Nunca había durado tanto en Alemania el proceso de formación de Gobierno. El presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, ha pronunciado palabras que deberán guiar los pasos de la Gran Coalición, dice Christoph Strack.
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Con un número de votos suficiente, Angela Merkel fue elegida este miércoles (14.03.2018) canciller de Alemania. Por cuarta vez, el Parlamento alemán nombró jefa de Gobierno a Merkel, que ya tiene 63 años. Al menos 35 diputados de la coalición han negado su voto a la canciller, por lo que Merkel ha obtenido apenas nueve votos más de lo requerido para lograr la mayoría.
Ya es tradición este tipo de resultados ajustados en estos matrimonios de conveniencia entre democristianos de la CDU y CSU y socialdemócratas del SPD, conocidos como Gran Coalición. Tanto en 2005 como en 2013 brillaron por su ausencia en la votación secreta entre el ocho y el diez por ciento de los votos de diputados de la Gran Coalición. Pero la mayoría es la mayoría y para elegir canciller siempre hay suficientes votos. Pero no muchos más.
Tras los seis turbulentos últimos meses, el resultado de la votación es una señal. Después de la confusión, la Gran Coalición ha convertido la palabra "nuevo” en uno de los conceptos clave de su acuerdo. Se podría haber esperado también algún otro signo de unidad entre partidos. Pero no. Y eso también es una señal.
Ahora por fin Alemania tiene canciller y un Gobierno con capacidad operativa. Eso es algo bueno en vista de los numerosos retos tanto en política interior como exterior. El reciente y candente debate producido en el país sobre la pobreza y sobre quién debe recibir la ayuda proporcionada por los comedores sociales abre nuevas fracturas en la sociedad alemana, que hace ya tiempo se ve confrontada con otros temas aparte de la cuestión de los refugiados.
A nivel internacional, esperan Europa y, sobre todo, Macron, el presidente de Francia. Además de la acechante guerra comercial con Estados Unidos, la forma de Gobierno de Donald Trump, las tensiones entre Reino Unido y Rusia… Cada uno de todos estos temas supone todo un reto diplomático.
El nombramiento de la canciller supone el cierre de 171 días de luchas en el terreno político. Primero un rodeo por una posible coalición Jamaica entre democristianos, Verdes y liberales, después una caída al abismo de la incertidumbre y finalmente la vieja y conocida solución. Estos 171 días nos han demostrado que el sistema político alemán está preparado para tales retos. Eso es buena cosa. Pero los alemanes debieran ser más humildes cuando juzgan avatares políticos similares en otros países que tuvieron que abordar obstáculos similares en tiempos económicos muy difíciles. El cuarto mandato volverá a poner a Merkel ante una nueva prueba de fuego, quizá la más grande.
Presidente de Alemania, algo más que un puesto honorífico
A lo largo de la mañana, Merkel acudió dos veces desde el Reichstag hasta la residencia del presidente alemán, Franz- Walter Steinmeier. Es un ritual establecido que la canciller o el canciller se dirija tras la votación en primer lugar al presidente del país para su nombramiento para después volver al Parlamento a la investidura y, por último, acudir de nuevo al presidente con todo el gabinete. Así es como está establecido en la Ley Fundamental. Pero en la mañana de este miércoles, ha sido más que un simple ritual.
Porque sin la consciente y necesaria intervención de este presidente el pasado mes de diciembre, Merkel nunca hubiera alcanzado este cuarto mandato. El primer hombre de Estado pidió a los líderes de los grandes partidos que recordaran su responsabilidad. El resto de la historia es bien sabida. Los tiempos en que el cargo de presidente del país parecía ser solo simbólico ya han pasado. Y toda esta situación concuerda con el hecho de que, en este día de nombramiento, solo hubo un discurso, el del presidente: "Para recobrar la confianza perdida no bastará un sencillo barniz de novedad sobre lo que había antes. Este Gobierno deberá demostrar con nuevas y mejores soluciones su eficacia”. La sorprendente, básica y clara advertencia de Steinmeier debería servir para guiar los pasos de las futuras actuaciones de la nueva coalición.
Autor: Christoph Strack (MS/ELM)
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Los ministros de Angela Merkel
¿Quiénes son los ministros del nuevo gabinete de Merkel? Los miembros socialdemócratas se dieron a conocer esta semana. Los conservadores de CDU y CSU ya habían anunciado sus cargos.
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El trotamundos
Heiko Maas (51, SPD) cambia del Ministerio de Justicia al de Relaciones Exteriores. Siendo titular de la cartera de Justicia, desató un amplio debate con su ley contra el odio en internet, y también recibió muchas críticas. Como ministro de RR. EE. podría ganar popularidad. Hay especulaciones acerca de que el político socialdemócrata será el próximo candidato a canciller del SPD.
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El nuevo después de Schäuble
Olaf Scholz (59, SPD) es el sucesor de Wolfgang Schäuble como ministro de Finanzas. El exalcalde de Hamburgo seguirá las huellas de Schäuble y buscará evitar contraer nuevas deudas. Así está fijado en el acuerdo de coalición, aunque eso no le guste a muchos socialdemócratas.
