Alemania y Francia son los impulsores de la integración de la UE. No obstante, Angela Merkel ha tenido problemas para seguir el ritmo de Emmanuel Macron, opina Jens Thurau.
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El habitual saludo tuvo lugar esta vez en un sitio en construcción: en el Humboldt Forum, en el corazón de Berlín. Nada más apropiado. Y es que mucho se está construyendo actualmente en Alemania y Francia. No obstante, en Francia, a un ritmo más acelerado.
Angela Merkel y Emmanuel Macron no podrían ser más diferentes el uno del otro. Merkel aún no ha completado su carrera política, pero se acerca a la línea de meta después de más de 12 años en el cargo. Macron, por su parte, acaba de iniciar su mandato y está lleno de energía. Macron quiere que la acaudalada Alemania muestre más solidaridad con los países menos afortunados de la Unión Europea, incluida Francia.
Merkel quiere liderar el camino
Desde 2005, Merkel ha dirigido a su partido en un curso decididamente centrista, optando por eliminar gradualmente la energía nuclear y abolir el servicio militar obligatorio. Su política liberal de puertas abiertas en medio de la afluencia de refugiados casi dividió a la Unión europea (UE) en dos, y forzó a los países en transición a adherirse a un estricto programa de austeridad. Una y otra vez, ha insinuado que quería un mandato más para resolver los numerosos problemas que aquejan a la UE en la actualidad. Merkel quiere liderar el camino en este proceso, tal como ha estado acostumbrada a hacerlo.
Sin embargo, hay un problema. Macron tiene una visión concreta para una Europa nueva y diferente, mientras que Merkel no. En términos generales, Macron quiere un tipo de sistema de nivelación fiscal en el que los Estados más ricos de la UE apoyen a los más pobres. El plan de Macron enfrenta una feroz resistencia del partido conservador de Merkel, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), e incluso del ministro de Finanzas socialdemócrata de Alemania, Olaf Scholz, que ha prometido honrar el compromiso austero de su predecesor, Wolfgang Schäuble.
Y no solo eso. Merkel también sabe que los miembros de la CDU, y su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU), tienen reservas sobre la UE. Merkel siempre ha estado más abierta a las reformas europeas que su propio partido. En 2005, cuando el Parlamento alemán votó sobre otorgar a Grecia un tercer préstamo de emergencia, 63 conservadores votaron en contra de la propuesta. En estos días, una respuesta de ese tipo sería el final del Gobierno de coalición de Merkel. Es una situación como esta que la canciller, consciente de su poder, desea evitar. Asimismo, enfrenta críticas de dos partidos de oposición en el Parlamento, de los liberales (FDP) y de la Alternativa para Alemania (AfD), de derecha populista. Ambos bandos son muy escépticos con la UE.
Macron parece liderar el bloque
El centro de poder está cambiando. Merkel necesita reconocer que su influencia está disminuyendo en lo que respecta a la cooperación franco-alemana en asuntos de la UE. Tampoco hay una mayoría en el Parlamento alemán que apoye un acercamiento genuinamente nuevo y progresivo al bloque, así como lo concibe Macron. Tampoco un público cada vez más escéptico de la UE respaldaría semejante proyecto. Ahora, Macron está aumentando la presión. Y ha estado esperando, más o menos pacientemente, que Berlín adopte su visión de la UE. Y es que hasta hace solo unas semanas, Merkel estaba demasiado ocupada tratando de establecer un nuevo Gobierno.
El futuro de la formulación de políticas de la UE, sea lo que sea que traiga, podría hacer que Macron parezca el nuevo líder del bloque, con Merkel detrás, forzada a seguirlo, o no. Para la canciller, el futuro de la UE es un tema esencial, por lo que debe estar muy decepcionada de carecer del poder político necesario para avanzar; Merkel nunca se había encontrado en una posición tan débil. Tal vez ahora esté pagando el precio por nunca haber explicado claramente a la opinión pública alemana lo que planea para la UE. Ahora, puede que sea demasiado tarde.
Autor: Jens Thurau (few/)
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Los ministros de Angela Merkel
¿Quiénes son los ministros del nuevo gabinete de Merkel? Los miembros socialdemócratas se dieron a conocer esta semana. Los conservadores de CDU y CSU ya habían anunciado sus cargos.
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El trotamundos
Heiko Maas (51, SPD) cambia del Ministerio de Justicia al de Relaciones Exteriores. Siendo titular de la cartera de Justicia, desató un amplio debate con su ley contra el odio en internet, y también recibió muchas críticas. Como ministro de RR. EE. podría ganar popularidad. Hay especulaciones acerca de que el político socialdemócrata será el próximo candidato a canciller del SPD.
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El nuevo después de Schäuble
Olaf Scholz (59, SPD) es el sucesor de Wolfgang Schäuble como ministro de Finanzas. El exalcalde de Hamburgo seguirá las huellas de Schäuble y buscará evitar contraer nuevas deudas. Así está fijado en el acuerdo de coalición, aunque eso no le guste a muchos socialdemócratas.
