Opinión: Libertad de prensa, pilar de toda democracia
Ines Pohl
29 de diciembre de 2018
Las restricciones a la libertad de prensa ya no son solo un problema de países autoritarios. También está amenazada en cada vez más democracias, poniendo en peligro su esencia, dice Ines Pohl, jefa de redacción de DW.
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El derecho a la libertad de expresión no es un producto de lujo. Una libertad de prensa sin restricciones no es algo de lo que las democracias puedan prescindir, sino algo que deben defender con todas sus fuerzas. Porque es uno de los pilares de su sistema de gobierno, que garantiza la mayor libertad posible para cada individuo y la mayor protección para las minorías. Solo es posible descubrir, y en el mejor de los casos obstaculizar, la corrupción y las injusticias cuando todos tienen el derecho de expresar libremente su opinión, cuestionar de forma crítica lo que pasa en la política y los negocios, investigar sin obstáculos y publicar el resultado de sus investigaciones.
Lección aprendida de Hitler
Por supuesto que no hay nada nuevo en esta observación. Los alemanes aprendimos de la era nazi lo importante que es la información independiente. No fue una coincidencia que el reinado de terror de Adolf Hitler comenzara con el fin de la libertad de prensa.
¿Pero qué significa todo esto hoy? Ante todo, que nunca podemos dejar de informar sobre la opresión de los periodistas, que no podemos dejar de exigir la liberación de nuestros colegas encarcelados y que exigimos a los que están en el poder que dejen de tratar de restringir la libertad de expresión. Y significa que debemos exigir que nuestro propio gobierno y los partidos de oposición se ubiquen también en esta línea. Diplomáticamente, pero también con medidas de presión cuando sea necesario.
La UE debe reflexionar sobre cómo pretende tratar con los estados miembros que limitan la libertad de prensa, en los que se cambian las leyes respectivas, se despide a los jueces críticos y se silencia a los opositores. Debe quedar meridianamente claro a los países aspirantes en las conversaciones de adhesión que la libertad de prensa no es negociable y que sin ella no hay posibilidad de ser miembro de la Unión Europea. Las actitudes laxas hacia los nuevos estados miembros en este sentido en los últimos años han pasado factura.
Las tendencias que vemos en Europa son todo menos banales. Y las cosas están llegando a un punto crítico en países como Polonia, Hungría o Rumania. La situación de blogueros y periodistas ciudadanos, que en muchos lugares son una de las pocas fuentes de información independiente, se ha deteriorado hasta el punto de resultar actividades potencialmente mortales. Trece de ellos fueron asesinados este año en todo el mundo, casi el doble que en 2017.
Trump ataca a la prensa
Pero la violencia directa contra los periodistas no es la única amenaza. Políticos como Donald Trump o Vladimir Putin saben dónde atacar al periodismo: en su activo más valioso, su credibilidad. Cuando el presidente de Estados Unidos acusa a los medios de comunicación de difundir "noticias falsas", se trata de mucho más que de simplemente distraer la atención de sus propias mentiras. Es una estrategia a largo plazo diseñada para socavar la credibilidad de sus críticos más peligrosos y así debilitar a aquellos que están en vías de descubrir sus intrigas y sus motivos ocultos.
Eso también significa que los periodistas y las empresas de medios deben enfrentar el desafío y realizar su investigación con mayor esmero, cuestionar a sus propios colegas de manera aún más crítica y admitir los errores sin reservas. Pues cada montaje premeditado, cada exageración infundada y cada noticia sesgada juegan a favor de quienes intentan evitar que los ciudadanos se informen para poder formarse sus propias opiniones. Y este es al final el requisito indispensable para que las elecciones sean realmente democráticas.
Autora: Ines Pohl (lgc/dzc)
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Libertad de prensa: periodistas en la mira (02.05.2017)
Perseguidos, detenidos, torturados, asesinados: los periodistas son atacados por gobiernos, carteles o extremistas religiosos. En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, DW les presenta a algunas víctimas. (02.05.2017)
Imagen: Getty Images/AFP/S. Hamed
China: Gao Yu
Periodistas disidentes, blogueros y activistas viven en China bajo una gran presión. Gao Yu, exr colaboradora de DW, fue detenida en 2014 y condenada en abril de 2015 a siete años de prisión por supuesta “filtración de secretos de Estado”. Bajo la presión internacional se le permitió salir de la cárcel y cumple su condena bajo arresto domiciliario.
