Los obispos chilenos anuncian que darán a conocer las investigaciones sobre casos de abusos de menores. Este puede ser un primer paso para que la Iglesia de Chile recupere su valentía de antaño, dice Emilia Rojas.
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La conclusión a la que llegaron los obispos chilenos, tras haber pasado cinco días reunidos en Punta de Tralca, suena a primera vista casi a perogrullada: "Hemos fallado a nuestro deber de pastores al no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados e injusticias cometidas por sacerdotes y religiosos. A veces no reaccionamos a tiempo ante los dolorosos abusos sexuales, de poder y de autoridad y por ello, pedimos perdón, en primer lugar, a las víctimas y sobrevivientes”.
Ya había habido peticiones de perdón de semejante tenor de parte de los prelados, ante esta crisis que ha sacudido hasta la médula la confianza de los chilenos en una Iglesia que años atrás, en plena dictadura de Pinochet, había sido un baluarte de la defensa de los derechos humanos y único refugio de los perseguidos de cualquier color político. Una Iglesia que se había ganado, a punta de valentía y de consecuencia con el Evangelio, también el respeto de los no creyentes.
La ley rige para todos
Pero la declaración de los obispos no se queda, afortunadamente, en esas palabras de arrepentimiento que pueden parecer relativizadas por ese "a veces no reaccionamos”, cuando la tónica general fue el silencio encubridor en los casos de abusos sexuales. Afortunadamente, los obispos fueron esta vez más allá de anunciar su disposición a colaborar con la Justicia civil, y decidieron dar conocer públicamente todas las investigaciones previas sobre presuntos abusos sexuales de menores de edad realizadas en sus jurisdicciones.
Parece algo obvio, porque ni la Iglesia católica –ni ninguna otra- vive al margen de la ley secular, de lo que se desprende que tiene el deber de cooperar con las investigaciones. Lo contrario se llama encubrimiento, y es un delito. Pero esa ha sido precisamente la actitud que vino sosteniendo la jerarquía eclesiástica por años, y lo que más descrédito le ha reportado. Que haya sacerdotes pedófilos –sean pocos o muchos- es algo doloroso para la comunidad católica. Que la jerarquía haya intentado largamente evitar que sus casos salieran a la luz pública, protegiendo su propia imagen en lugar de proteger a las víctimas, es un escándalo que ha hecho tambalear los cimientos mismos de esa comunidad.
El informe Scicluna
Ahora, los obispos anuncian un cambio de actitud. Nunca es tarde para arrepentirse - según ese dicho tan católico- ni para enmendar rumbo. Menos, cuando la fiscalía chilena ha solicitado al Vaticano los expedientes canónicos sobre clérigos investigados por el Ministerio Público en casos de abusos sexuales. La Justicia chilena quiere conocer el informe del obispo Charles Scicluna, que a todas luces abrió los ojos al Papa Francisco en cuanto a lo ocurrido en Chile.
Quizá la decisión de los prelados chilenos facilite al Pontífice acceder a la petición de la Fiscalía chilena. Quizá haya sido un intento de adelantarse a esa posibilidad. Quizá sean solo palabras. Pero queda la esperanza de que pueda ser un gesto encaminado a recuperar la valentía que un día caracterizó a la Iglesia Católica chilena que desafió a la dictadura. O al menos un primer paso para comenzar a restaurar la credibilidad perdida.
Emilia Rojas (CP)
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Cinco años de papado de Francisco (2018)
Desde que asumió en 2013, Jorge Mario Bergoglio ha tratado de presentar una nueva imagen de la Iglesia católica dando un ejemplo de humildad. Algunos apoyan sus esfuerzos, mientras otros lo consideran mera pose.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Lingria
'¡Buona sera!'
El 13 de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio saludó a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro, en el corazón de Roma, con un sencillo "buenas tardes", poco después de que el cónclave lo eligiera como nuevo papa. De esta forma, dio una señal y comenzó su mandato con el tono más cercano que ha marcado su liderazgo de la Iglesia católica.
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Comité reformista
El nuevo pontífice de inmediato abordó temas que la Iglesia había estado discutiendo desde antes de su elección. Por ejemplo, estableció un comité de nueve personas para reformar la organización y dirección de la Iglesia. El principio guía: la Iglesia Católica Romana no es un fin en sí misma, sino que debe divulgar las enseñanzas de la Biblia y acercar el Vaticano a los fieles.
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Apoyo a los débiles
Las muertes de migrantes que cruzan desde África a Europa son una "espina en el corazón", dijo Francisco en su primer viaje a Lampedusa. Al momento de su visita, en el verano de 2013, miles de inmigrantes estaban en esa isla italiana esperando recibir los permisos legales para seguir su travesía hacia el continente europeo.
Imagen: AFP/Getty Images
Símbolo de humildad
En perfecta concordancia con su mensaje de la "iglesia pobre", la imagen del papa Francisco con el treinteañero Renault 4, que recibió de regalo de un pastor en Verona, dio la vuelta al mundo. El pontífice supuestamente quería manejar él mismo el automóvil, pero no le fue permitido por razones de seguridad. El símbolo de la modestia ha perdurado.
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Francisco, la celebridad
El estilo de Francisco rápidamente lo convirtió en un ícono para los católicos más progresistas. Incluso los no cristianos han aplaudido al papa y se frotaron los ojos con asombro ante el fuerte contraste con su antecesor, el conservador y poco carismático Benedicto XVI. Tras 10 meses en el cargo, Francisco se convirtió en el primer papa en aparecer en la portada de la revista "Rolling Stone".
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Polémico constructor de puentes
Francisco se toma muy en serio su trabajo como pontífice. Ha hecho de mediador en conflictos en África Central y Colombia, y también ayudó a distender las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Con la mirada puesta en la frontera de México con EE.UU., llamó al presidente Donald Trump a construir puentes en vez de muros.
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Unidad religiosa
Francisco también ha tratado de construir lazos con distintas confesiones y religiones. Oró en el Muro de los Lamentos en Jerusalén y se reunió con el gran muftí Mohammad Hussein. En Egipto, visitó al jefe de la iglesia copta, Tawadros II, y al gran imán Ahmed al-Tayeb. En Myanmar, habló con monjes budistas y en La Habana se reunió con el líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kyrill I (en la foto).
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Cercano al pueblo
Francisco casó espontáneamente a una pareja durante un viaje dentro de Chile, en enero de 2018. Los dos miembros de la tripulación estaban viajando con el papa entre la capital, Santiago, y la ciudad de Iquique, en el norte del país. Durante el trayecto, le contaron de sus planes de casarse por la iglesia, ocasión que Francisco aprovechó para unirlos en matrimonio.
Imagen: Reuters/Osservatore Romano
Escándalos de abuso sexual
Francisco tropezó en Chile. Allí, la Iglesia ha vivido tiempos difíciles, especialmente desde que se conocieron numerosos casos de abusos a menores. El obispo Juan Barros (a la derecha en la foto) supuestamente estaba al tanto de estos abusos, pero guardó silencio. Francisco negó las acusaciones contra el obispo y las calificó de "injurias". Luego debió disculparse, pero no ha removido a Barros.
Imagen: Getty Images/C. Reyes
Críticas internas
El curso reformista de Francisco ha sido demasiado extremo para algunos. Esta imagen en Roma acusa al papa de no mostrar misericordia dentro de la misma Iglesia. Algunos católicos piensan que su giro es demasiado secular, su humildad demasiado audaz y su despliegue, demasiado mediático. La esencia de la religiosidad -la espiritualidad-, podría perderse del todo, temen algunos.