Los socialdemócratas negociarán con la Unión Cristianodemócrata y Social la formación de un gobierno. Pero nadie está satisfecho. La apretada decisión es un desastre para el liderazgo del partido, dice Sabine Kinkartz.
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Cualquiera que quiera conocer el estado del SPD debe echarle un vistazo a Martin Schulz. El líder del partido aparece demacrado. Con su discurso en la convención de Bonn no logró despertar ni optimismo ni entusiasmo entre los 600 delegados. Schulz se encuentra entre la espada y la pared. El hombre que un año atrás se presentó como la esperanza del SPD, y cuya candidatura generó un singular frenesí, se ve débil y alicaído.
Mientras los Jusos, los jóvenes que promovieron la ahora fallida "rebelión de enanos" para evitar una nueva gran coalición "GroKo”, hacen gala de poder de convicción tras lograr que cerca de un 44 por ciento de los delegados los siguieran en su rechazo a seguir con Merkel. Solo el 56 por ciento atendió la recomendación del ejecutivo del partido. Esto será un incentivo para los jóvenes socialdemócratas y oponentes de la "GroKo” en las próximas semanas. Al final, los 450.000 miembros del partido votarán sobre el acuerdo de coalición, que el SPD negociará ahora con la Unión.
¿No sería Andreas Nahles mejor presidenta del SPD?
Este estado de cosas no es un buen augurio, ni para el partido, y menos para su cúpula. Ya existe una brecha profunda en el SPD, y esta se profundizará en el futuro cercano. Hay frentes opuestos, que tienen enfoques muy diferentes. Ambas partes tienen buenos argumentos; pero ambos lados también representan altos riesgos. Una nueva coalición de gobierno con la Unión puede terminar debilitando tanto al SPD, como en el caso de que se exponga a nuevas elecciones. El SPD no tiene ninguna fórmula mágica. Los socialdemócratas tienen un dilema casi imposible de resolver.
Y nada indica que Martin Schulz pueda sacar al SPD de la crisis más profunda de su historia, pero probablemente Andrea Nahles sí lo logre. Ella demostró en Bonn la pasión, la fuerza y la voluntad que le faltaron a Schulz. Con su lema de "negociar con Merkel hasta que chille” cautivó al pleno, incluso a algunos escépticos.
Peste y cólera
No todos los escépticos estaban tan seguros de que un rechazo a la gran coalición era la mejor vía. La realidad es que la gran coalición es tan impopular en el SPD, que es probable que no haya nadie que la apruebe con la conciencia tranquila. Quienes votaron por un "sí”, lo hicieron pensando que un "no” era aún peor: una elección entre peste y cólera.
Pero, ¿cómo quiere gobernar un partido tan dividido? Un partido en el que la desconfianza de sus bases en su liderazgo ha tomado formas casi grotescas. "Los de abajo" contra "los de arriba" es el segundo frente de división del SPD. ¿Cómo quiere este partido motivar a un ciudadano para que vote por él?
Los socialdemócratas, que han tenido que renunciar a tanto en los últimos años, deben estar atentos, porque si no logran renovarse, se hundirán en la insignificancia.
Autora: Sabine Kinkartz (JOV/DZC)
Helmut Schmidt: estadista de la vieja escuela
Helmut Schmidt, quinto canciller de la República Federal de Alemania. Desde el inicio, el político del SPD adquiere su reputación de gestor de crisis. Hasta su muerte, fue una de los estadistas más prominentes del país.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bodo Marks
Señor de las mareas
En febrero de 1962, un huracán provoca inundaciones en Hamburgo: la primera prueba de fuego para el ministro del Interior de la ciudad-estado, Helmut Schmidt, de 42 años. Opta por actuar de forma ajena a la burocracia, y moviliza a soldados del ejército (Bundeswehr) para las tareas de rescate. En Alemania se gana el apodo de “hombre de acción” y recibe aplausos de todo el mundo.
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Carrera en la política federal
El 22 de octubre de 1962 asume su primer cargo en el Gobierno federal: se convierte en el nuevo ministro de Defensa de la coalición social-liberal. Entre otras decisiones, decide acortar el servicio militar de 18 a 15 meses. En 1972, ya como ministro de Finanzas, trabaja junto al canciller Willy Brandt y el por entonces ministro de Asuntos Exteriores Walter Scheel: ha llegado al centro del poder.
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El comienzo de su cancillería
Willy Brandt dimite en 1974 y Helmut Schmidt se convierte en su sucesor. Aunque se lo considera un formulador de políticas económicas muy capaz, en el seno del SPD recibe muchas críticas. Sobre todo del ala izquierda del partido, que a menudo no entiende su pragmática forma de hacer política.
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Su mujer
Su espoda durante muchos años, Hannelore "Loki" Schmidt, fue el centro de su vida fuera de la política. Se casaron en 1942 y tuvieron dos hijos, un niño y una niña. El varón murió antes de cumplir un año. Loki y Helmut Schmidt permanecieron juntos como pareja hasta la muerte de ella en 2010, demostrando respeto y tolerancia mutua.
Imagen: picture-alliance/dpa
Helmut Schmidt y el "Otoño Alemán"
Condolencias para la viuda del presidente de la asociación de empresarios Hans Martin Schleyer asesinado en 1977. El grupo terrorista de extrema izquierda RAF fue una nueva prueba de fuego para Schmidt. Cuando un avión de Lufthansa fue secuestrado en la capital de Somalia, Mogadiscio, mandó a una unidad de lucha contra el terrorismo para que asaltara y liberara a los rehenes.
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Aliado de Francia
La política exterior acerca a Helmut Schmidt a su vecino occidental, Francia, como demuestra este encuentro con el presidente Valéry Giscard d’Estaing en 1978. A ambos los une una amistad duradera, y juntos ponen en marcha el Sistema Monetario Europeo (SME). Al mismo tiempo, Schmidt establece estrechos lazos con sus socios estadounidenses.
Imagen: picture-alliance/dpa
Políticas sociales en su contra
A finales de la década de los setenta y principios de los 80, el ecologismo y el pacifismo serán cada vez más importantes. Helmut Schmidt, sin embargo, apuesta todavía por la energía nuclear. Su postura será objeto de críticas dentro y fuera del SPD. Sobre todo provocó discusión la decisión de Schmidt de apoyar a la OTAN en su plan de emplazar misiles nucleares en Europa Occidental.
Imagen: ullstein bild - BPA
De dirigente a excanciller
En 1982 se rompe la coalición de gobierno con el FDP, lo que significó el fin de la cancillería de Helmut Schmidt. Con las felicitaciones a su sucesor Helmut Kohl (CDU) comienzan los 16 años de la oposición política del SPD. Schmidt se retira de la política activa y, entre otras cosas, se convierte en coeditor del semanario Die Zeit. A nivel internacional, se convierte en un orador habitual.
Imagen: picture-alliance/dpa
Se retira un estratega
Hasta hace poco, Helmut Schmidt siguió participando en debates sobre política nacional e internacional. En 2005, fue elegido como el político alemán más popular en una encuesta. Incluso dentro del SPD siguió siendo un asesor importante. Durante la búsqueda de un candidato adecuado para acceder a la Cancillería en las elecciones de 2013, movió ficha por su compañero de ajedrez Peer Steinbrück.
Imagen: Hoffmann und Campe
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