Dos ausentes determinaron el rumbo de la Conferencia de Seguridad de Múnich: Merkel y Putin. Mientras que la canciller lucha por la supervivencia política, el presidente ruso se frota las manos, cree Christian F. Trippe.
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Una vez al año, el político republicano John McCain, senador por Arizona, lee la cartilla a los europeos y disfruta su papel de "Casandra" de la política de seguridad. Su aparición en la Conferencia de Seguridad de Múnich forma parte del folclore transatlántico. No obstante, este año McCain comenzó su discurso con un elogio inesperado: agradeció a la canciller alemana, Angela Merkel, su gran capacidad de liderazgo.
Merkel pierde aliados
Estados Unidos tiene claro que la canciller germana enfrenta una presión política que le podría costar su cargo y a los estadounidenses una aliada confiable. Si bien este año Merkel no acudió a la Conferencia de Seguridad, su destino político sí se negoció en Múnich, quizá incluso se decidió.
El primer ministro francés, Manuel Valls, dejó claro que su país rechaza la política de refugiados alemana. Francia se niega a acoger a más refugiados, y París se opone al plan de Merkel de implementar una suerte de mecanismo de distribución de migrantes de carácter vinculante en la UE. Con ello, Merkel también perdió su última esperanza de contar con un fuerte aliado en la crisis de refugiados. En la cumbre de la UE que se celebrará esta semana su fracaso está asegurado.
Diplomacia débil en la crisis ucraniana
Y es que la crisis de refugiados ya ha absorbido tanto de su energía política que -de forma desapercibida- Merkel también ha empezado a perder el mando en otro campo. Hace unos dos años, cuando Rusia anexionó la península ucraniana de Crimea y apoyó con armas y combatientes el levantamiento separatista en el Este de Ucrania, Alemania asumió el liderazgo diplomático en la crisis ucraniana. EE. UU. se mantuvo en un segundo plano, y el presidente Barack Obama le cedió el paso a Alemania.
Sin embargo, en las últimas semanas, EE. UU. ha intervenido cada vez más en la crisis ucraniana, tratando de insuflar nueva vida al llamado acuerdo de Minsk a través de una diplomacia silenciosa. En negociaciones secretas con los rusos, los estadounidenses sondearon si todavía era posible salvar el acuerdo. Al final de su presidencia, a Obama seguramente le convendría un éxito en materia de política de paz. Asimismo, en los últimos meses, la diplomacia alemana en Ucrania ha perdido fuerza y ánimo.
Debilidad de Merkel le viene bien a Moscú
Mientras más refugiados llegaron a Alemania, menos energía política tuvo la Cancillería para otros temas. Algunos observadores interpretan esta obvia interacción como una gigantesca conspiración: en Siria, las bombas de Putin contra los enemigos de Bashar Al Asad generan cada vez más refugiados que huyen a Alemania, lo cual debilita a Merkel e incluso la podría hacer fracasar. Quienes sostienen esto creen que Putin es capaz de manejar los flujos de refugiados y decidir el destino de cancilleres.
Sin lugar a dudas, el debilitamiento de Merkel le viene bien a Rusia; por otro lado, hasta a EE. UU. le preocupa que la crisis de refugiados pueda amenazar el proyecto europeo en su totalidad, así como el Gobierno de Angela Merkel.
En la Conferencia de Seguridad de Múnich, esta compleja situación también se hizo sentir en el salón de fiestas. En Alemania, la política de refugiados de Merkel es criticada sobre todo por el ministro presidente de Baviera, Horst Seehofer, quien hace poco le dio una puñalada en la espalda a la canciller con su visita a Putin en Moscú. Este viaje le disgustó tanto al senador John McCain, que en la noche del sábado declinó la invitación a cenar de Seehofer.
Angela Merkel: hacia el cuarto mandato
Los alemanes la llaman “Mutti”: Angela Merkel, una muchacha de provincia que ahora es la mujer más poderosa del mundo, irá por un nuevo mandato como canciller. Aquí los capítulos más importantes de su vida.
Imagen: Reuters
Y de pronto apareció Angela
Angela Merkel, una mujer de la Alemania del Este sin grandes contactos políticos, fue primero presidenta del partido conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU) y luego se convirtió en canciller. Fue reelecta tres veces, y este domingo anunció que buscará un cuarto mandato. ¿Cómo llegó a la cima de la política alemana?
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Cuando "Mutti" todavía era "Angie"
¿Quién hubiera pensado entonces que Angela Dorothea Kasner sería alguna vez la mujer más influyente del mundo? Disciplina, objetividad, moderación y sensatez: la pequeña Angela creció en un hogar protestante en Templin, Brandeburgo. Su padre era pastor, su madre, ama de casa. Angela tiene dos hermanos más pequeños.
