La candidatura de Schulz a la jefatura del Gobierno alemán atizó la euforia socialdemócrata. De ahí que la victoria de la CDU de Merkel en los comicios del Sarre les caiga como balde de agua fría, opina Sabine Kinkartz..
Publicidad
Desde hace semanas, los miembros del Partido Socialdemócrata de Alemania dan la impresión de haberse embriagado con su propio optimismo. El último congreso de esa formación, celebrado hace una semana en Berlín, fue más bien una fiesta. Incapaces de disimular su euforia, los delegados encumbraron a Martin Schulz como nuevo presidente del SPD con el 100 por ciento de los votos. Durante unas horas, de cara a un año de abundantes elecciones, nada parecía poder detener ni a Schulz –principal rival de la democristiana Angela Merkel en los comicios federales de septiembre– ni a los candidatos socialdemócratas regionales. En un momento dado se habló del "tren Schulz” y de cómo éste arrasaría en las urnas, primero en Sarre, Schleswig-Holstein y Renania del Norte-Westfalia, y luego a escala nacional.
De ahí que la victoria de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) –el partido de Merkel– en los comicios del Sarre este 26 de marzo le caiga al SPD como un balde de agua fría. Así de rápido se puede recuperar la sobriedad. Los socialdemócratas habían interpretado los resultados de las encuestas como indicios de que no había razón para temerle a la CDU en el Sarre. En realidad, los democristianos les llevaban una ventaja porcentual de más de diez puntos gracias a la popularidad de su caballo de batalla, Annegret Kramp-Karrenbauer, quien terminó siendo reelecta como máxima autoridad de ese estado federado con más votos de los que le granjearon su primer triunfo en 2011. En ese sentido, solo resta decirle al SPD: "¡Bienvenido al mundo real!”
Decepción en el cuartel central del SPD
No es exagerado decir que, en términos objetivos, el SPD ha exhibido un ascenso vertiginoso desde enero de 2017. De hecho, considerando que a principios de año sólo contaba con el 24 por ciento de respaldo en los sondeos de opinión, cabe describir la cantidad de votos que obtuvo en Sarre como un éxito. Aún así, los socialdemócratas están inconsolables. En la Casa Willy Brandt de Berlín, el cuartel central del SPD, la decepción era palpable en la noche de este domingo. Estupefacción era lo que reflejaban los rostros de quienes anticipaban una conquista o, por lo menos, una contienda más simétrica.
El ambiente en la sede principal de la CDU no podía ser más distinto. En la Casa Konrad Adenauer de Berlín reinaba la alegría ante la perspectiva de conservar las riendas del Estado federado de Sarre. Los democristianos respiraron aliviados porque, si el SPD hubiera asumido el control de ese Land, la confianza de los socialdemócratas en sí mismos se habría visto robustecida en la misma medida en que se habría acentuado la crisis de la CDU.
Suspiro de alivio en la Casa Konrad Adenauer
Angela Merkel sigue estando en la mira de sus correligionarios. Ella se hizo vulnerable con su política de asilo original y, haga lo que haga, de esa mácula no se librará. La fuerza aparente con que Martin Schulz lanzó su candidatura plagó de dudas a los democristianos, quienes durante semanas se preguntaron por qué Merkel se mostraba tan pasiva, por qué no daba la impresión de estar en campaña electoral, por qué no pasaba a la ofensiva... Ahora, el inesperado margen con que la CDU ganó en los comicios de Sarre le da espacio de maniobra a la "mujer fuerte” de Berlín y, de paso, parece confirmar que la actitud asumida por Merkel fue la correcta.
La CDU está recibiendo un impulso estimulante a todo nivel. Queda claro que sí es posible movilizar a sus electores. Eso puede terminar dándole mayor espectacularidad a los comicios regionales por venir. Y es que los timoneles de Schleswig-Holstein y Renania del Norte-Westfalia son Torsten Albig y Hannelore Kraft, respectivamente, dos socialdemócratas que son tan queridos en esos Länder alemanes como la democristiana Annegret Kramp-Karrenbauer en Sarre.
