La victoria de Donald Trump anima a la extrema derecha en Estados Unidos. No importa cuán racista sea realmente el futuro presidente, el auge del extremismo es responsabilidad suya, afirma Ines Pohl, desde Washington.
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Durante la campaña electoral, las organizaciones de derechos humanos y las asociaciones que asisten a inmigrantes indocumentados advirtieron que el discurso de odio de Donald Trump podría impulsar al país a una guerra civil.
Ahora, Donald Trump ganó, pero la confrontación continúa. Algunos de sus seguidores celebran su elección con el saludo de Hitler en las redes sociales y propugnan abiertamente la limpieza étnica. Grupos como el "Instituto de Política Nacional" (NPI) invitan, convencidos de su victoria, a ruedas de prensa para difundir su ideología, a apenas unas cuadras de la Casa Blanca.
Con el pelo peinado a lo Hitler y una amplia sonrisa en el rostro, explican que es hora de que los blancos recuperen lo que es suyo. A saber, la soberanía sobre "su propio país", los Estados Unidos, que en última instancia fue establecido por europeos, dicen. Hablan abiertamente sobre el hecho de que la identidad blanca se ve amenazada por una sociedad multicultural. Afirman que la corrección política y la "prensa mentirosa" son responsables de garantizar que las minorías tengan más voz que la raza blanca. Proclaman con fuerza que hay que mantener vigilados a los musulmanes y crear regiones exclusivas donde sólo puedan vivir blancos.
Su popularidad en las redes sociales es inmensa, sus cifras de visitantes en Internet se dispara. La turba se libera. Es extremadamente peligroso para la paz social en el país. Al otro lado del espectro político, la creciente preocupación se transforma en protestas no violentas en las calles. El odio engendra odio. Y cada vez más gente siente que sus vidas y las de sus familias están amenazadas. Y están dispuestos a luchar por su futuro.
La responsabilidad de todo esto es de Donald Trump. Demonizó a grupos étnicos y religiones enteras para hacer campaña electoral agitando esos temores. Y recién elegido, trae como asesor a Steve Bannon, considerado uno de ellos por los nacionalistas de derecha, sin que Trump ni su futuro equipo de gobierno se distancien de esos grupos.
Para el fundador del NPI, Richard Spencer, Donald Trump y su movimiento político serían el cuerpo. Él y su ideología, la cabeza. La cabeza de la que todavía carece Trump. Hasta ahora, había buenas razones para sostener que Trump no tenía, en sentido clásico, ninguna ideología. Para él se trata, primero, de sí mismo y de hacer negocios. Consecuentemente, hay ahí un espacio para una ideología política que sea más compleja y consistente que la mera promesa de "volver a hacer grande a América".
No pasará mucho tiempo antes de que los votantes de Trump queden decepcionados y sientan que no se implementan las sonoras promesas que hizo. Ni los empleos van a llover del cielo, ni México va a pagar por construir un muro en su frontera.
Entonces, Trump necesitará algún chivo expiatorio al que hacer responsable de su fracaso. No es difícil imaginarse a quién van a señalar su asesor estratégico Bannon y los nacionalistas de derechas: a los inmigrantes no europeos y a los musulmanes. La historia puede repetirse.
Es un magnate inmobiliario, autor de superventas, estrella televisiva y, en breve, el 45º presidente de los Estados Unidos de América. A Donald Trump muchos se lo tomaron a risa, ahora se muda a la Casa Blanca.
Imagen: picture-alliance/dpa
La familia, el imperio
En compañía de los suyos: Donald Trump con su esposa Melania, sus hijas Ivanka y Tiffany, sus hijos Eric y Donald junior y sus nietos Kai y Donald junior III. Los tres hijos mayores actúan como vicepresidentes 'senior' en el Holding Trump Organization.
Imagen: picture-alliance/dpa
1984
Ese es el año de esta imagen. En ese momento, Trump inauguraba el Harrah's en el Trump Plaza, un casino en Atlantic City. Una de las muchas inversiones que hicieron del millonario heredero un multimillonario con miles de millones.
El imprescindible y, en comparación, minúsculo capital inicial para sus negocios lo consiguió Frederick Trump (padre de Donald) de su padre, que le dejó un millón de dólares. A su muerte, en 1999, Donald Trump y sus tres hermanos recibieron una herencia de 400 millones de dólares.
Imagen: imago/ZUMA Press
Torre de dinero
Trump, el empresario de los casinos, apuesta fuerte. Arriesga, por lo que a veces falla. Pero a largo plazo consigue éxitos. Como con la Torre Trump en Nueva York. Él cifra su fortuna en en diez mil millones de dólares. Los expertos sostienen que un tercio es un cálculo más realista.
Imagen: Getty Images/D. Angerer
"Muy bueno, muy listo"
Eso dice Trump sobre sí mismo. Y alega que estudió en la universidad de élite de Wharton en Filadelfia. Allí obtuvo una licenciatura en 1968.
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Capitán Trump
Antes, su padre le había enviado con 13 años a un internado militar en Cornwall-on-Hudson. Ahí debía aprender disciplina. En su último año alcanzó el rango de oficial. Sobre aquella época, Trump afirma que allí recibió más entrenamiento militar que en el propio Ejército.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/
Lesión en el pie en lugar de ir a Vietnam
Sin embargo, no sirvió en la guerra de Vietnam. Con una calcificación en el talón, una dolorosa lesión, el joven deportista fue declarado no apto.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Su primera mujer: Ivana
En 1977 Trump se casó con la modelo checa Ivana Zelníčková. Tres niños nacieron de un matrimonio que siempre estuvo ensombrecido por los rumores de infidelidades. Ella es también la que le puso el apodo: "The Donald".
Imagen: Getty Images/AFP/Swerzey
Familia número dos
En 1990 se separó de Ivana y se casó con su segunda mujer, Marla, 17 años menor que él. A la hija que tienen en común la llamaron Tiffany.
Imagen: picture alliance/AP Photo/J. Minchillo
Girls, Girls, Girls
No sólo le gusta a Trump mostrarse en público al lado de su esposa. También frecuenta concursos de belleza y posa del brazo con jóvenes modelos. De 1996 a 2015 le perteneció incluso el concurso de Miss Universo en Estados Unidos.
Imagen: picture-alliance/dpa/K. Lemm
El arte de la negociación
¿Como se hace uno millonario rápidamente? El 'bestseller' de Trump "El arte de la negociación" da indicaciones. Es parte autobiográfico, parte un libro de ayuda para empresarios ambiciosos. No sólo lo aupó en las listas de ventas, también lo puso en la palestra de la opinión pública.
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Segundos fuera para 'el Donald'
Como pocos consigue Trump ser el centro de todas las miradas. Como aquí, en el ring de lucha libre. Aúna el espíritu empresarial y el del espectáculo. Con su programa televisivo de entretenimiento 'El aprendiz', contrataba y ponía a prueba a jóvenes candidatos. Su frase favorita: "¡estás despedido!".
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Trump en política
Apenas se había preocupado de la política anteriormente: sin embargo, el 16 de junio de 2015 anunció que se presentaba a la carrera electoral republicana. Su lema: "hagamos a América grande de nuevo". En su campaña le acompaña su familia y en ella carga contra inmigrantes, musulmanes, mujeres… y contra sus competidores.
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Una administración digna
¿Puede un populista 'showman' convertirse en el líder del mundo libre? Muchos no pueden ni imaginarse. Pero la historia de Donald J. Trump también muestra que este hombre tiene una capacidad camaleónica de transformarse.