El número de países que han erradicado la pena de muerte sigue en aumento. Sin embargo, el número de ejecuciones en todo el mundo, también. Culpa, sobre todo, de cuatro estados, según Matthias von Hein.
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El más fundamental de los derechos humanos, inalienable y consagrado también en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el derecho a la vida. Es difícilmente tolerable las veces que se atenta contra este derecho: en guerras y conflictos armados, con el terrorismo y la delincuencia. Pero lo que es intolerable es que aún hayan estados, gobiernos, que asesinen respaldados por el poder judicial. Al menos 1.634 veces en 25 países el año pasado.
La oscura cifra sigue creciendo
La ONG Amnistía Internacional ha recopilado estos números, que representan un retroceso en los esfuerzos para abolir la pena de muerte. El número de ejecuciones no se reduce (en 2015 fue el mayor en 25 años). Incluso puede que cada vez más gente pierda la vida a manos de un verdugo. Además, muchos estados no publican sus cifras. Algunos, como China, consideran que el número de ejecutados son un secreto de Estado. Al menos 46 delitos se pueden castigar allí con la pena de muerte. Cabe esperar que en China haya más muertos por esta causa que en todo el resto del mundo. Como no se puede contabilizar exactamente, China no entra en las estadísticas de Amnistía Internacional.
Irán, Arabia Saudí y Pakistán representan el 90 por ciento de las ejecuciones registradas. En los tres países, la pena capital se aplica no sólo a delitos como el asesinato, siguiendo al "ojo por ojo y diente por diente" del Antiguo Testamento. O los "delitos más graves", como antiguamente el propio derecho internacional también permitía. Al igual que en la Edad Media en Europa, los adúlteros son empedrados en estos países, los homosexuales son colgados o los acusados de "blasfemia" son también asesinados. Como si esto no fuera suficiente, tampoco se puede hablar en muchos casos de imparcialidad en los jucios.
Otros delitos no violentos, como el tráfico de drogas o el contrabando pueden ser castigados con la muerte masivamente. Por ejemplo, en Irán: de las mil personas ejecutadas el año pasado, dos tercios lo fueron por delitos de drogas. Y, además, estos castigos draconianos no consiguen cambiar nada: las drogas están disponibles en Irán por doquier y en grandes cantidades. Esto demuestra que el supuesto efecto disuasorio de la pena de muerte no existe.
Intentos europeos fracasados
Hablando de estupefacientes, entre las grandes decepciones en la preparación de la conferencia mundial sobre el tema de Nueva York, a mediados de este mes, está que la Unión Europea no pudo imponer su propuesta de abolir la pena de muerte por delitos de drogas. En el proyecto del documento final no se hace referencia al tema. China, Indonesia, Malasia, Pakistán, Egipto y otros insisten en su actitud: la pena de muerte es un asunto judicial de los Estados soberanos y no es un tema a tratar en la conferencia sobre drogas.
La pena de muerte es una reliquia anticuada en la que, a veces, se trata de venganza, no de justicia. Es inútil, cruel, degradante y conduce al embrutecimiento de la sociedad. Duele que, en plena Europa ilustrada, Bielorrusia siga manteniendo la pena de muerte, aunque sea el único país. Y duele especialmente que Estados Unidos, con el liderazgo político y moral que ostenta, haya ajusticiado en el último año, en promedio, a un preso cada dos semanas.
La mayoría de los países del mundo han reconocido que el Estado no puede responder con la pena de muerte ni al asesinato ni a otros delitos. Un total de 102 países han abolido completamente la pena de muerte. Cuatro lo hicieron el año pasado. Estos datos muestran, de hecho, que la Justicia moderna y el derecho penal, no necesitan verdugos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es válida para todos los Estados miembros de las Naciones Unidas. Pero aún queda un buen trecho por andar hasta que la Declaración sea aplicada a escala mundial.
