Para sacar a la Unión Europea del pesimismo, quizás no sea una mala receta hacer lo que apoya la mayoría ciudadana, opina Stephan Löwenstein, del Frankfurter Allgemeinen Zeitung
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Austria toma posesión este domingo (01.07.2018) de la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE), que ostentará durante medio año, y lo hace con el siguiente lema: "Una Europa que proteja”. Se refiere, eso sí, solo a la protección de las fronteras exteriores frente a la migración ilegal. Todo conforme a la línea con la que Sebastian Kurz fue a las elecciones el año pasado y logró encabezar una coalición de centroderecha con la que se hizo con la cancillería. En términos de política interior, la lógica funciona perfectamente. ¿Pero ocurre lo mismo respecto a la política exterior, así como con el marco europeo?
Kurz, contrincante de Merkel
En Alemania, Kurz es visto como un contrincante de la canciller alemana, Angela Merkel, a pesar de que ambos pertenecen a la misma familia política, los cristianodemócratas. Esta percepción del austríaco es así desde que, junto con el apoyo de un par de sus compañeros del Partido Popular Austríaco, organizase el giro de Viena a favor del cierre de la ruta de los Balcanes. Que Kurz también jugó un papel en la cocción de la disputa interna entre la CDU y la CSU en Alemania se hace evidente ante su cita en el municipio austríaco de Linz con el Gobierno del estado alemán de Baviera. Queda claro, pues, que el jefe de Gobierno en Viena no trabaja precisamente por los intereses de Berlín.
Pero también esto puede verse como que Kurz le hizo un gran servicio a Merkel. Ello en el caso de que el acuerdo europeo alcanzado en la cumbre de Bruselas permita a la canciller germana sobrevivir políticamente. Y es que la posición de Viena forma parte del telón de fondo en el que los países del sur de Europa hicieron sus concesiones, escenario que contó con la participación de los países de Europa central y oriental.
Hay en Europa y en Alemania políticos a los que no les agrada que Kurz haga su salida a escena en esta clave nacional, como ya hizo antes como ministro de Exteriores. Pero se trata de una crítica un poco hipócrita. Todo es también política interior. Eso forma parte de la esencia de la política.
Señales constructivas y europeístas
Es crucial por tanto que la actuación sea responsable. Y ahí hay que reconocerle al joven presidente del Partido Popular Austríaco que está haciendo señales fundamentalmente constructivas y europeístas. A él no le va la retórica divisiva, antiliberal y nacionalista que otros cultivan con placer.
Si se quiere sacar del pesimismo a una Unión Europea que afronta un "brexit" inminente, no es para nada un mal planteamiento posicionarse donde quieren la mayoría de los ciudadanos, algo que se echa en falta en la actualidad: como una "Europa que protege”. Pero en cualquier caso no debe quedarse en una mera forma de cortesía vacía.
Autor: Stephan Löwenstein (EAL/DZC)
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Los amigos y enemigos de Merkel (25.06.18)
En su búsqueda de una "solución europea" a la crisis migratoria, Angela Merkel necesita aliados entre los jefes de Gobierno de la UE. Pero cada vez son menos, y algunos incluso se oponen decididamente.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/O.Matthys
Emmanuel Macron
Si se puede hablar de un amigo político de Merkel, sería sin duda el presidente francés Emmanuel Macron. Tal como Merkel, está absolutamente interesado en una solución europea, porque teme, igual que ella, por la existencia de la UE.
Imagen: picture-alliance/Tass/dpa/M. Metzel
Pedro Sánchez
El nuevo presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, actuó con el espíritu de Merkel al permitir el desembarque de buques que transportaban refugiados africanos y que el Gobierno italiano había rechazado. Tanta humanidad es rara en estos días. Pero el socialista también ha dejado en claro que su país necesita apoyo para hacer frente a la migración.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Soriano
Mark Rutte
La apertura de las fronteras interiores de la UE es muy importante para Holanda. En esto, el Primer Ministro Mark Rutte está de acuerdo con Merkel. Por otra parte, el estado de ánimo en el país es ahora bastante hostil hacia los migrantes. Rutte prefiere no dejar entrar en Europa a solicitantes de asilo sin perspectivas de obtenerlo. En esta situación Rutte podría asumir un papel mediador.
Imagen: Reuters/F. Lenoir
Alexis Tsipras
Hay mundos ideológicos entre la cristianodemócrata Merkel y el izquierdista Alexis Tsipras. Sin embargo, el primer ministro griego está muy a favor de la "solidaridad europea" para hacer frente a la migración y también apoya personalmente a Merkel. La razón de esto puede ser que él percibió a Merkel como comprensiva en la crisis de la deuda griega y que espera más concesiones en este tema.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
Lars Lokke Rasmussen
En general, el danés Lars Lökke Rasmussen no parece ser un radical, pero en cuestiones de migración sí lo es. Casi ningún otro gobierno de la UE aplica una política de disuasión contra los solicitantes de asilo tan estricta como la suya. Rasmussen también lanzó la idea de crear centros de recepción fuera de la UE antes que otros.
Imagen: imago/Belga
Sebastian Kurz
El canciller austriaco, Sebastian Kurz, muestra buenos modales ante Merkel, pero no oculta su profundo rechazo a su política liberal de refugiados. Kurz se lleva de maravilla con los opositores internos de Merkel: desde el ministro de Salud, Jens Spahn, hasta el ministro del Interior, Horst Seehofer (del partido aliado de la CDU de Merkel, CSU) y el primer ministro de Baviera, Markus Söder (CSU).
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Kneffel
Giuseppe Conte
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, es uno de los oponentes más duros de Merkel. Conte no quiere recibir de vuelta a los refugiados anteriormente registrados en Italia. El ministro del interior, Matteo Salvini, de la xenófoba "Liga Norte", le sigue empujando hacia los extremos: "No podemos admitir ni uno más". Con frases como esta, la Liga Norte sube aún más en las encuestas.
Imagen: picture-alliance/ZumaPress
Viktor Orbán
A lo largo de los años, nadie ha criticado la política de Merkel tan vehementemente como el húngaro Viktor Orbán. Para él, la crisis es un problema de Merkel, no suyo. No asistió a la reunión de la UE para tratar el tema el 24 de junio, como tampoco los dirigentes de Hungría, Eslovaquia, la República Checa y Polonia. Todos se oponen a cualquier redistribución de refugiados.