Dos semanas, 25.000 personas y un compromiso a altas horas de la noche: las conversaciones en la COP23 este año fueron más un proceso que un resultado. No obstante, surgieron avances importantes. ¡Todavía hay esperanza!
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En la cobertura de DW de la COP23 en Bonn, nos cuestionamos constantemente si la conferencia valió la pena. Observamos detrás de bambalinas, por ejemplo, el lobbying. Incluso llegamos a llamar la COP23 "un circo".
La cumbre climática de las Naciones Unidas (ONU) de este año –que tuvo lugar literalmente en nuestro patio trasero, aquí en nuestra sede en Bonn, Alemania–, abarcó un vasto espectro de temas que, especialmente para el público, eran difíciles de manejar.
Técnicamente, estas dos semanas fueron sobre el "libro de reglas": si el Acuerdo de París es la Constitución del clima, entonces el libro de reglas representa las leyes y regulaciones que lo implementarán. Sin embargo, y a fin de cuentas, el objetivo final, el objetivo del Acuerdo de París, es limitar el aumento de la temperatura de la Tierra a un máximo de dos grados Celsius. Y lo que todos se preguntan: ¿lo lograremos?
Se dieron pasos importantes hacia este fin, tanto en las conversaciones oficiales como en las que se llevaron al margen. Y, sin importar la naturaleza de la conversación, todas siempre giraron alrededor de ciertos puntos claves.
Prevenir el aumento de dos grados
Uno de estos puntos fue la ambición: precisamente, el cómo lograr recortes de emisiones de gases invernadero de manera más profunda y más rápida.
Los expertos en clima nos siguen recordando que solo queda una ventana de alrededor de una década para que las naciones del mundo descarbonicen sus economías, antes de que hayamos llegado al límite de carbono en la atmósfera y que aumente la temperatura global en 1,5 grados Celsius (o incluso 2 grados). Para el país isleño Fiyi (anfitrión de la COP23) y muchas otras naciones en desarrollo fuertemente golpeadas por el cambio climático, el límite inferior de 1,5 grados centígrados sigue siendo el objetivo principal.
El debate sobre las metas se centró especialmente en cómo aumentar las acciones antes de 2020, cuando expire el Protocolo de Kioto y se establezca el Acuerdo de París. La clave de esto es el llamado diálogo de Talanoa. Y un paso significativo aquí es que el mismo secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, asumió la responsabilidad de hacer avanzar tal ambición antes de la COP24 en Polonia el próximo año. Anteriormente a la COP21 en París, el ex secretario general Ban Ki-Moon también logró cierto éxito, lo que da esperanzas de que esta vez no sea diferente.
Cosechar dinero
El segundo punto clave es la financiación. Y es que para descarbonizar el planeta rápidamente, es necesario invertir dinero. Entonces, ¿quién pagará por esto? Existe un amplio consenso de que, dado que la riqueza de los países industrializados se basa históricamente en la quema de combustibles fósiles, ellos son los responsables no solo de descarbonizar sus propias economías, sino también de ayudar al resto del mundo.
Antes de la COP23, solo se habían asignado 10 mil millones de dólares para el Fondo Verde del Clima, que se usa para la "adaptación y mitigación", para pagar tanto por gestionar los impactos del cambio climático como por transformar los sistemas de energía y reducir las emisiones. Ahora, a partir de 2020, las naciones industriales pretenden gastar 100 mil millones de dólares (85 mil millones de euros) al año para la acción contra el cambio climático en los países más pobres.
La "brecha financiera" es una amenaza inminente para la implementación del Acuerdo de París. Por lo que en la COP23 las naciones en vía de desarrollo buscaron compromisos sobre el financiamiento climático. Así las cosas, es un avance significativo que en Bonn, los financistas ahora hayan hablado de una suma de 60 mil millones de dólares, aunque grupos no gubernamentales siguen siendo escépticos ante esa cifra. Las ONG dicen que realmente solo se han estipulado 20 mil millones de dólares.