Imagen: DW
Rusia: Nikolai Andruschtchenko
Tras una golpiza en calles de San Petersburgo, Nikolai Andruschtschenko sucumbió a sus heridas el 19 de abril de 2017, a los 73 años de edad. El periodista escribió sobre violaciones de los derechos humanos y delincuencia. En su último reportaje, Nikolai Andruschtchenko investigó sobre cómo el presidente Wladimir Putin había llegado al poder.a través de enlaces criminales y la KGB.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Usov
México: Miroslava Breach
Miroslava Breach fue literalmente ejecutada, al frente de su casa, el 23 de marzo de 2017 por un sicario que le dio ocho disparos en la cabeza. La periodista informaba sobre la corrupción y los crímenes de los carteles mexicanos de la droga. Miroslava Breach es una de los tres periodistas asesinados en marzo en México.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/C. Tischler
Irak: Shifa Gardi
La reportera Shifa Gardi murió el 25 de febrero de 2017, cuando una mina explotó en uno de los frentes de la guerra en el norte de Irak. Nacida en Irán, trabajaba para el canal de noticias kurdo Rudaw en Erbil e informaba sobre la lucha entre las fuerzas iraquíes y las milicias islamistas. En cercanías de Mossul, el Estado Islámico acostumbra a secuestrar, desterrar y matar a periodistas.
Imagen: picture alliance/dpa/AA/F. Ferec
Bangladesch: Avijit Roy
"Mukto Mona" o "Espíritu libre" era el nombre del blog crítico del islamismo radical de autoría de Avijit Roy, un "humanista secular". Avijit Roy vivía en EE. UU., desde donde viajó a la Feria del Libro a Dacca en febrero de 2015. Allí, fanáticos religiosos lo descuartizaron en la calle a machetazos. En Bangladesh, los bloggers siguen siendo perseguidos y asesinados por extremistas.
Imagen: Getty Images/AFP/M. U. Zaman
Arabia Saudí: Raif Badawi
A diez años de prisión y 1.000 latigazos fue condenado este activista internáutico por haber, supuestamente, “insultado el Islam”. Raif Badawi se encuentra en prisión desde 2012. En enero de 2015 fue azotado públicamente por primera vez. Canadá le ofreció asilo a su esposa Ensaf Haidar y sus hijos.
Imagen: Imago/C. Ditsch
Turquía: Deniz Yücel
El periodista germano-turco Deniz Yücel se encuentra en una prisión turca desde febrero de 2017. Las acusaciones contra el corresponsal del diario berlinés "Die Welt": propaganda terrorista e incitación a la rebelión. Las autoridades, empero, no han presentado una sola evidencia. Más de 140 trabajadores de los medios han sido detenidos desde el intento de golpe de Estado en julio de 2016.
Imagen: picture-alliance/dpa/C.Merey
Azerbaiyán: Mehman Huseynov
Huseynov, uno de los videobloggeros más populares Azerbaiyán, publica una revista digital sociopolítica en la que critica la corrupción y violaciones de derechos humanos. Su campaña "caza de funcionarios corruptos" apunta a los más altos cargos involucrados en casos de corrupción en su país. Ha sido amenazado en repetidas ocasiones y condenado en marzo de 2017 por difamación a dos años de prisión.
Imagen: twitter.com/mehman_huseynov
Venezuela: Braulio Jatar
El periodista chileno-venezolano Braulio Jatar, editor del portal Reporte Confidencial, fue detenido el 3 de septiembre de 2016 por presunta "legitimación de capitales". Se cree empero, que su aprehensión se debe a que fue uno de los primeros en dar a conocer el cacerolazo a Nicolás Maduro en Villa Rosa, Nueva Esparta. “Braulio Jatar lleva 8 meses preso por informar", dijo su hermana Ana Julia.
Imagen: el-nacional.com
Cuba: Detenciones temporales, ¿la nueva estrategia contra la prensa?
Maykel González, de El Estornudo, fue retenido el 24 de abril en la Universidad Central Marta Abreu, cuando hacía reportaje sobre expulsión de la estudiante Karla Pérez. El periodista fue interrogado varias horas y confiscados sus equipos. Por otro lado, Reporteros sin Fronteras recuerda a Yoeni Guerra, de Yayabo Press, preso desde el 13 marzo 2014, y José Torres, de Granma, desde mayo de 2011.