Opinión: ¿Qué queda del pseudo-califato del Estado Islámico?
Loay Mudhoon
Opinión
16 de julio de 2017
La recuperación de Mosul y Rakka selló la extinción territorial del califato del EI. Pero aún no se puede bajar la guardia, porque el EL es sólo un síntoma de la crisis estatal en Irak y Siria, dice Loay Mudhoon.
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No hay duda: el proyecto territorial yihadista del autoproclamado Estado Islámico fracasó. Los terroristas sufrieron en los últimos meses una serie de aplastantes derrotas, a manos del Ejército iraquí y los chiítas, "unidades de movilización popular", una alianza de fuerzas paramilitares organizada por Irán.
Los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos permitieron la derrota del EI, aunque con grandes "daños colaterales" entre la población civil. Con la reconquista de sus centros en Mosul, en Irak y Rakka, quedó sellado en Siria su exterminio físico.
Pero esto no significa el final de la organización terrorista, ni en Irak ni en el mundo. Gran parte de los yihadistas escaparon y deben estar preparándose para una destructora guerra de guerrillas contra los Estados en la región.
Entretanto, un buen número de yihadistas debe haber regresado a Europa. Algunos habrán tomado conciencia, pero otros, seguramente convertidos en "bombas de tiempo”, buscarán trasladar su "guerra santa" a las ciudades occidentales.
El "califato” es un síntoma de la crisis
El pseudo-califato proclamado por el EI no encuentra legitimación ni en los textos, ni en la historia del Islam. Los fundadores e intelectuales del autoproclamado Estado Islámico, como el Abu Bakr al-Baghdadi (probablemente muerto), son más bien producto de fracasos civilizatorios que con sangrientas promesas de salvación quisieron implantar un imperio demoniaco. Frustraciones que produjeron una nueva generación de primitivos yihadistas sin inhibiciones.
Y como la idea del Estado Islámico sigue viva, el peligro real de su renacimiento no se debe a la atracción de su ideología neosalafista, sino más bien en el hecho de que sus causas sociales y políticas se siguen existiendo: como es bien sabido, el surgimiento del EI está estrechamente vinculado a la falta de Estado en Irak y Siria. Sin la marginación y la persecución sistemática de los sunitas, resultado de la política sectaria del exprimer ministro iraquí, Nuri al-Maliki y las incontrolables milicias chiíes, los predicadores chiís del odio del EI nunca hubieran logrado el respaldo de la población suní.
Comadronas del yihadismo
La ira de los sunitas, su desesperación provocada por la represión en Irak y el terror de las bombas de Assad en Siria, los llevó, literalmente, a los brazos de dicha secta yihadista. Esta política anti-sunita en Irak y Siria es ahora considerada como la verdadera causante del surgimiento del EI.
Para abordar el problema del yihadismo por la raíz, actores regionales e internacionales tendrían que ofrecerle una perspectiva de vida a los millones de personas desplazadas en la región. A los sunitas tendría que asegurárseles una legítima representación en el sistema político de Irak.
Para lograr esto, la actual influencia de Irán en Irak tendría que reducirse notablemente. Por otra parte, el Gobierno central iraquí debería reforzarse con el fin de evitar una mayor fragmentación del país, como sucedió en Líbano.
Sin un avance fundamental en la solución de los conflictos en Medio Oriente es imposible vencer al EI, definitivamente, ni siquiera con la ayuda de programas de sensibilización y prevención bien intencionados. Por no mencionar la falta de alternativas convincentes.
La batalla por recuperar Mosul
Tras meses de preparación, el Ejército de Irak y sus numerosos aliados lanzaron la ofensiva para arrebatar Mosul a Estado Islámico. Los kurdos anunciaron ahora una operación similar para liberar Al Raqa.
Imagen: REUTERS/T. Al-Sudaini
Conquista fácil para los yihadistas
La forma en que los combatientes de Estado Islámico tomaron la principal ciudad del norte de Irak, Mosul, en junio de 2014 es llamativa por lo sencilla que resultó la operación para los yihadistas. Un par de miles de milicianos arriba de camionetas bastaron para que el Ejército de Irak huyera en desbandada, dejando atrás sus equipos, precioso botín para los terroristas.
Imagen: Reuters
Obligados a huir
Desprotegidos ante el abandono de la ciudad por parte de los soldados -lo que en la práctica significó la desaparición del Estado-, miles de vecinos de Mosul debieron escapar de la ciudad con lo puesto. Otros no tuvieron la misma suerte y se vieron forzados a vivir sometidos al régimen de terror impuesto por los radicales.
Imagen: Romina Peñate
Un sermón del "califa"
El líder de Estado Islámico y autoproclamado califa, Abu Bakr al Bagdadi, en una de sus raras apariciones. En esta imagen aparece en Mosul, en julio de 2014, dando un sermón a sus seguidores en la mezquita de la ciudad. En la actualidad se sospecha que sigue en Mosul, aunque su paradero específico es desconocido. Recientemente, llamó a sus combatientes a la "guerra total" contra la coalición.
Imagen: picture alliance/dpa
Salvajismo anticultural
En febrero de 2015, Estado Islámico difundió imágenes de sus seguidores destruyendo valiosas esculturas y estatuas asirias pertenecientes a la colección del Museo de Mosul. También arrasaron con la biblioteca central de la urbe. Los radicales sunitas querían demostrar que lo suyo era una lucha contra los "falsos ídolos".
Imagen: Quelle: Islamischer Staat/Internet
Primeras señales de unidad
Combatientes peshmerga, pertenecientes al Kurdistán iraquí, montan guardia en un puesto de control en el norte del país. Los kurdos fueron los primeros en reaccionar ante Estado Islámico y se convirtieron en los enemigos más fieros de los yihadistas. En abril de 2015 anunciaron alianzas con otros grupos para plantar cara a las tropas radicales.
Imagen: picture-alliance/dpa/T. Rassloff
Renace la esperanza
En mayo de 2016, el primer ministro de Irak, Haidar al Abadi, anunció que el Ejército estaba preparando una gran ofensiva para recuperar Mosul. Sus tropas, entrenadas por Estados Unidos, contarían con respaldo aéreo de la coalición internacional en esta misión. Antes, las unidades iraquíes recuperaron otras ciudades que habían caído en manos de los yihadistas, como Faluja.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Hamed
El Estado Islámico retrocede
El 16 de octubre de 2016 comenzó la anunciada ofensiva, que cuenta también con la participación de las poderosas unidades kurdas peshmerga y milicias locales, tanto sunitas como chiitas. Rápidamente, gracias a la envergadura de la operación, los iraquíes recuperaron parte del terreno perdido en 2014. Estado Islámico se batió en retirada con la ilusión de resistir en la parte oeste de la ciudad.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Al-Rubaye
Mujeres peshmerga, en el frente de batalla
Las unidades kurdas atacan por el norte. Las fuerzas iraquíes por el sur y por oriente. Por el oeste se suman milicias chiitas. Estado Islámico está rodeado y Mosul debería caer en las próximas semanas. Los peshmerga, junto a otros grupos, anunciaron este 6 de noviembre que lanzarán una operación para liberar también a Al Raqa, en Siria.