Opinión: Merkel y Putin, aliados en tiempos de incertidumbre
Michaela Küfner
19 de agosto de 2018
Los líderes de Alemania y Rusia se reunieron por segunda vez en tres meses. Gracias a Donald Trump, Berlín y Moscú hacen frente común, opina Michaela Küfner.
Imagen: Reuters/A. Schmidt
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El formato dice mucho: las declaraciones de Angela Merkel y Vladimir Putin ante la prensa fueron sin preguntas. En los diez minutos que duró la conferencia con los reporteros, ambas partes actuaron deliberadamente como si se tratara de una muy cohesionada pareja de políticos. No es de extrañar, después de todo, ya cumplen más de una década de estrecha coexistencia.
Cuando Merkel habla de la gran responsabilidad que Berlín y Moscú tienen en conflictos como los de Siria y Ucrania, se refiere sobre todo a generar condiciones de estabilidad para el retorno de los refugiados. De esa forma, envía una señal a quienes atizan la discusión sobre los inmigrantes en Alemania. Un punto a su favor. Pero su intento de estabilizar Ucrania a través de garantías rusas relacionadas con el suministro de gas contó con el rechazo de Putin. Un punto en su contra.
Y no podía ser de otra forma, pues para el presidente ruso el gasoducto NordStream 2 es un "proyecto puramente económico". Bien, también Merkel tardó varios años en reconocer públicamente que ese gasoducto se construyó para eludir a Ucrania como país de tránsito, una decisión que tiene una dimensión política imposible de pasar por alto. Podrían buscarse otros ámbitos de cooperación económica con Rusia, dice Putin. Pero, no es tan fácil. La Unión Europea se opone y Estados Unidos hasta tiene sobre la mesa sanciones contra NordStream 2.
Michaela Küfner.Imagen: DW/B. Geilert
La confiabilidad tiene su precio
Todo esto nos lleva al tercer protagonista de esta historia. Desde que Donald Trump se tomó la agenda mundial, repentinamente, la relación de Alemania con Rusia no parece tan mala. Y era realmente mala. Desde la anexión de Crimea por parte de Moscú, ha sido siempre Merkel la que ha organizado, una y otra vez, la imposición de sanciones europeas contra Rusia. Pero con Trump en el poder en Estados Unidos, de pronto, Merkel y Putin se han dado cuenta de que los viejos tiempos tenían su ventaja: los frentes claros de antaño han adquirido un valor por sí mismos.
Pese a la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses, o a la posible participación de Moscú en el ataque contra un exespía en Reino Unido, lo cierto es que Alemania y Rusia se necesitan mutuamente. Juntos, es posible evitar lo peor, como lo muestra la posición conjunta ante la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán.
Leer entre líneas
En Berlín, se sabe hace rato que la situación en Siria solo puede estabilizarse con la ayuda de Moscú. Problemente, incluso, con la permanencia de Al Assad en el poder. Y a Alemania no le saldrá barato. Así lo ha dado a entender Putin, por ejemplo, cuando habló de la importancia de que Berlín participe en la entrega de ayuda humanitaria para facilitar el retorno de los refugiados, y se refirió, en concreto, al suministro de aguay calefacción, o sea, a la reconstrucción de la infraestructura. Ambos se conocen lo suficiente como para solo tener que insinuarse este tipo de cosas en público. Como en muchas relaciones de larga data, las vestiduras se rasgan a puertas cerradas.
Michaela Küfner (dzc/rml)
Los amigos y enemigos de Merkel (25.06.18)
En su búsqueda de una "solución europea" a la crisis migratoria, Angela Merkel necesita aliados entre los jefes de Gobierno de la UE. Pero cada vez son menos, y algunos incluso se oponen decididamente.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/O.Matthys
Emmanuel Macron
Si se puede hablar de un amigo político de Merkel, sería sin duda el presidente francés Emmanuel Macron. Tal como Merkel, está absolutamente interesado en una solución europea, porque teme, igual que ella, por la existencia de la UE.
Imagen: picture-alliance/Tass/dpa/M. Metzel
Pedro Sánchez
El nuevo presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, actuó con el espíritu de Merkel al permitir el desembarque de buques que transportaban refugiados africanos y que el Gobierno italiano había rechazado. Tanta humanidad es rara en estos días. Pero el socialista también ha dejado en claro que su país necesita apoyo para hacer frente a la migración.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Soriano
Mark Rutte
La apertura de las fronteras interiores de la UE es muy importante para Holanda. En esto, el Primer Ministro Mark Rutte está de acuerdo con Merkel. Por otra parte, el estado de ánimo en el país es ahora bastante hostil hacia los migrantes. Rutte prefiere no dejar entrar en Europa a solicitantes de asilo sin perspectivas de obtenerlo. En esta situación Rutte podría asumir un papel mediador.
Imagen: Reuters/F. Lenoir
Alexis Tsipras
Hay mundos ideológicos entre la cristianodemócrata Merkel y el izquierdista Alexis Tsipras. Sin embargo, el primer ministro griego está muy a favor de la "solidaridad europea" para hacer frente a la migración y también apoya personalmente a Merkel. La razón de esto puede ser que él percibió a Merkel como comprensiva en la crisis de la deuda griega y que espera más concesiones en este tema.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
Lars Lokke Rasmussen
En general, el danés Lars Lökke Rasmussen no parece ser un radical, pero en cuestiones de migración sí lo es. Casi ningún otro gobierno de la UE aplica una política de disuasión contra los solicitantes de asilo tan estricta como la suya. Rasmussen también lanzó la idea de crear centros de recepción fuera de la UE antes que otros.
Imagen: imago/Belga
Sebastian Kurz
El canciller austriaco, Sebastian Kurz, muestra buenos modales ante Merkel, pero no oculta su profundo rechazo a su política liberal de refugiados. Kurz se lleva de maravilla con los opositores internos de Merkel: desde el ministro de Salud, Jens Spahn, hasta el ministro del Interior, Horst Seehofer (del partido aliado de la CDU de Merkel, CSU) y el primer ministro de Baviera, Markus Söder (CSU).
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Kneffel
Giuseppe Conte
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, es uno de los oponentes más duros de Merkel. Conte no quiere recibir de vuelta a los refugiados anteriormente registrados en Italia. El ministro del interior, Matteo Salvini, de la xenófoba "Liga Norte", le sigue empujando hacia los extremos: "No podemos admitir ni uno más". Con frases como esta, la Liga Norte sube aún más en las encuestas.
Imagen: picture-alliance/ZumaPress
Viktor Orbán
A lo largo de los años, nadie ha criticado la política de Merkel tan vehementemente como el húngaro Viktor Orbán. Para él, la crisis es un problema de Merkel, no suyo. No asistió a la reunión de la UE para tratar el tema el 24 de junio, como tampoco los dirigentes de Hungría, Eslovaquia, la República Checa y Polonia. Todos se oponen a cualquier redistribución de refugiados.
Imagen: picture alliance/AP Photo/D. Vojinovic
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