita papal también genera grandes expectativas: se espera que se pronuncie claramente sobre temas difíciles como la pederastia, el narcotráfico, la desbordante violencia y la corrupción.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Cruz
Palacio Nacional: ¿adiós al laicismo?
No solo se trata del primer viaje del Papa Francisco a México, sino que también es la primera vez que un jerarca católico visita la sede del Poder Ejecutivo de ese país, el Palacio Nacional. Allí Bergoglio fue recibido por el presidente Enrique Peña Nieto y la primera dama. La enorme atención que el mandatario mexicano dio al Papa ha suscitado críticas por falta de laicismo.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Nunez
Misa en la Basílica de Guadalupe
El presidente Peña Nieto también asistió junto a su familia a la misa que Francisco ofició en la Basílica de Guadalupe. El mandatario y su esposa recibieron la comunión durante la misa papal, en la que Francisco oró por los excluidos y las personas que han perdido a algún familiar por violencia criminal. Peña Nieto es el primer político de su partido que acude a una ceremonia religiosa pública.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Guzman
Feminicidios
En la imagen, mujeres protestan frente a la Catedral Metropolitana en la capital mexicana contra la violencia de género. Tras recorrer la Ciudad de México, el Papa se dirigió al estado de México, uno de los más peligrosos para las mujeres en el país. Tan solo en los últimos dos años se han registrado allí más de 600 feminicidios.
Imagen: Reuters/E. Garrido
Misa en Ecatepec: las “tres tentaciones”
En el municipio de Ecatepec, en el estado de México, el Papa celebró una misa multitudinaria en la que condenó la ambición de dinero, fama y poder y advirtió al público no dejarse seducir por esas “tentaciones”. El Papa católico también fue declarado visitante distinguido de Ecatepec, donde recibió las Llaves de la Ciudad.
Imagen: Reuters/H. Romero
Chiapas: misas en lenguas indígenas
Francisco también visitó el estado de Chiapas, uno de los más pobres del país, donde honró a los pueblos indígenas. Ante decenas de miles de integrantes de etnias mexicanas pidió perdón por siglos de maltrato y exclusión. El Papa también autorizó formalmente que se oficien misas en lenguas indígenas.
Imagen: picture-alliance/dpa/U. R. Basurto
El Papa reivindica al “Tatic”
En la Catedral de San Cristóbal de las Casas, Francisco rezó de pie frente a la tumba del obispo Samuel Ruiz. En Chiapas, el defensor de los derechos de los indígenas es apodado cariñosamente “Tatic”, que en lengua tzotzil quiere decir “padre”. Con su homenaje, el Papa reivindicó la memoria de Samuel Ruiz, que en el pasado fue considerado por el Vaticano un peligro para los fieles.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/E. Verdugo
¿Y los 43?
Ya antes de su visita, el Papa anunció que no se reuniría con los padres de los 43 normalistas desaparecidos. Según Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, Francisco quiere tratar por igual a todos los familiares de desaparecidos, sin dar prioridad a algunos. Durante la gira, Lombardi ha criticado intentos de “presionar” al Papa para reunirse con los padres de los estudiantes de Ayotzinapa.
Imagen: Getty Images/AFP/Y. Cortez
Víctimas de pederastia clerical
Si bien el Papa ha condenado oficialmente la pederastia, víctimas mexicanas de abusos sexuales por parte del clero católico se han mostrado decepcionadas con la visita de Francisco. Sobre todo les ha indignado la presencia del cardenal Norberto Rivera Carrera (en la imagen), que se ha paseado con el pontífice en el papamóvil. Rivera es acusado de proteger a los pederastas clericales mexicanos.
Imagen: picture-alliance/dpa/Maxppp/D. Giagnor
Morelia: realidad desafiante
En la quinta jornada de su gira, el Papa visita la ciudad de Morelia, capital del estado de Michoacán. Esta región del país vio surgir en 2013 las primeras autodefensas, civiles armados que buscan defenderse ante la fuerte presencia del narcotráfico y la impotencia de las fuerzas de seguridad estatales. Allí, el Papa exhortó a los religiosos a no resignarse ante la realidad desafiante.
Imagen: picture-alliance/dpa/U. R. Basurto
Ciudad Juárez: misa fronteriza
Francisco concluirá su gira con una misa multitudinaria junto al Río Bravo, en la frontera con Estados Unidos. Su estancia en Ciudad Juárez simboliza sobre todo su compromiso con los migrantes. Además, la visita del Papa al penal Cereso 3 cobra especial relevancia tras los trágicos sucesos en la cárcel de Topo Chico que la semana pasada dejaron decenas de muertos.