Con solo un llamado telefónico, Donald Trump ha puesto patas arriba la política estadounidense hacia China de las últimas décadas. Eso confirma su fama de persona impredecible, opina Philipp Bilsky.
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La reacción de Pekín fue la esperada. El ministerio de Exteriores chino protestó y dejó claro que China solo hay una. Pero también se escucharon voces irritadas por la otra parte. La Cámara de Comercio Exterior estadounidense en China declaró que esperaba que la nueva administración "acepte el statu quo”. Y la Casa Blanca se apresuró a recalcar que no cambiará la "política largo tiempo vigente” hacia China.
¿Qué fue lo que sucedió? Donald Trump mantuvo una conversación telefónica con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen. Tras perder la guerra civil contra los comunistas de la China continental, Taiwán se escindió. Desde la perspectiva de Pekín, la isla sigue siendo parte de China. El Gobierno de EE.UU. rompió las relaciones diplomáticas con Taiwán en 1979 y mantiene desde entonces la política de una sola China. Un llamado telefónico como que el que tuvo lugar el viernes (02.12.2016) era algo impensable desde el punto de vista diplomático en las últimas décadas.
¿Era Trump consciente de la trascendencia del llamado?
¿Conocía Donald Trump el significado histórico y diplomático que podía tener esa conversación telefónica? Una persona del entorno más cercano del futuro presidente de EE.UU. declaró en la emisora estadounidense CNN que Trump es plenamente consciente de las implicaciones del llamado. Si es así, es normal que emerjan dudas sobre su persona, dada la trascendencia de la acción y otras recientes declaraciones, también sopresivas diplomáticamente, del futuro presidente. Lo único seguro es que, al parecer, la Casa Blanca no fue informada con antelación.
Mucho se conjeturó después de ganar las elecciones de EE.UU. sobre qué significaría la victoria de Donald Trump para las relaciones entre China y EE.UU. Desde la perspectiva China, era un candidato más conveniente que Hillary Clinton en diversas cuestiones, como el conflicto en el Mar del Sur y los derechos humanos. Pero, al mismo tiempo, por lo contradictorio de algunas de sus afirmaciones, Trump era sumamente difícil de catalogar. Con la inesperada ruptura de una de las políticas vigentes durante décadas en las relaciones EE.UU.-China, no hace sino confirmar rotundamente su fama de "Míster Impredecible”. No es una buena señal ante lo complejo de los numerosos conflictos existentes entre China y EE.UU.
Autor: Philipp Bilsky
China: islas artificiales en lugar de diplomacia (02.2015)
El Mar del Sur de China está tranquilo, pero solo en apariencia: China apuesta cada vez más la construcción de islas artificiales para fortalecer su posición en la disputa territorial con sus vecinos.
Imagen: CSIS, IHS Jane's
¿Pistas para bombarderos en el Mar del Sur de China?
Desde fines de 2014, China trabaja en la construcción del “Fiery Cross Reef”, en el margen occidental de las islas Spratly. Expertos del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos, en Washington (CSIS, por sus siglas en inglés), y de la Iniciativa de Transparencia Marítima de Asia (AMTI), suponen que China quiere construir allí una pista para aviones bombarderos del tipo H-6.
Imagen: CSIS, IHS Jane's
Construir en tierra de nadie
El Arrecife de Gaven está en el norte de las islas Spratly. Debido a trabajos de construcción surgieron desde marzo de 2014 115.000 nuevos metros cuadrados de terreno. Los expertos en derecho internacional creen que China está intentando mostrar su fuerza ante disputas internacionales, pero esas islas artificiales no son un recurso legal para sus aspiraciones.
Imagen: CSIS, IHS Jane's
Construcción acelerada
Estas fotos satelitales de 2014 muestran que los trabajos de construcción en el Arrecife de Gaven avanzan aceleradamente. Entre marzo (foto de la izquierda) y agosto (foto de la derecha) surgió una nueva isla artificial.
En el Arrecife Johnson South, China construye también una pista de aterrizaje. Pero es demasiado corta para fines estratégicos. Sin embargo, el mensaje de China a los países vecinos es claro: "Hemos llegado para quedarnos".
Imagen: CSIS
Construcción estandarizada
Las obras de ingeniería chinas en el Arrecife de Hughes se parecen a las del Arrecife de Gaven. Evidentemente, China ya ha desarrollado un proceso de construcción estandarizado para las islas artificiales.
Imagen: AMTI
Protesta de Filipinas
En febrero de 2015, Filipinas presentó una queja diplomática –y no era la primera- contra China. La República Popular China lleva a cabo construcciones, según Filipinas, en el Arrecife Mischief, ubicado a 135 kilómetros de distancia de la isla filipina de Palawan o de La Paragua. Fotos actuales del 19 de enero de este año demuestran que sí lo está haciendo.
Imagen: CSIS
Defensa desesperada
En 1999, el Ejército filipino posicionó el barco “Sierra Madre” en el bajío de Ayungin. Desde entonces, soldados filipinos permanecen allí con el fin de impedir una mayor expansión de China, un juego por tiempo en el que Filipinas lleva las de perder.
Imagen: Reuters
Disputa territorial en el Mar del Sur de China
Los esfuerzos de China por ganar territorio en el Mar de China Meridional se reflejan en el área del grupo de islas Spratly.