Los políticos que falsean la historia, le hacen un mal a su propio pueblo. Porque así se aumenta el riesgo de que no se aprenda de la experiencia. Esto también se aplica a los políticos rusos, sostiene Miodrag Soric.
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Después de todo, el presidente Vladimir Putin inauguró un nuevo monumento a las víctimas de la represión política a unos 40 minutos a pie de la Plaza Roja, el "Muro del duelo".
Hay que reconocerlo. Hasta el momento, las declaraciones de Putin sobre Stalin habían sido contradictorias. Una vez llamó al dictador georgiano un "líder capaz". En septiembre admitió que se había erigido un busto de Stalin frente a un museo de historia militar. Ahora el jefe del Kremlin condenó los crímenes de la era de Stalin sin peros: millones de personas inocentes fueron asesinadas, encarceladas y desterradas a Siberia.
Con sus palabras, el presidente se distancia de Stalin. Era tiempo. No hay nada de Stalin, Lenin y sus seguidores que embellecer, nada que excusar. Pero las palabras de Putin serían aún más poderosas si fueran seguidas por la acción. Porque el presidente no puede lamentar las víctimas de la violencia política y al mismo tiempo perseguir a la oposición o a los medios críticos.
El dilema de Putin es cómo resolver la trágica historia de su país sin poner en peligro su propio poder, tan solo unos meses antes de las próximas elecciones presidenciales. En caso de duda, Putin siempre ha optado por la conservación del poder. Porque su mantra es la estabilidad.
Él está profundamente enraizado en el entorno de las fuerzas de seguridad. El derrumbe de la Unión Soviética, un estado que funcionaba, desde su óptica, es concebido como una catástrofe, como la humillación de Rusia.
El jefe del Kremlin busca evitar que se repita la historia reciente. Los crímenes de Stalin o Lenin parecen estar muy lejos. Para él son un tema del que deberían ocuparse los historiadores o los activistas de derechos humanos.
A pesar de todas las críticas legítimas a Putin, es bueno que haya levantado el "Muro del duelo". Quizás en la víspera del aniversario de la llamada Revolución de Octubre esto reavivará una discusión sobre cómo lidiar con la propia historia.
Rusia muestra toda su potencia militar (mayo 2017)
El clásico desfile del Día de la Victoria, jornada en la que Rusia conmemora el triunfo sobre la Alemania nazi, sirvió como marco para la exhibición de la fuerza del músculo armado ruso.
Imagen: Reuters/M. Shemetov
La importancia de la iconografía
Banderas de la era soviética, íconos socialistas y soldados coparon la Plaza Roja en Moscú este 9 de mayo. La conmemoración del Día de la Victoria, que este año sumó su versión número 72, es una buena oportunidad para revivir el glorioso pasado de la Unión Soviética, de la que muchos siguen siendo nostálgicos en la actual Rusia.
Imagen: Getty Images/AFP/Y. Kochetkov
Una reliquia de la Segunda Guerra
El tanque T-34 simboliza el poderío del Ejército Rojo y, al mismo tiempo, la rotunda sencillez de la ingeniería soviética. Gracias a ello, pudo ser producido en masa de forma rápida y eficaz para combatir al Ejército nazi. Su presencia en el desfile de este año es, como siempre, un saludo y un homenaje a un arma temible.
Imagen: picture-alliance/dpa/Tass/V. Sharifulin
Mostrar los dientes es poco
Este misil balístico intercontinental Yars RS-24 fue una de las estrellas del desfile. Diseñado para poner en problemas a los escudos antimisiles, está equipado con ojivas termonucleares y tiene un alcance estimado de hasta 13 mil kilómetros.
Imagen: Getty Images/AFP/K. Kudryatsev
Reforzar el patriotismo y a las tropas
En su discurso, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, hizo un llamado al trabajo conjunto para acabar con los problemas que aquejan al mundo. "La comunidad internacional debe unir sus fuerzas para una lucha efectiva contra el terrorismo, el extremismo, el neonazismo y otras amenazas", sostuvo. Añadió que su país debe reforzar sus fuerzas militares y el patriotismo.
Imagen: Reuters/S. Karpukhin
Miles de soldados ante el invitado de honor
Más de 10 mil soldados y unas cien unidades de todo tipo (artillería, transporte) desfilaron en Moscú, donde el presidente de Moldavia, el prorruso Igor Dodon, fue el invitado de honor. También se hicieron presentes, por primera vez, unidades militares especializadas que están preparadas para intervenir en el Ártrico.
Imagen: Reuters/S. Karpukhin
Un saludo de artillería
La artillería rusa dispara para saludar la parada del Día de la Victoria, que marca una de las festividades más patrióticas del país, en la que se recuerda a los casi 30 millones de muertos que sufrió la Unión Soviética en la guerra contra la Alemania nazi, conflicto que en Rusia y otras repúblicas de la región se conoce como Gran Guerra Patria.
Imagen: Reuters/T. Makeyeva
En San Petersburgo sí hubo aviones
A diferencia de Moscú, donde el mal tiempo impidió el paso de los aviones de combate que suelen dar cierre a las conmemoraciones, en San Petersburgo sí fue posible apreciar el sobrevuelo de las aeronaves, que en esta imagen parecen pequeños artefactos a un costado del monumento al emperador Pedro el Grande. En decenas de ciudades y exrepúblicas soviéticas hubo actos similares.
Imagen: Reuters/A. Vaganov
Ceremonias en todo el país
En Divnogorsk, cerca de Krasnoyarsk, decenas de ciudadanos salieron a las calles portando fotografías de sus familiares caídos en los combates de la Segunda Guerra Mundial. Este desfile en particular se conoce como la Marcha del Regimiento Inmortal.