La fiesta se acabó para el SPD
En Alemania, los gobernantes tienen a su favor la tendencia de los ciudadanos a reelegirlos una y otra vez hasta que aparece una alternativa mucho más atractiva. A veces, tener una personalidad fuerte es de gran ayuda para los políticos; pero, al final, lo que cuenta es el contenido. En otras palabras, el paquete completo es importante.
También el SPD debería sentirse aliviado tras las elecciones de Sarre. Eso podría ayudar a sus miembros a bajarse de las nubes. La euforia es como una espuela que anima a quien la siente a fijarse grandes metas; pero ella también puede empañar la visión. Y ya es tiempo de que los socialdemócratas dejen de ver la vida color de rosa. La fiesta terminó; ahora es tiempo de trabajar.
¿Triple alianza o "gran coalición”?
El SPD debe diseñar un programa de Gobierno a escala federal que deje en claro los propósitos que defiende. ¿Cuáles son sus objetivos políticos, qué opciones ofrece? ¿Al lado de quién podría cumplir sus promesas? ¿Con Los Verdes? ¿Con La Izquierda? ¿O nuevamente con la CDU y su hermana menor, la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU)? Los electores quieren saberlo. Cuando hay una oferta política que despierta interés y el debate es llamativo, son muchos más los ciudadanos que se acercan a las urnas. Eso solo puede hacerle bien a la democracia.
Sabine Kinkartz (ERC)
Un viaje a través de los 16 Estados federados
Berlín, Baviera o Renania son Alemania, pero cada 'land' es diferente y tiene sus propias peculiaridades. Aquí pueden encontrar algunos de los principales atractivos turísticos de la República Federal.
Bayern (Baviera)
Este estado es el primer destino turístico de Alemania. Cada año, unos ocho millones y medio de visitantes extranjeros vienen a Baviera, conocido principalmente por sus tradiciones, trajes típicos, cerveza y gastronomía abundante, así como por su hermoso paisaje. En la región viven alrededor de 12,8 millones de habitantes. Su capital es Múnich.
Baden- Württemberg (Baden-Wurtemberg)
El vecino de Baviera, en el suroeste, es Baden-Württemberg. Famosa por su dialecto y el acento de sus gentes, la región tiene el lema "podemos cualquier cosa, salvo hablar bien alemán". Diversidad es la palabra clave para describir Baden-Württemberg, y sirve para su paisaje, gastronomía y sitios que ver. Aquí viven unos 10,9 millones de personas. La capital es Stuttgart.
Berlin (Berlín)
Entre los 16 estados federados hay tres "ciudades estado". Entre ellas está Berlín, que además es la capital federal, sede del gobierno y la ciudad más grande de Alemania. En ella viven unos 3,7 millones de habitantes y es una ciudad en constante transformación. Por eso precisamente le gusta tanto a los turistas.
Hamburg (Hamburgo)
También una ciudad-estado es la Hamburgo, con alrededor de 1,8 millones de habitantes. Aquí la Gran Libertad no es sólo el nombre de una calle. Con el batir de las olas del Elba contra los muelles se deja sentir también su vibrante pulso. La ciudad portuaria es además la puerta de Alemania al mundo.
Bremen (Bremen)
Es el Estado federal más pequeño de Alemania. Lo forman sólo dos ciudades, Bremen y Bremerhaven (que significa 'Puerto de Bremen'), en las que viven 671.000 de habitantes. Es una ciudad-estado doble, rodeada por un único vecino, el estado de Baja Sajonia. La forma de vida en Bremen se define por su tradición hanseática y su cosmopolitismo.
