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Los rebeldes tienen que entregar Alepo

Carsten Kühntopp
9 de diciembre de 2016

Las tropas del Gobierno sirio siguen avanzando en Alepo y soldados obtienen ahora el control de toda la ciudad vieja. La batalla ya está decidida, opina Carsten Kühntopp.

Syrien Aleppo
Imagen: Getty Images/AFP/AMC/Z. Al-Rifai

Alepo oriental está a punto de caer. Desde 2012, este sector de la ciudad, una vez la metrópolis económica de Siria, ha estado en manos de los rebeldes sirios. Pero ya no se trata de meses o semanas, sino apenas de días para que los rebeldes sean derrotados allí y toda la ciudad quede bajo el control de Bashar al Assad.

Las tropas de Assad son sorprendentemente rápidas

La velocidad con la que en las últimas semanas los rebeldes han perdido vecindario tras vecindario a las tropas de Assad es sorprendente. Casi nadie esperaba que su resistencia se derrumbara tan rápidamente. Y es que hace solo unos meses que los rebeldes habían luchado con éxito para crear una pequeña brecha en el asedio de la ciudad. Incluso parecía que serían capaces de derrotar a las fuerzas de Assad.

La lucha sin fin convierte la vida en Alepo en un infierno

Entonces todo cambió. ¿Por qué? Porque Alepo oriental ha estado meses separada del mundo exterior; apenas hay suficiente para comer y beber. Los aviones de combate sacuden la zona acompañados de interminables bombardeos de artillería. Los hospitales y clínicas han sido intencionalmente dañados o destruidos. Todo esto desmoraliza incluso a los rebeldes más experimentados, y hace de la vida un infierno para cualquier persona en el enclave.

Una estrategia brutal pero eficaz

Carsten Kühntopp informa desde El Cairo para la red alemana de radiodifusión ARD.Imagen: BR/Foto: Theresa Högner

La táctica de Assad es medieval y terriblemente brutal; como en repetidas ocasiones ha denunciado las Naciones Unidas. El régimen de Assad viola los derechos humanos y demuestra ser eficaz en su estrategia. El apoyo de Rusia e Irán le ha dado al Gobierno sirio una ventaja decisiva que está aprovechando al máximo.

La población civil está atrapada en el frente de batalla. Miles de personas que no pueden o no quieren huir están atascadas. El enclave rebelde en el que viven se está encogiendo, apretándose como una soga. Y con cada día que pasa, los combates se comprimen más y más.

El destino de Alepo está decidido

El destino de Alepo ya está decidido y no tiene revés. La oposición ha perdido la ciudad. Los rebeldes no tienen la oportunidad, militarmente, de cambiar la marea; la resistencia que perdura contra las unidades leales a Assad es simplemente inútil.

Nadie sabe qué pasará con el pueblo de Alepo oriental si los rebeldes se rinden: tortura, desplazamiento, actos de venganza, todo es posible. Pero lo que está claro es que Assad continuará el bombardeo sin piedad si los rebeldes siguen luchando. En tal caso, las vidas de decenas de miles seguirían en peligro. Y es por esto que los rebeldes en Alepo deben rendirse. Se lo deben a los civiles atrapados en medio de la guerra. Mejor un fin terrible que un terror sin fin.

Autor: Carsten Kühntopp

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