Imagen: Fotolia/deber73
Los mismos derechos para todos (Artículo 1)
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.” La Asamblea General de Naciones Unidas aprueba el 10. de diciembre de 1948 la Declaración Universal de Derechos Humanos. La declaración formula una idea clara, pero para que sea realidad en todo el mundo queda aún un largo camino por andar.
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Tener derechos y ejercitarlos (Artículo 2)
Todos los derechos y todas las libertades son valen para todas las personas, “sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”. Sin embargo no es posible reclamar estos derechos de manera internacional.
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Derecho a la vida y a la libertad (Artículos 3,4,5)
“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.” (3) “Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre.” (4) “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.” (5) Amnistía Internacional ha recibido en los cinco últimos años informes sobre la tortura y el maltrato en 141 países.
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Igualdad ante la ley ( Artículo 6 hasta 12)
Todo ser humano tiene derecho a una juicio justo y derecho a igual protección de la ley (6, 8, 10, 12). Tiene derecho a la presunción de inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad (11). “Todos son iguales ante la ley” (7) y “Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado” (9). Según Amnistía Internacional ha habido en 80 países juicios injustos.
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Nadie es ilegal (Artículos 13, 14, 15)
“Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.” Todo individuo tiene el derecho de salir de un país (13). “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país” (14). “Toda persona tiene derecho a una nacionalidad” (15). Hay un mínimo de 10 millones de personas apátridas, dice la ACNUR.
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Protección ante un matrimonio forzado (Artículo 16)
Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante y en caso de disolución del matrimonio. “Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio” (16.2). La familia ha de ser protegida ante el Estado y la socidedad. Según Unicef hay más de 700 millones de mujeres en matrimonios forzados.
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Derecho a la propiedad (Artículo 17)
“Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.” La realidad: muchas personas pierden hoy en día el derecho a la propiedad solo por no tener los papeles en regla. Y solo con el objetivo de ceder el terreno para edificar casas, expandir ciudades, extraer recursos o construir una presa de agua como en Brasil.
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El derecho a la libertad de expresión (Artículos 18, 19, 20)
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” (18). “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión” (19). “Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas” (20). Hoy en día hay más de 350 millones de periodistas y activistas online en prisión, según calcula la organizacón Reporteros Sin Fronteras.
Imagen: picture-alliance/dpa
El derecho a participación (Artículos 21, 22)
“Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos” (21). ”Toda persona tiene derecho a la seguridad social, y a obtener la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad" (22). Las mujeres en Arabia Saudí votarán por primera vez en las elecciones municipales del 2015.
Imagen: REUTERS/Saudi TV/Handout
Derecho al trabajo (Artículos 23 y 24)
“Toda persona tiene derecho al trabajo.” “Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.” “Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria” (23). “Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre” (24). Según la Organizacón Internacional del Trabajo hay más de 200 millones de personas sin trabajo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una vida digna (Artículo 25)
“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.” “ La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales.” 2.000 millones de personas sufren de desnutrición, más de 800 millones del hambre.
Imagen: picture-alliance/dpa
El derecho a la educación (Artículo 26)
“Toda persona tiene derecho a la educación.” La educación primaria debe ser obligatoria y gratuita para todos. “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos”. Más de 780 millones de personas son analfabetas, según el Informe de Seguimiento de la Educación Para Todos de la UNESCO.
Imagen: DW/H. Hashemi
Derecho al arte y a las ciencias (Artículo 27)
“Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico." "Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales" La reproducción digital ilegal viola este derecho. Muchos autores denuncian la falta de protección de sus derechos en la era del internet.
Imagen: AP
Derechos indivisibles (Artículos 28, 29, 30)
“Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades se hagan plenamente efectivos” (28). “Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad” (29). Nadie podrá interpretar la declaración para suprimir los Derechos Humanos. (30). Todos los Estados miembros de las Naciones Unidas han firmado la Declaración de los Derechos Humanos.