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A Hubertus Heil le espera mucho trabajo
El antiguo secretario general del SPD Hubertus Heil, de 45 años, será el nuevo ministro de Trabajo y Asuntos Sociales. Este Ministerio (BMAS) dispone de un presupuesto de más de cien mil millones de euros. En consecuencia, es la cartera con los mayores gastos.
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Jóven y del Este
Franziska Giffey (39, SPD), la actual alcalde del barrio de Neukölln, en el Este de Berlin, se convertirá en ministra de Familia. A Giffey se le conoce como defensora de la Ley y el orden. Con esto se hizo un nombre en el barrio, que tiene fama de ser “un vecindario problemático”.
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De ministra regional a federal
Tiene experiencia como ministra a nivel regional. En el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Svenja Schulze (49, SPD) dirigió hasta 2017 el Ministerio de Investigación. La secretaria general de los socialdemócratas en ese estado, sucede a la saliente ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks.
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La navaja suiza del SPD
La ministra de Familia Katarina Barley (49, SPD) se encargará de la carera de Justicia, que hereda del socialdemócrata Heiko Maas, quien será el próximo ministro de Relaciones Exteriores. Barley aboga por el fortalecimiento de los derechos de las mujeres, y exige que se fomente la igualdad de género en todo los ministerios.
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El arma secreta de Angela Merkel
Merkel siempre pudo confiar en Peter Altmeier (59, CDU), también durante la crisis de los refugiados. Ahora, el antiguo jefe de la cancillería se ocupará del Ministerio de Economía y Energía. Después de la pérdida del Ministerio de Finanzas a manos del SPD, el nuevo ministerio de Altmeier es considerado particularmente importante para la CDU.
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Muy cerca de la canciller
Helge Braun (45, CDU) también es un hombre en el que Angela Merkel confía, según se cuenta en Berlín. Hasta hace poco era secretario de Estado. Ahora se convierte en el sucesor de Peter Altmeier y ocupa el cargo de jefe de la cancillería. La digitalización es el tema fuerte de Helge Braun.
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Continuidad en la Defensa
Ursula von der Leyen (59, CDU) estuvo bajo presión recientemente por el tema del equipamiento y la preparación operacional del ejército. Von der Leyen, quien anteriormente ya fue ministra de Familia durante el gobierno de Merkel, también se baraja como próxima Secretaria General de la OTAN. Ese puesto quedará libre en dos años. Al menos hasta entonces ella seguirá como ministra de Defensa.
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Joven y experta
Julia Klöckner (45, CDU) proviene de Renania-Palatinado en el suroeste de Alemania, un estado federado con mucha agricultura. La presidente adjunta de la CDU está familiarizada con el tema. En el próximo gobierno ella dirigirá el Ministerio de Agricultura.
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Joven, crítico, ambicioso
Jens Spahn (37, CDU) será el nuevo ministro de Salud. Proviene de Renania del Norte-Westfalia y es considerado un crítico de Merkel. Los medios extranjeros lo ven como un posible sucesor de la canciller.
Imagen: picture alliance/dpa/M. Kappeler
Siempre hay una sorpresa
El nombramiento de Anja Karliczek (46, CDU) como jefa del Ministerio de Educación fue una sorpresa. La graduada en administración de empresas ganó dos veces seguidas un mandato directo para el parlamento federal. Desde enero de 2017 es directora administrativa del grupo parlamentario conservador CDU/CSU.
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El caso especial de la cultura
La cultura no tiene su propio ministerio en Alemania ya que tradicionalmente es asunto de los estados federados. El gobierno en Berlín solo tiene a una secretaria de Estado. La Comisionada del Gobierno Federal para la Cultura y los Medios seguirá siendo Monika Grütters (56, CDU).
Imagen: picture-alliance/dpa/B. von Jutrczenka
Un nuevo hogar para el jefe de la CSU
Horst Seehofer (68, CSU), quien hasta hace poco era el primer ministro de Baviera, se convertirá en el nuevo ministro del Interior. Seehofer pretende impulsar una política migratoria más restrictiva.
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Regresando al Ministerio de Transporte
Andreas Scheuer (43, CSU) fue secretario general de su partido. Anteriormente fue secretario de Estado en el Ministerio de Transporte, Construcción y Desarrollo Urbano. Ahora se convierte en titular de esa cartera, que incluye también el tema de la digitalización.
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Müller se queda
Ningún ministro, excepto el de Relaciones Exteriores, viaja tanto por el mundo como el ministro de Desarrollo. Gerd Müller (62, CSU) seguirá al mando de la cartera. La lucha contra las causas de la migración a través del desarrollo es una de sus principales tareas.
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Ella cede, pero se mantiene
"Al menos nos quedamos con la cancillería", bromearon algunos políticos del partido conservador CDU, después de haberse enterado de que la líder del partido, Angela Merkel (63), había entregado el Ministerio de Finanzas al SPD en las negociaciones para formar una gran coalición. De no haberlo hecho, una nueva coalición hubiese sido poco probable.