Donald Trump es la provocación personificada. Y no solo para sus oponentes y el establishment político estadounidense, sino también para los socios de su país, opina Richard Wagner.
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Los ánimos caldeados y la retórica de odio contra sus oponentes, incluso los de sus mismas filas, que dominó en la convención del Partido Republicano, calzaron como guantes en las manos de Donald Trump. El demagogo colérico, que se presenta como portavoz de los olvidados por las élites y los perjudicados por la globalización, y que ahora el Estados Unidos profundo ha puesto como candidato de los republicanos a la presidencia del país, no solo ha dividido a su nación. También los socios de EE. UU. ven con preocupación a este hombre y su enorme ego.
Que el mundo está sumido en el caos se puede apreciar casi a diario y en cualquier rincón del planeta. Dadas la amenaza terrorista que se ha enquistado en medio de las sociedades occidentales, las pretensiones imperiales incalculables de China y Rusia y la crisis de los refugiados, cuyo fin parece estar lejos de llegar, parece especialmente perturbador que un posible mandatario de la principal potencia occidental tenga como lema “Estados Unidos primero” y presente como principio rector de su política exterior la imprevisibilidad.
Por desgracia, el público frustrado en términos políticos y económicos ve con buenos ojos cuando se pone por encima de todo el interés del propio país, con un discurso neoaislacionista que se aleja del resto del mundo y deja en claro, hasta en los gestos y la mímica, que no se dejará guiar por nadie.
Su reciente advertencia a los socios de la OTAN, de que no deberían confiarse de la ayuda estadounidense si no hacen lo suficiente para protegerse a sí mismos, da una imagen precisa de todo esto. Los que deben estar realmente preocupados son los países bálticos, que ven con estupor que Trump dice que respeta la fuerza del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y hace saber que espera llevarse “muy bien” con él.
Pero la comida se cocina más caliente de lo que se come. El ánimo insultante de Trump, sus provocaciones y absurdas apreciaciones de la política mundial hacen temer a los aliados de Estados Unidos que vendrán tiempos turbulentos si el empresario realmente se asienta en la Casa Blanca.
Donald Trump y la literatura
Tony Schawrtz, el "escritor fantasma" de "The Art of the Deal", lamenta entretanto haber contribuido a forjar el mito de Donald Trump, y dice que el candidato presidencial republicano no es precisamente un gran lector.
Imagen: Timothy L. O´Brien
The Art of the Deal: Donald J. Trump y Tony Schwartz
"The Art of the Deal" (El arte de la negociación), una mezcla de memorias y manual para los negocios, fue un gran éxito en 1987. Trump dijo que era obra de su pluma, pero su "ghostwriter", Tony Schwartz, escribió hace no mucho en la revista "The New Yorker" que eso era cierto solo en parte. Entretanto, Schwartz lamenta haber contribuido a forjar el mito del carismático hombre de negocios Trump.
Imagen: Random House
La Biblia
Según Trump, hay un solo libro que prefiere a "El arte de la negociacion": la Biblia. Pero parece que no leyó con cuidado aquello del mandamiento de no mentir. Por lo menos Schwartz dice que, durante los 18 meses de preparación del libro, se dio cuenta rápidamente de que Trump se apartaba de la verdad sin contemplaciones. Por eso inventó el eufemismo "verdadera hipérbole".
Imagen: Getty Images/J.Raedle
Sin novedad en el frente: Erich Maria Remarque
Esta obra maestra de 1929 sobre el sinsentido de la guerra debería ser lectura obligatoria en las escuelas, y con frecuencia en efecto lo es. En una entrevista con Fox News, en mayo, Trump mencionó esa novela al ser consultado sobre cuál era su tercer libro favorito. Cuando le preguntaron por lecturas más recientes, admitió que no tenía tiempo para leer.
Imagen: Random House Trade Paperbacks
Advertencias a mí mismo: Norman Mailer
Esta recopilación de relatos cortos, ensayos y entrevistas cimentó la fama de escritor antiburgués de Norman Mailer y no figura probablemente en la hipotética biblioteca de Trump. Pero el título es aplicable a "The Art of the Deal", en opinión de "The New Yorker". Se le critica a Trump haber afirmado en sus memorias que es un "self-made man", siendo que su padre era multimillonario.
Imagen: Harvard University Press
Trump Nation: Timothy L. O'Brien
Reveladora es la biografía escrita por Thimothy O'Brien "TrumpNation: The Art of Being the Donald", del año 2005. Trump permitió que el reportero lo entrevistara, pero también intentó demandarlo (infructuosamente). La nueva edición del libro, de 2016, comienza con una típca cita de Trump: "Puedo ser más presidencial que cualquiera".