En un compromiso de última hora, los países industrializados asumieron que el Fondo de Adaptación del Protocolo de Kioto, por un valor aproximado de 330 millones de dólares, podría convertirse en una parte del Acuerdo de París. Sin embargo, esto vino a cambio de no incluir "daños y pérdidas" contenciosas como parte del acuerdo. Es una compensación por los impactos irreparables y más destructivos del cambio climático, que los países en desarrollo habían buscado.
La lucha contra combustibles fósiles
Si hubo un tema que se robó toda la atención durante la cumbre, este fue sin lugar a dudas el carbón. El sábado antes de que comenzara la cumbre, hasta 25.000 personas marcharon en Bonn, exigiendo el fin del uso del mineral, particularmente en Alemania, donde representa casi la mitad de la mezcla energética. Los activistas también cerraron brevemente la mina de carbón de Hambach, a solo 50 kilómetros de distancia de Bonn, con el objetivo de enviar una clara señal: el lignito de Hambach constituye la mayor fuente de emisiones de CO2 en Europa.
En su discurso en la COP23, la canciller alemana, Angela Merkel, reconoció la necesidad de una salida del carbón, a pesar de que Alemania se encuentra en una situación delicada debido a que aún no hay Gobierno; las conversaciones sobre una coalición después de las elecciones federales de septiembre están durando semanas.
En la conferencia climática, escuché a la gente decir: no más objetivos difusos, necesitamos pasos concretos. Uno de esos pasos concretos es la promesa de 20 naciones de eliminar gradualmente el carbón, el combustible fósil más sucio. Aunque la mayoría de estos países tienen un bajo consumo de carbón, esta es la señal correcta: el carbón es el combustible del pasado, las energías renovables son el futuro.
Acción contra el cambio climático
Por último, esta cumbre del clima experimentó una mejora sin precedentes en la búsqueda por impulsar más acción contra el cambio climático por parte de los Gobiernos locales y regionales, junto con las empresas.
Aunque la delegación oficial de Estados Unidos fue mínima y se aferró al tema del carbón, la delegación extraoficial del país norteamericano dejó de manifiesto un rotundo "todavía estamos".
En todo el mundo, alcaldes, gobernadores y empresas están respondiendo a la presión de la sociedad civil para que hagan su parte para mantener el mundo como un lugar habitable. La esperanza es que 2018 pueda ser el año clave contra el cambio climático; que se convierta en el año en que nos salimos del camino de la catástrofe climática. Para esto, hay que enfrentar el cambio climático trabajando como una gran comunidad y cambiando nuestro propio comportamiento. Y aunque nos estamos acercando a un precipicio, la buena noticia es que todavía no es demasiado tarde.
Y usted, ¿está comprometido con la lucha contra el cambio climático?
Autor: Sonya Angelica Diehn (few/ms)
Voces de la Tierra: las caras de la COP 23
Durante la COP 23, DW concede la palabra a los protagonistas de la cumbre.
Imagen: DW/Maximiliano Monti
Territorios sagrados
"Los que realmente conservamos los bosques somos los pueblos que habitamos allí. Conocemos nuestra propia realidad. Nuestra propuesta es que sean protegidos los territorios sagrados y que sean reconocidos como lugares vivientes." Patricia Gualinga Montalvo, representante de relaciones internacionales del pueblo kichwa de Sarayaku (Ecuador).
Imagen: DW/M. Monti
¡Acción climática ya!
"Mi mensaje para América Latina es ¡acción climática ya!", Arnold Schwarzenegger, ex gobernador de California (Estados Unidos).
Imagen: DW/Maximiliano Monti
Salvar a la gente
"Vengo del sur de India, donde la costa, expuesta al aumento del nivel del mar, es protegida por los manglares. En el caso de Fiji, que tiene una gran zona costera, son los manglares los que la protegen de los tsunamis. Cuidar los manglares salva a la gente" Adarsh Prathap, ganador del concurso de video sobre jóvenes y clima de la COP23 (India).