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La familia
En la foto vemos a los abuelos de Angela Merkel, la “Oma” Greta y el “Opa” Ludwig, con su hijo, Horst Kazmierczak, quien luego sería el padre de Angela. La familia, de raíces polacas, vive en Poznan, Prusia Occidental (luego Polonia) y más tarde se traslada a Berlín, donde cambia su apellido por el de Kasner.
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Alumna ejemplar
Angela va a la escuela en Brandeburgo. En la foto se la ve en un campamento, poco después de recibirse de Bachiller, en 1973, con un promedio de 1,0, el más alto en Alemania. Se destaca en matemáticas y en ruso. Durante su etapa escolar, Angela es miembro de la Juventud Socialista.
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Los 70: ciencia, no rock & roll
Merkel comienza su carrera de Física en Leipzig, y luego pasa a trabajar en la Academia de las Ciencias de la RDA en Química. Se doctora con una tesis sobre reacciones de desintegración. "Angela me llamó la atención por su forma de ser abierta, amable y natural”, recuerda su primer marido, Ulrich Merkel. La canciller gusta mucho de viajar. En la foto, en una estadía en Praga.
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Cambio de vida
“Un día empacó sus cosas y se fue de la habitación en la que vivíamos, de 10 metros cuadrados”, cuenta Ulrich Merkel. “Ella se llevó el lavarropas; yo me quedé con los muebles”. Años más tarde, Angela Merkel comienza su actividad en la política en la CDU. Un nuevo hombre entra en su vida política: Helmut Kohl, su mentor.
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Contra viento y marea
De la mano de Kohl, alguna vez llamado "el canciller eterno", Merkel asciende en su carrera política: en 1990 se convierte en diputada del Parlamento alemán. Kohl la nombra ministra de Mujer y Familia. Cuatro años más tarde será ministra de Medio Ambiente en el gabinete de Kohl, responsable de la seguridad nuclear. Merkel podría estar más tiempo como canciller que Kohl, que estuvo 16 años.
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La ganadora
Wolfgang Schäuble, que presidía la CDU, la propone como secretaria general del partido en 1998. Dos años más tarde ya es ella la jefa del partido. En 2005 gana las elecciones con la CDU y es la primera canciller alemana, muy a pesar de Gerhard Schröder, que hubiera querido seguir en el cargo. Bajo el mando de Merkel, la CDU toma un giro hacia el centro y se vuelve menos conservadora.
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Su segundo marido
Angela Merkel se casó con su segundo esposo, Joachim Sauer, en 1998, antes de su ascenso en la política. Sauer es profesor de Química y tiene dos hijos de su primer matrimonio. Se lo considera poco afecto a aparecer en público.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una vida sin lujos
Lo que para otros jefes de Estado es la Casa Blanca o el Elíseo es para el matrimonio Merkel-Sauer su departamento en Berlín. Angela Merkel no vive una vida de lujos. Va al supermercado, como todo el mundo. Y se dice que su esposo cocina para ella.
Imagen: picture-alliance/dpa
El escote de la canciller
Este escote dio mucho que hablar: la canciller se presentó así en la Ópera de Oslo. En la foto, junto al expresidente noruego, Jens Stoltenberg. Angela Merkel es una amante de la música clásica y visita regularmente los Festivales Wagner en Bayreuth.
Imagen: Bjorn Sigurdson/AFP/Getty Images
Emoción futbolística
Angela Merkel estuvo presente durante el Mundial de Fútbol en Brasil y hasta se sacó fotos con jugadores de la selección alemana. Según una encuesta de la cadena ARD, en Alemania un 70 por ciento de la gente estaba muy contenta con su canciller. Pero eso era en 2014...
Imagen: Reuters
"Lo lograremos"
El 31 de agosto de 2015, Merkel pronuncia su célebre frase "Lo lograremos" ("Wir schaffen das"), en cuanto a la llegada de cientos de miles de refugiados a Alemania, en medio de una crisis humanitaria. La frase fue mal recibida en círculos conservadores. En septiembre de 2016, la CDU registró grandes pérdidas en la elección de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Sauer
Crisis entre aliados
Algunas de las críticas más fuertes a Merkel por su política de refugiados provienen de su partido aliado, la CSU de Baviera, dirigida por Horst Seehofer (izq.). Pero incluso en medio de la controversia, el partido bávaro no ve otra alternativa que apoyar a Angela Merkel de cara a las próximas elecciones generales.
Imagen: picture alliance/dpa/R. Hirschberger
¿Merkel hasta 2021?
Tras mucho hacerse esperar, finalmente el 20 de noviembre de 2016 la canciller anunció que buscará la reelección para gobernar "toda la legislatura" hasta el año 2021. Dijo haber reflexionado mucho sobre el tema, pero que siente la responsabilidad de mantener el mando en tiempos difíciles. Además, manifestó estar feliz de poder devolver a Alemania algo de lo mucho que el país le ha dado a ella.