Niedersachsen (Baja Sajonia)
Poca ciudad, mucho paisaje. Eso es Niedersachsen. Desde las marismas junto al Mar del Norte a las tierras altas, desde la frontera holandesa hasta la zona del Harz y su conocido parque nacional. Geográficamente, es la segunda región más grande de Alemania. Tiene cerca de ocho millones de habitantes. Su capital es Hannover.
Nordrhein-Westfalen (Renania del Norte-Westfalia)
Es la tierra de las alegres orillas del río Rin y de la laboriosa Westfalia. En el Estado con mayor población: 18 millones de habitantes. La ciudad más grande es Colonia (en la imagen), pero la capital es su vecina Düsseldorf.
Rheinland-Pfalz (Renania-Palatinado)
Es la región del vino, del bosque y del senderismo. Creada por la naturaleza, cultivada por el hombre. Regada por el Rin y el Mosela, el Nahe y el Ahr, sus paisajes son una delicia y la experiencia cultural garantizada. Renania-Palatinado tiene poco más de cuatro millones de habitantes. Su capital es Mainz (Maguncia), aunque destaca también Koblenz (Coblenza) (en la imagen).
Hessen (Hessen)
Cualquiera que recorra Alemania, no puede pasar de largo Hesse. El camino lleva de los bellos paisajes de encanto de los cuentos de los hermanos Grimm a la gran metrópolis bancaria de Frankfurt am Main (Fráncfort del Meno). La ciudad más grande, sin embargo, es Hesse. Y la capital del Estado es Wiesbaden. En la región viven 6,2 millones de habitantes.
Saarland (Sarre)
El Sarre, en el suroeste de Alemania, es un pequeño estado con una historia turbulenta. Limita con Francia y Luxemburgo. Su día a día es del más puro estilo de vida europeo. El estado cuenta con alrededor de 1,04 millones de habitantes. Su capital es Saarbrücken.
Schleswig-Holstein (Schleswig-Holstein)
Es la tierra entre dos mares, el Mar del Norte y el Mar del Este (aunque, en español, no se distingue entre este y el Báltico). El ambiente marítimo y la brisa saludable atraen a los visitantes a sus playas, a las islas y a sus ciudades portuarias. Aquí viven unos 2,8 millones de personas. Su capital es Kiel.
También Mecklenburg-Vorpommern se ve bordeado por el mar hasta, ahora sí, el Báltico. El estado es uno de los cinco nuevos estados federados pertenecientes a la RDA (DDR en alemán, la Alemania del Este) incorporados tras la reunificación. En Mecklenburg-Vorpommern viven alrededor de 1,6 millones de habitantes. Su capital es Schwerin.
Brandenburg (Brandemburgo)
Otro de los nuevos estados es también su vecino: Brandenburg. Alrededor de Berlín, Brandemburgo ofrece en comparación pura relajación. La capital del estado es Potsdam, con sus famosos castillos. En toda la extensa región vive menos gente que en Berlín: 2,5 millones de habitantes.
Sachsen (Sajonia)
Sajonia está también en la Alemania oriental y representa, con sus 18.400 kilómetros cuadrados, la superficie media de las regiones alemanas. La capital barroca de Dresde y el extraño paisaje rocoso de la Suiza sajona son solo dos de los muchos destinos interesantes de Sajonia.
Sachsen-Anhalt (Sajonia-Anhalt)
En Sajonia-Anhalt los visitantes encontrarán hermosos jardines como los de Dessau-Wörlitz del siglo XVIII y de estilo inglés, pero también iconos de la modernidad fruto de los maestros de la Bauhaus, con el arquitecto Walter Gropius a la cabeza. En la región viven alrededor de 2,2 millones de personas. Su capital es Magdeburg (Magdeburgo).
Thüringen (Turingia)
Turingia ha dado al mundo grandes pensadores como Lutero, Goethe o Schiller. Alrededor de 2,2 millones de personas. Su capital es Erfurt. Autora: Elisabeth Yorck