Las maniobras conjuntas de Rusia y Bielorrusia arrancaron hoy cerca de la frontera con Polonia y los países bálticos. La falta de transparencia fomenta la desconfianza en Europa, opina Kai Küstner, corresponsal de ARD.
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Cuando el Kremlin se queja sobre la conducta supuestamente agresiva de la OTAN en la frontera con Rusia, el lenguaje usado no suele ser muy elaborado. Particularmente popular es el uso de comparaciones con el Tercer Reich o la "Operación Barbarroja", es decir, la invasión de las tropas nazis a la Unión Soviética en junio de 1941.
La propia mega maniobra llamada "Zapad" ("Occidente", en ruso) es declarada puramente defensiva y, por supuesto, pacífica. Esta manera de flexionar los músculos -y de eso se trata básicamente- debe verse como una contribución a la paz en el mundo que los países vecinos europeos ponen en peligro. Eso es lo que nos quiere contar la estrategia de comunicación del Kremlin.
Poca confianza
Sin embargo, es altamente recomendable no caer en pánico o reaccionar de manera histérica en los países occidentales de Europa. No hay el más mínimo indicio de que Moscú quiera usar estas maniobras para lanzar una ofensiva contra los países bálticos. El verdadero peligro para Europa es indirecto: estas maniobras continúan fomentando la desconfianza mutua.
El mejor ejemplo de esto es la discusión sobre la cantidad de soldados que toman parte en estas maniobras. Las reglas internacionales dictaminan que si una maniobra militar traspasa la marca mágica de 13.000 soldados, hay que invitar a observadores y permitir vuelos de reconocimiento. Para evitar esto, Rusia declaró el número de soldados con 12.700. En Europa Occidental se calculan unos 100.000 soldados.
Objetivos internos
El problema es que este debate tiene sus precedentes y su contexto. Rusia ha arrebatado un pedazo de tierra a Ucrania y reclama que eso fue legítimo. Ha instigado una guerra en el Este de Ucrania y lo niega. Subvenciona a partidos ultraderechistas en la UE y lo niega. Inunda la UE con campañas de noticias falsas (fake news) y lo niega. En vista de esto, el presidente Putin no debería estar demasiado sorprendido de que "Zapad" provoque cierto nerviosismo entre sus vecinos. Probablemente es exactamente este el objetivo del Kremlin. Con las maniobras, Putin aumenta la autoestima rusa y su propia imagen de hombre fuerte.
Putin acepta que en futuro será mucho más difícil quejarse sobre maniobras de la OTAN cerca de la frontera rusa. Pero Zapad provoca sobre todo una cosa: una creciente desconfianza entre los europeos. Y esto es peligroso para ambos lados.
Autor: Kai Küstner (GG/ER)
Rusia muestra toda su potencia militar (mayo 2017)
El clásico desfile del Día de la Victoria, jornada en la que Rusia conmemora el triunfo sobre la Alemania nazi, sirvió como marco para la exhibición de la fuerza del músculo armado ruso.
Imagen: Reuters/M. Shemetov
La importancia de la iconografía
Banderas de la era soviética, íconos socialistas y soldados coparon la Plaza Roja en Moscú este 9 de mayo. La conmemoración del Día de la Victoria, que este año sumó su versión número 72, es una buena oportunidad para revivir el glorioso pasado de la Unión Soviética, de la que muchos siguen siendo nostálgicos en la actual Rusia.
Imagen: Getty Images/AFP/Y. Kochetkov
Una reliquia de la Segunda Guerra
El tanque T-34 simboliza el poderío del Ejército Rojo y, al mismo tiempo, la rotunda sencillez de la ingeniería soviética. Gracias a ello, pudo ser producido en masa de forma rápida y eficaz para combatir al Ejército nazi. Su presencia en el desfile de este año es, como siempre, un saludo y un homenaje a un arma temible.
Imagen: picture-alliance/dpa/Tass/V. Sharifulin
Mostrar los dientes es poco
Este misil balístico intercontinental Yars RS-24 fue una de las estrellas del desfile. Diseñado para poner en problemas a los escudos antimisiles, está equipado con ojivas termonucleares y tiene un alcance estimado de hasta 13 mil kilómetros.
Imagen: Getty Images/AFP/K. Kudryatsev
Reforzar el patriotismo y a las tropas
En su discurso, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, hizo un llamado al trabajo conjunto para acabar con los problemas que aquejan al mundo. "La comunidad internacional debe unir sus fuerzas para una lucha efectiva contra el terrorismo, el extremismo, el neonazismo y otras amenazas", sostuvo. Añadió que su país debe reforzar sus fuerzas militares y el patriotismo.
Imagen: Reuters/S. Karpukhin
Miles de soldados ante el invitado de honor
Más de 10 mil soldados y unas cien unidades de todo tipo (artillería, transporte) desfilaron en Moscú, donde el presidente de Moldavia, el prorruso Igor Dodon, fue el invitado de honor. También se hicieron presentes, por primera vez, unidades militares especializadas que están preparadas para intervenir en el Ártrico.
Imagen: Reuters/S. Karpukhin
Un saludo de artillería
La artillería rusa dispara para saludar la parada del Día de la Victoria, que marca una de las festividades más patrióticas del país, en la que se recuerda a los casi 30 millones de muertos que sufrió la Unión Soviética en la guerra contra la Alemania nazi, conflicto que en Rusia y otras repúblicas de la región se conoce como Gran Guerra Patria.
Imagen: Reuters/T. Makeyeva
En San Petersburgo sí hubo aviones
A diferencia de Moscú, donde el mal tiempo impidió el paso de los aviones de combate que suelen dar cierre a las conmemoraciones, en San Petersburgo sí fue posible apreciar el sobrevuelo de las aeronaves, que en esta imagen parecen pequeños artefactos a un costado del monumento al emperador Pedro el Grande. En decenas de ciudades y exrepúblicas soviéticas hubo actos similares.
Imagen: Reuters/A. Vaganov
Ceremonias en todo el país
En Divnogorsk, cerca de Krasnoyarsk, decenas de ciudadanos salieron a las calles portando fotografías de sus familiares caídos en los combates de la Segunda Guerra Mundial. Este desfile en particular se conoce como la Marcha del Regimiento Inmortal.