En conversaciones para formar Gobierno conservadores y socialdemócratas renunciaron a su objetivo climático 2020. La política alemana de protección del clima abre así oportunidades, dice Jens Thurau.
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Los partidos alemanes CDU, CSU y SPD habían prometido respetar el objetivo climático 2020. Ahora, la oposición habla de engaño a los electores, con razón.
La promesa consistía en que hasta el año 2020 Alemania reduciría en un 40 por ciento los gases de efecto invernadero. Algo difícil de cumplir. Se hubieran tenido que cerrar viejas centrales eléctricas de carbón y en los sectores del transporte y la agricultura habría sido necesario adoptar medidas más enérgicas. El nuevo gobierno probablemente no se atreva. Es una lástima.
Al menos es honesto
Desde hace tiempos se sabía que los objetivos eran difícilmente sostenibles. Y como siempre, cuando un proyecto falla, el cumplimiento se pospone para el futuro. El objetivo de evitar incluso el 55 por ciento de los gases para el año 2030 parece ser mantenido por las partes de la coalición. Todavía faltan doce años para esa fecha. Y Angela Merkel ya no estará en el cargo.
La tarea del objetivo climático es, de alguna manera, coherente
Y se ajusta a la política climática alemana de los últimos años. Después de la renuncia a la energía nuclear y el fomento de la energía eólica y solar, la mayoría de los políticos cree haber hecho lo suficiente para salvar el mundo.
Aunque la canciller prometió hacer rodar un millón de autos eléctricos en las calles para 2020, ella echó por la borda esa meta, silenciosamente. De todos modos, imposible de cumplir. A principios de 2017, había poco más de 30.000 automóviles con transmisión eléctrica en Alemania. Este ha sido un fracaso estrepitoso, por decir lo menos.
Urge ley para renunciar al carbón
Pero la decisión de enterrar el objetivo climático de 2020, tiene también algo bueno. Después de todo, la Unión y el SPD quieren ahora elaborar un plan concreto de renuncia al carbón y diseñar una ley vinculante.
Una idea adelantada por el Ministro del Medio Ambiente en el último período parlamentario pero que fue frenada, debido a la resistencia del hoy ministro socialdemócrata de Exteriores, Sigmar Gabriel, entonces Ministro de Asuntos Económicos.
El fin de la generación de energía basada en carbón mineral es la tarea más importante de la política climática en los próximos años. Si ahora se toma una decisión vinculante, se puede aceptar la espera de algunos años más. Son mejores las pequeñas promesas cumplidas, que las grandes incumplidas.
Alemania debe ser más modesta
Alemania debería aparecer más parca, cuando se trata de promesas ambientales. Ucrania, por ejemplo, se ha quejado de las exigencias alemanas en la reducción de los gases de efecto invernadero. En diciembre de 2018 tiene lugar la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Katowice, Polonia, uno de los mayores consumidores de carbón. Y Polonia no perderá la oportunidad de reprender a su vecino alemán.
Para los Verdes, que habían negociado ambiciosos planes de desmantelamiento de centrales eléctricas de carbón, la tarea del objetivo climático sigue siendo un estímulo económico.
Jens Thurau (JOV/VT)
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