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Opinión: ¿Qué será de Deutsche Bank?

Henrik Böhme
7 de enero de 2019

Cerca de cumplir 150 años, el mayor banco de crédito alemán afronta tiempos difíciles. Mientras lucha por salir de la crisis financiera, aún no ha encontrado remedio para sus males, opina Henrik Böhme

BdT Deutschland Deutsche Bank in Frankfurt
Imagen: picture alliance/dpa/A. Arnold

La imagen actual de Deutsche Bank es realmente triste. De entre las 30 empresas alemanas que figuran en el índice DAX del mercado de valores, ninguna acción es más más barata que la del otrora todopoderoso banco alemán. El precio de las acciones del banco se mantiene duramente por encima de los siete euros. ¡Un auténtico desastre! Su valor de mercado se desplomó hasta llegar a los 14.000 millones de euros. A modo de comparación, el valor en bolsa del mayor banco estadounidense, JP Morgan Chase, es de 296.000 millones de euros.

Con su dimensión actual, Deutsche Bank solo puede aspirar a ser absorbido por un competidor más grande. Sin embargo, nadie quiere comprar el banco alemán. El pasado jueves, el Banco Suizo UBS rechazó cortésmente la oferta y su presidente, Axel Weber, dijo de manera indirecta que las aspiraciones a una fusión eran solo parte de los escenarios que se están discutiendo. Weber, también exdirector del Bundesbank (Banco Central Alemán), declaró al  diario Tages Anzeiger, de Zúrich, que se había especulado sobre una posible fusión como un posible escenario . Se habló mucho pero no se avanzó nada. Además, UBS aspira a crecer por sí mismo.

En busca de modelo de negocio.

En vista del historial del banco alemán en el último año, los banqueros suizos no parecen dispuestos a que se les relacione con Deutsche Bank: números rojos, sorpresivo cambio de CEO, anuncio de recortes masivos de personal, cotización de las acciones en caída libre e incluso redadas policiales en sus propias sedes. Desde que llegó al cargo, el presidente ejecutivo Christian Sewing parece hacer todo lo posible para hacer al banco más atractivo, pero las acciones volvieron a perder un tercio de su valor. Y la pregunta fundamental continúa sin respuesta: ¿Cómo pretende el banco ganar dinero?

Imagen: REUTERS

En una época con tipos de intereses realmente bajos, o incluso negativos, es prácticamente imposible. Deutsche Bank tiene cerca de 270 mil millones de euros en sus arcas. Por una parte, tendrá que pagar intereses al Banco Central Europeo (BCE). Así lo desea el BCE para obligar a los bancos a no acumular dinero, sino a prestarlo en forma de créditos para mantener la economía en marcha. Si no hubiese intereses negativos, el beneficio de Deutsche Bank aumentaría "en torno a los mil millones de euros”, declaró hace poco el director del Consejo de Administración de Deutsche Bank, Paul Achleitner, en una entrevista en el diario Frankfurter Allgemeine.

Además, como las tasas de interés de Estados Unidos vuelven a ser altas, los depósitos de los bancos en la Reserva Federal (FED) generarán cerca de 43 mil millones de dólares de intereses en el próximo año. En comparación, los bancos de la zona Euro tendrán que pagar siete mil millones de euros de penalización por el dinero depositado en el BCE.

La miseria del interés

Mario Draghi y sus colegas del Consejo de Gobierno de BCE  serían los únicos capaces de cambiar esta tendencia. Sin embargo, en un plazo previsible no cambiará nada aunque Draghi deje el puesto en otoño. Por eso, sigue siendo incierto si el Deutsche Bank conseguirá beneficios este año por pequeños que sean. Hace tiempo que los inversores desecharon la idea de repartir dividendos.  El banco intenta reducir costes hasta que "chirrie”, comentó inoficialmente alguien de Deutsche Bank a la agencia Reuters. Está claro que los que volaban en clase Business y ahora solo tienen videoconferencias están de mal humor. Otros pequeños detalles, como la ausencia de fruta fresca en la salas de reuniones, también sirven para constatar de cómo está el banco.

Christian Sewing, CEO de Deutsche BankImagen: Reuters/R. Orlowski

Sin embargo, también hubo buenas noticias. Por ejemplo, la entrada de un fondo de cobertura estadounidense que se aseguró  el 3% de las acciones. También hay especulaciones sobre que el Emirato de Qatar podría aumentar su participación, algo que en ambos casos podría deberse al bajo precio de las acciones. Además, parece haber progresos en la integración del Postbank, el mayor banco minorista del país. Aunque en este tema se recomienda precaución. Ambas entidades ya estuvieron punto de unirse y terminaron con un estrepitoso fracaso. Sea como sea, el banco suprimirá miles de puestos de trabajo.

El otrora orgulloso Deutsche Bank celebrará su 150 aniversario el 10 de marzo de 2020. Entonces se recordarán tiempos gloriosos y un pasado brillante, cuando acompañaba a la economía alemana en su expansión por el mundo e incluso podía codearse con los grandes bancos (una estrategia que tuvo cierto éxito y, sin embargo, también fue la causa de la desastrosa situación actual). Ahora la gran pregunta es: ¿Cómo estará el banco en su 150 cumpleaños? ¿Arrasado y devastado, o con perspectivas optimistas de futuro? Sin duda, 2019 será un año crucial para responder esta pregunta.

(jag/jov)

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