Imagen: DW/M. Monti
"La Tierra no es negocio"
"Están negociando la vida de la Tierra, pero la Tierra no es negocio."
Benki Piyãko Ashaninka; líder político e espiritual, representante del pueblo de Ashaninka (Brasil).
Imagen: DW/M. Monti
"Nuestras tradiciones están siempre presentes"
"Este tejido tradicional nos sirve para hacer los trajes y vestidos típicos de nuestras ceremonias. Lo vestimos en nacimientos, bodas y velorios. Nos acompañan a lo largo de toda nuestra vida. Nuestras tradiciones están siempre presentes con nosotros." Niqa Radiniceva Tuvuki, representante de la delegación de Fiji (Oceanía).
Imagen: DW/M. Monti
Estar preparados
"Tenemos que estar preparados. No podemos esperar que la ayuda de la comunidad internacional resuelva nuestros problemas por sí solos. Las comunidades deben asumir el mandato de lo que les está pasando y preguntarse 'qué es lo que necesitamos'. Así podemos hacernos cargo de lo debamos enfrentar" Clara Doe Mvogo, alcaldesa de la ciudad de Monrovia (Liberia).
Imagen: DW/Maximiliano Monti
Al ritmo de la Madre Tierra
"Tocamos los instrumentos de la tradición Lakote, propia de los pueblos de América del Norte, y quemamos incienzo porque es una forma de limpiar el espíritu. De esta manera queremos expresarle a la gente que estamos viviendo al ritmo de la Madre Tierra. Estos sonidos nos conectan entre nosotros" Tim Zander, miembro de la ONG Respect Earth (Alemania).
Imagen: DW/Maximiliano Monti
Prestar atención
"Nuestras leyes humanas deben prestar atención a las leyes de la Tierra", Linda Sheehan, directora Ejecutiva de la ONG Planet Pledge (Estados Unidos).
Imagen: DW/M. Monti
Mujeres indígenas unidas frente al cambio climático
"Venimos desde las zonas más olvidadas del Perú para empoderar a las mujeres indígenas. Queremos organizarnos y buscar estrategias para saber de qué manera podemos adaptarnos a esta nueva realidad que nos impone el cambio climático." Talit Nicolasa Layango Arista (primera a la izq.), miembro de la Organización Nacional de Mujeres Andinas y Amazónicas del Perú.
Imagen: DW/M. Desautez
Consenso para la acción
"Debemos preservar el consenso a favor de una acción fuerte." Frank Bainimarama, primer ministro de Fiji y presidente entrante de la COP23.
Imagen: DW/Maximiliano Monti
"No podemos alimentar a nuestra gente"
"El cambio climático está afectando el ritmo de las estaciones en África. En los campos es cada vez más difícil saber cuándo cultivar las semillas por las alteraciones meteorológicas. La lluvia no llega en el momento necesario y cuando las plantaciones mueren no podemos alimentar a nuestra gente". Mawa Coulibaly Epse Bailly, representante de la delegación de Costa de Marfil (África Occidental).
Imagen: DW/M. Monti
Más de 170 países
"Esto es un proceso que tiene 25 años y que tiene más de 170 países que lo han ratificado. Sin duda la contribución y participación de todos y cada uno de ellos es fundamental." Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (México).
Imagen: DW/M. Monti
Un alianza común
"Tenemos aliados no indígenas que entienden a los indígenas, que viven en su entorno en la Amazonía juntamente con el río, las flora y la fauna. Esta alianza demuestra que tenemos que unirnos para enfrentar las compañías que están colonizando la selva, el oceáno, la montaña." Marishöri Najashi Samaniego, miembro de la ONG Alianza de los Guardianes de la Madre Naturaleza (Perú).
