El primer ministro bávaro Markus Söder quiere que se instale una cruz en todas las oficinas públicas en Baviera. Esta es una estrategia de campaña que excluirá a la gente no cristiana, opina Christoph Strack.
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Una tormenta azota Baviera y no hay final a la vista. El primer ministro bávaro, Markus Söder, apenas lleva dos meses en el cargo y ya planea que se coloque demostrativamente un crucifijo en la entrada de todas las oficinas públicas en ese sureño estado federado de Alemania. Esta medida sería vinculante para el Land y entraría en vigor a partir del primero de junio. Según Söder, la cruz es el símbolo fundamental de la identidad cultural alemana.
Pero la cruz es más que eso, simboliza otra cosa completamente distinta. La cruz es un símbolo de vergüenza y esperanza, símbolo de la vida más allá de la muerte. En el Imperio Romano la crucifixión era una expresión de crueldad y desprecio. Y, según la fe cristiana, a través de esta muerte nació una nueva vida en Dios. Los cristianos tienen, además, el compromiso especial de acompañar y apoyar a aquellos que sufren y a los desesperanzados.
Yo mismo soy católico y estudié en Jerusalén, donde más de una vez pude presenciar las festividades de Semana Santa y vi a fervientes creyentes de todo el mundo. Y hay muchas cruces que son importantes para mí. Cuando viajo, por ejemplo, me alegran las cruces al borde de los caminos y en las torres de las iglesias.
Me parece bien que en la sala del grupo parlamentario de los partidos conservadores CDU y CSU (Unión Cristianodemócrata y Unión Social Cristiana), en el Parlamento alemán, cuelgue un enorme crucifijo; ahí está bien, pero no en la entrada del Bundestag. La CSU tiene derecho a colocar cruces en las salas donde celebra sus congresos. En cambio, existe también una tendencia a usar las cruces como accesorios de moda, algo que no me convence del todo.
Sin embargo, la arrogante lógica de Markus Söder asusta. En su calidad de político, declara al crucifijo como símbolo de identidad y exclusión. Söder, quien durante años fue miembro del sínodo protestante de Baviera, seguramente sabe lo que hace: y es que en octubre se celebran elecciones regionales en ese estado federado. De ahí que apueste por la "conservación" de la cultura bávara, despreciando con fines políticos el verdadero significado de la cruz. En caso de que juristas llegaran a presentar una demanda ante el Tribunal Constitucional, Söder puede estar tranquilo. Hasta que la Justicia se pronuncie sobre el caso, las elecciones regionales ya habrán pasado.
La integración necesita valores, no cruces
Este lunes (30.04.2018), el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung publicó un largo artículo del antecesor de Söder, el actual ministro del Interior, Horst Seehofer, sobre el significado de la patria. Se trata de un texto reflexivo sobre identidad cultural, la influencia de las religiones, tradiciones y el difícil camino hacia la integración. Ni siquiera menciona la palabra "cruz". En cambio, sí menciona varias veces los "valores" comunes, que se deben compartir.
Por otra parte, dos declaraciones del secretario general de la CSU, Markus Blume, provocaron polémica en lo últimos días. Blume lleva seis semanas en el cargo, pero en años pasados ayudó a elaborar el programa de los conservadores bávaros. "Los defensores del multiculturalismo apenas critican el nuevo antisemitismo, pero le declaran la guerra a los símbolos cristianos en la vida cotidiana", dijo. Asimismo, describió a los críticos de los planes de Söder como "una alianza impía de enemigos de las religiones y gente que se niega a sí misma". Esto es una falta de respeto, ya que la CSU se arroga el derecho a decidir qué es sagrado y qué no, qué define la religión y quiénes son sus enemigos. Esto me recuerda a Hungría y Polonia.
Christoph Strack (VT/ERS)
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Una pequeña historia del peregrinaje
Las peregrinaciones son un componente importante de casi todas las religiones. No obstante, su origen proviene de la tradición judeocristiana. En este pequeño viaje de imágenes usted podrá llegar a esta conclusión.
