A veces, una imagen dice más que mil palabras. En este caso no solo se trata de diferencias de opinión, sino de concepciones del mundo completamente diferentes, opina Christoph Strack.
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La cita fue, seguramente, "amazing”. Las fotos posteriores a la audiencia de Donald Trump con el Papa muestran que Trump sonríe, como a menudo durante su viaje, y el anfitrión mira como si pensara cuán interesante y cordial fue el encuentro con los Obama en la Casa Blanca en 2015.
La reunión duró 29 minutos, menos de media hora. Los encuentros regulares de Francisco con Angela Merkel duran bastante más. Pero eso es otra cosa. Trump es un presidente que quería pasar simplemente por el Vaticano, porque las imágenes desde la Santa Sede dan una buena impresión en Estados Unidos. Y el Papa recibe, naturalmente, a jefes de Estado. Pero, también pueden venir dictadores o violadores de los derechos humanos. O Trump.
No se trata de reinventar el mundo. El Papa recibe a todos los que, a ese nivel, vienen a visitarlo. Los 29 minutos son una ironía, en vista de las muchas expectativas que el encuentro había despertado. Basta echar una mirada a una noticia publicada un día antes del encuentro de Trump con el Papa, que recuerda que el debate de fondo entre las exigencias del Papa –y de la Iglesia católica– y el presidente se llevará a cabo en otro campo de juego. La noticia está titulada: "Obispos estadounidenses: el presupuesto de Trump es inmoral".
Los obispos estadounidenses, entre los que hay políticamente de derecha y muy de derecha, criticaron duramente los recortes presentados por la administración Trump para el presupuesto 2018.
Chocan dos mundos
Los recortes afectan los gastos sociales, por ejemplo, para el sistema sanitario, ayuda alimentaria para pobres y guarderías infantiles. Un obispo dijo que se trata de "duros recortes, que golpean a los pobres y hambrientos de nuestro país". En 2017 se cumplen 50 años de la primera "mesa para pobres" privada, creada en Arizona. Es posible que Trump la haga revivir, si la ayuda para los pobres se deja en manos de organizaciones de voluntarios.
En una comparación entre Trump y Francisco chocan dos mundos. Por un lado, el héroe rubio multimillonario y ahora la persona más poderosa del mundo, que viaja sonriente por el mundo, un mundo que no entiende y que quizás tampoco quiera entender. Es un símbolo del individualismo extremo. Por otro, el argentino hijo de inmigrantes que, como Papa, representa el bienestar social y la solidaridad de la familia mundial. El crítico de la globalización se ve confrontado con alguien que quiere globalizarse a sí mismo.
Ese abismo entre la individualización de la felicidad personal y la responsabilidad social, por un lado, y las exigencias de la doctrina social católica, por el otro, marcaron durante muchas décadas los roces de la sociedad estadounidense con el catolicismo.
La Iglesia católica estadounidense se politiza
¿Y hoy? No solo en ciudades como Los Ángeles y San Francisco existe desde hace tiempo un mundo singular de inmigrantes que quieren hacer realidad su propio "sueño americano". La mayoría de los que provienen de América Central y del Sur son católicos. Y también muchos provenientes de Asia son cristianos.
¿Qué tiene todo eso que ver con que ambos protagonistas pongan caras tan diferentes en la foto? Francisco nombra a obispos y cardenales. Y cada vez que elija a uno tendrá en cuenta cuáles prestan atención al destino de los marginados en la sociedad estadounidense (y también en el mundo globalizado). Porque el mensaje del Evangelio es para el Papa eminentemente político.
A Trump le puede dar lo mismo. Pero, la Iglesia católica de Estados Unidos se politizará aún más en los próximos años. Seguramente, el Papa le prometió a Trump que rezará por él y por Estados Unidos. Vamos a ver qué consecuencias tiene…
Donald Trump, el presidente impredecible
Son los primeros tres meses de una larga presidencia. No hay nada semejante a Trump. El presidente 45 de Estados Unidos hace que el mundo aguante la respiración.
Imagen: picture alliance/ZUMAPRESS/B. Woolston
Discurso inaugural
El primer discurso presidencial tras la toma de posesión el 20 de enero en las escaleras del Capitolio fue una extensión de la campaña. Casi de manera agresiva anunció los lineamientos de su nueva política: “Primero Estados Unidos”. El país estaría experimentando una masacre, dijo, y eso debe acabar. Frente al asombro de todo el mundo, la pregunta era: ¿qué planea este hombre?