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A Hubertus Heil le espera mucho trabajo
El antiguo secretario general del SPD Hubertus Heil, de 45 años, será el nuevo ministro de Trabajo y Asuntos Sociales. Este Ministerio (BMAS) dispone de un presupuesto de más de cien mil millones de euros. En consecuencia, es la cartera con los mayores gastos.
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Jóven y del Este
Franziska Giffey (39, SPD), la actual alcalde del barrio de Neukölln, en el Este de Berlin, se convertirá en ministra de Familia. A Giffey se le conoce como defensora de la Ley y el orden. Con esto se hizo un nombre en el barrio, que tiene fama de ser “un vecindario problemático”.
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De ministra regional a federal
Tiene experiencia como ministra a nivel regional. En el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Svenja Schulze (49, SPD) dirigió hasta 2017 el Ministerio de Investigación. La secretaria general de los socialdemócratas en ese estado, sucede a la saliente ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks.
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La navaja suiza del SPD
La ministra de Familia Katarina Barley (49, SPD) se encargará de la carera de Justicia, que hereda del socialdemócrata Heiko Maas, quien será el próximo ministro de Relaciones Exteriores. Barley aboga por el fortalecimiento de los derechos de las mujeres, y exige que se fomente la igualdad de género en todo los ministerios.
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El arma secreta de Angela Merkel
Merkel siempre pudo confiar en Peter Altmeier (59, CDU), también durante la crisis de los refugiados. Ahora, el antiguo jefe de la cancillería se ocupará del Ministerio de Economía y Energía. Después de la pérdida del Ministerio de Finanzas a manos del SPD, el nuevo ministerio de Altmeier es considerado particularmente importante para la CDU.
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Muy cerca de la canciller
Helge Braun (45, CDU) también es un hombre en el que Angela Merkel confía, según se cuenta en Berlín. Hasta hace poco era secretario de Estado. Ahora se convierte en el sucesor de Peter Altmeier y ocupa el cargo de jefe de la cancillería. La digitalización es el tema fuerte de Helge Braun.
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Continuidad en la Defensa
Ursula von der Leyen (59, CDU) estuvo bajo presión recientemente por el tema del equipamiento y la preparación operacional del ejército. Von der Leyen, quien anteriormente ya fue ministra de Familia durante el gobierno de Merkel, también se baraja como próxima Secretaria General de la OTAN. Ese puesto quedará libre en dos años. Al menos hasta entonces ella seguirá como ministra de Defensa.
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Joven y experta
Julia Klöckner (45, CDU) proviene de Renania-Palatinado en el suroeste de Alemania, un estado federado con mucha agricultura. La presidente adjunta de la CDU está familiarizada con el tema. En el próximo gobierno ella dirigirá el Ministerio de Agricultura.
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Joven, crítico, ambicioso
Jens Spahn (37, CDU) será el nuevo ministro de Salud. Proviene de Renania del Norte-Westfalia y es considerado un crítico de Merkel. Los medios extranjeros lo ven como un posible sucesor de la canciller.
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Siempre hay una sorpresa
El nombramiento de Anja Karliczek (46, CDU) como jefa del Ministerio de Educación fue una sorpresa. La graduada en administración de empresas ganó dos veces seguidas un mandato directo para el parlamento federal. Desde enero de 2017 es directora administrativa del grupo parlamentario conservador CDU/CSU.
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El caso especial de la cultura
La cultura no tiene su propio ministerio en Alemania ya que tradicionalmente es asunto de los estados federados. El gobierno en Berlín solo tiene a una secretaria de Estado. La Comisionada del Gobierno Federal para la Cultura y los Medios seguirá siendo Monika Grütters (56, CDU).
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Un nuevo hogar para el jefe de la CSU
Horst Seehofer (68, CSU), quien hasta hace poco era el primer ministro de Baviera, se convertirá en el nuevo ministro del Interior. Seehofer pretende impulsar una política migratoria más restrictiva.
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Regresando al Ministerio de Transporte
Andreas Scheuer (43, CSU) fue secretario general de su partido. Anteriormente fue secretario de Estado en el Ministerio de Transporte, Construcción y Desarrollo Urbano. Ahora se convierte en titular de esa cartera, que incluye también el tema de la digitalización.
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Müller se queda
Ningún ministro, excepto el de Relaciones Exteriores, viaja tanto por el mundo como el ministro de Desarrollo. Gerd Müller (62, CSU) seguirá al mando de la cartera. La lucha contra las causas de la migración a través del desarrollo es una de sus principales tareas.
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Ella cede, pero se mantiene
"Al menos nos quedamos con la cancillería", bromearon algunos políticos del partido conservador CDU, después de haberse enterado de que la líder del partido, Angela Merkel (63), había entregado el Ministerio de Finanzas al SPD en las negociaciones para formar una gran coalición. De no haberlo hecho, una nueva coalición hubiese sido poco probable.