Imagen: Dr. Raimund Joos
Cada vez son más los que quieren alejarse
Las peregrinaciones no solo están en auge desde el libro “Entonces me fui” del comediante, autor y actor Hape Kerkeling. El libro narra su experiencia durante su peregrinación por el Camino de Santiago de Compostela. Los expertos señalan que desde la década de los 70, los creyentes se han adentrado más en las tradiciones cristianas y se ha visto un aumento en muchos países.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Riiopa
Ver más allá del campo
La palabra peregrinos proviene del término latín “peregrinus”. El prefijo “per” hace referencia a sobre/a través y “ager” a campo. Por lo tanto, un peregrinus/peregrino es quien emprende su camino por el campo y va más allá. La palabra peregrinación (“peregrinari”) significa deambular, estar en camino o estar en tierra extranjera.
Imagen: Dr. Raimund Joos
Los peregrinos son extranjeros
Cualquiera que deje su tierra es considerado un extranjero, lo mismo sucede con los peregrinos, quienes emprenden un viaje a lo desconocido, caminan por tierras nuevas. Las peregrinaciones tienen una larga tradición, la cual se remonta a Abraham, el progenitor de Israel. Según el antiguo testamento, él y su familia emprendieron un viaje a tierras desconocidas.
Imagen: Fred Brodina
Peregrinar hacia Tierra Santa
Aproximadamente en el año 325 comenzó el gran boom de las peregrinaciones hacia Tierra Santa y Jerusalén para poder seguir los pasos de Jesús. El hallazgo de la cruz en dónde Jesús fue crucificado fue la motivación para que mucha gente peregrinara hacia estas tierras. Aquí el santo sepulcro en Jerusalén.
Muchos monjes emprendían peregrinaciones pero su fin no era llegar a un lugar específico, por ejemplo los monjes peregrinos del desierto a fines del siglo III en el Medio Oriente. Para ellos lo importante no era llegar a un lugar, sino seguir en camino, seguir peregrinando. Existen senderos de peregrinación que simplemente son rutas circulares.
Imagen: Dr. Raimund Joos
El perdón de los pecados
Hasta la Edad Media, las formas de peregrinación variaron varias veces. Las peregrinaciones ya no eran solo un viaje a tierras desconocidas, sino que los creyentes buscaban lugares específicos, como Jerusalén, Roma o la tumba de Santiago en Santiago de Compostela. Una de las grandes motivaciones era la absolución de los pecados. Este aspecto ya casi no forma parte de las peregrinaciones actuales.
Imagen: picture-alliance/dpa
“Una obra de tontos”
Luego de la Reforma (1517) las peregrinaciones disminuyeron. Según, Martín Lutero, el padre de la fe protestante, la peregrinación fue una “obra de tontos” ya que nadie puede ganarse la salvación a través de ellas. Durante el pietismo, la peregrinación se espiritualizó, como una especie de camino hacia la salvación.
Imagen: ZDF
Compañía y orientación
En Alemania y Europa las rutas de peregrinación están marcadas por la cultura cristiana. En el pasado, había monasterios para que los peregrinos pudieran descansar. A su vez, los monjes rezaban y les ofrecían orientación. Hoy en día, hay guías de peregrinación, los cuales están capacitados para responder a las dudas e inquietudes que surjan durante el viaje.
Imagen: Imago/blickwinkel/J. Kottmann
Hay que saber soltar
Los especialistas en peregrinación dicen: la peregrinación comienza en la puerta de tu casa. Los exitosos son los que van más allá del camino, los que ven más allá del horizonte. No se trata solo del espacio físico sino también del horizonte espiritual, el cual se debe sobrepasar. Para aliviar el corazón y el alma se debe dejar ir lo que no es importante.
Imagen: picture-alliance/blickwinkel/M. Vahlsing
Relajar la mente
Las peregrinaciones son fascinantes cada vez más para personas que no son afines a una religión. Una de las razones pueden ser las conversaciones durante el camino. Todos comparten el mismo objetivo, una perspectiva y mucha relajación.
Imagen: Dr. Raimund Joos
La experiencia como objetivo
Para poder emprender una peregrinación, uno debe querer hacerlo. El Camino de Santiago es la ruta de peregrinación más popular en toda Europa, ofrece numerosas posibilidades de reflexión, de encuentro y de relajación en sus diversas etapas a largo de muchos países. Los peregrinos llegan a su destino final, Santiago de Compostela en donde las dificultades del camino quedarán atrás.