Imagen: Reuters/C. Barria
Ilusión óptica
¿Se ven más personas a la izquierda que a la derecha? ¡Se equivoca! Lo que pasa es que usted aún no puede aceptar las “verdades alternativas”. Exactos ocho años separan a las fotografías. Las manchas blancas de la derecha muestran la ausencia de visitantes el día de la posesión de Donald Trump el 20 de enero. El interés por la asunción de Barack Obama el 2009 fue indiscutiblemente mayor.
Imagen: dpa/picture-alliance
La mujer a su lado
No se sabe mucho de ella. Melania Trump, la tercera esposa del presidente, es de Eslovenia. Exmodelo y madre de Barron William (2006), el hijo presidencial más joven desde John F. Kennedy Jr. Por eso se la compara a veces con Jackie Kennedy, por lo menos en lo que respecta a la moda.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Loeb
Muchos detractores animados
Protestas en masa contra el nuevo jefe de la Casa Blanca. Y esto ya desde el segundo día. Sólo en Washington había alrededor de 500.000 manifestantes en las calles en la “Marcha de las Mujeres”. En protestas paralelas, desde Nueva York hasta Los Angeles, se movilizaron más de cuatro millones de personas. Ya desde el principio, Trump polarizaba y agravaba las divisiones en el país.
Imagen: picture-alliance/dpa/J.Minchillo
Un decreto tras otro
Trump gobierna por decreto. ¿Cómo? Los decretos los firma en serie utilizando el instrumento de poder de sus facultades ejecutivas, que utiliza frente al Congreso, siempre de manera legal. Sin embargo, con su prohibición de entrada para los musulmanes de varios países se excedió. Los tribunales federales detuvieron su aplicación. Mucho se preguntan: ¿sabe él lo que está haciendo?
Imagen: Reuters/A. P. Bernstein
Los murmuradores
Su punto de apoyo, su inspiración. Stephen Bannon se convirtió en jefe de estrategias en la Casa Blanca. El controvertido periodista y exdirector en jefe del derechista “Breibart News” se autoproclamó como un economista nacionalista y le recomendó a Trump desmantelar por completo el aparato estatal. Al día 76 de su mandato lo separó del círculo del Consejo Nacional de Seguridad.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Ngan
La manipuladora
Ella es la madre de los “hechos alternativos”. Kellyanne Conway, abogada e investigadora de mercado, es la consejera oficial del presidente. Ya es conocida en el ámbito político como un “camaleón” muy notorio. Ya sea inventando una masacre, para legitimar la prohibición del ingreso de musulmanes, o a través de su apariencia “adolescente” en la Oficina Oval.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Smialowski
Una entre millones
Guadalupe García de Rayos es el rostro del decreto presidencial del 25 de enero. La madre mexicana de dos niños nacidos en los Estados Unidos es una de las más de once millones de “indocumentados” que viven en el país. La mujer, de 36 años, fue detenida y deportada a México sin su familia. Exactamente lo que anunció Trump en la campaña electoral.
Su política recuerda a un permanente “Estado de Emergencia”. Comentadores y caricaturistas han ejercitado su creatividad con un presidente que abiertamente gobierna sin tabúes. En los carnavales de Alemania los diseñadores de carros fueron poco delicados a la hora de representar a Trump, haciendo referencia a la elocuente y famosa “Libertad” norteamericana.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Gambarini
Frontera cerrada
Lo que aún está por decidirse será noticia en los próximos años. La frontera sur de Estados Unidos deberá convertirse en un obstáculo insuperable para los mexicanos. Eso también prometió Trump en la campaña electoral. Las familias separadas ya se reúnen en la valla, pero apenas les queda espacio para tocarse los dedos.
Imagen: Reuters/J. Duenes
Así lucen los perdedores
Siete años han luchado los republicanos contra “Obamacare”, la reforma de salud del gobierno saliente. Cuando tuvieron la oportunidad de realizar el cambio de sistema, el ala ultraconservadora empujó su reemplazo total. Paul Ryan, vocero de los republicanos en el Congreso, tuvo que reconocer la derrota. La imagen de Trump como “negociador” se vio debilitada.