Imagen: DW/M. Monti
Crear alianzas
"Tenemos una obligación de gobernanza para ayudar a los estados a conectar con el sector privado. El problema es que no siempre contamos con los recursos necesarios para hacer frente a tantos desafíos. Mi país sufre tormentas y sequías y por eso es importante crear alianzas" Princesa Abze Djigma, enviada especial para Cambio Climático del gobierno de Burkina Faso (África Oriental).
Imagen: DW/Maximiliano Monti
Denunciar a los contaminantes
"Ya sabemos que los responsables del cambio climático son las grandes industrias. Estoy luchando no solo para mi ciudad, Huaraz, sino para abrir el camino a más demandas, para que estas compañías asuman sus responsabilidades." Saúl Luciano Lliuya (Perú).
Imagen: DW\M. Desautez
Desperdiciar recursos
"Nos dedicamos a recolectar los alimentos que los restaurantes y supermercados descartan aun cuando todavía son comestibles. Estos alimentos pueden servir a mucha gente que en Alemania pasa hambre. Desperdiciar tantos recursos es una forma de generar CO2 y otros gases de efecto invernadero" Tamara Krabes, miembros de la ONG Food Sharing (Alemania).
Imagen: DW/Maximiliano Monti
"La población demanda justicia"
"La población demanda justicia por los desastres climáticos. En mi país está sufriendo por el avance de la industria petrolera, que es el sector que más gases de efecto invernadero emite. Demandamos al gobierno para que les ponga un freno. No perdemos la esperanza" Malou Nuera, miembro de la ONG Asian People's Movement on Debt on Development (Filipinas).
Imagen: DW/Maximiliano Monti
"No queremos ser refugiados ambientales"
"Vine a acompañar al ex presidente (de Kuribati), Anote Tag, para traer su mensaje a la COP 23: 'No queremos ser refugiados ambientales. Queremos ser migrantes con dignidad'. Kuribati está desapareciendo bajo las aguas y no nos quedará otra alternativa que encontrar otro lugar a donde ir". Reese Marita, ciudadana de la isla-estado de Kuribati emigrada a Australia (Oceanía).
Imagen: DW/M. Monti
El espíritu de la Tierra
"Esta es la bandera Wiphala, que representa la diversidad de las culturas nativas sudamericanas. Fue creada en la antigüedad para todos los pueblos indígenas del imperio Inca y surgió con un sentido pacífico. Es una forma de conectarnos con su espíritu de la Tierra." João Henrique, Coordinador del área Clima para la Organización Engajamundo (Brasil).
Imagen: DW/M. Monti
El dolor de nuestros pueblos
"Esta es la COP número 23 y desde la primera en 1995 nunca ha aumentado tan dramáticamente la temperatura media del planeta. Espero que puedan entender y sentir el dolor de nuestros pueblos." Kandi L. Mossett, vocera de la Red Indígena de Medio Ambiente (Estados Unidos).
Imagen: DW/M. Monti
Criminalizados y judicializados
"Nuestros territorios están superpuestos sobre zonas de explotación de recursos como la minería y el petróleo. Tenemos el principio de defender los derechos de nuestros pueblos, pero vemos cómo nuestros compañeros son criminalizados y judicializados. La conservación del medio ambiente exige que las actividades humanas sean responsables." Julio Cusurichi Palacios, Premio Goldman de Ecología (Perú).
Imagen: DW/M. Monti
"Crímenes ambientales"
"Mi país es un archipiélago de más de 17.000 islas, la mayoría de las cuales son muy pequeñas, por lo que somos muy vulnerables. La industria del carbón y la deforestación son los mayores generadores de CO2 en Indonesia y por eso los consideramos crímenes ambientales." Iuiun Jarmono, miembro de la organización Amigos de la Tierra (Indonesia).
Imagen: DW/M. Monti
Representar a todos
"Myanmar es el segundo país más vulnerable frente al cambio climático, es también uno de los países menos representados en las organizaciones internacionales." Moe Myint