Opinión: Un nuevo Ecuador da el "sí" a Lenín Moreno
Jenny Pérez
5 de febrero de 2018
El de este domingo, no es el Ecuador herido, dividido, ni despojado que pintaban los críticos del referéndum de Lenín Moreno, sino un Ecuador fuerte que tomó su futuro político inmediato en sus manos, opina Jenny Pérez.
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Para bien o para mal, lo dirá la historia, lo ha hecho dando un portazo en la cara a su otrora político más popular, Rafael Correa, y poniendo punto final al socialismo del siglo XXI made in Ecuador: la Revolución Ciudadana.
El apoyo unánime a las siete preguntas del referéndum supone también un respaldo contundente e inequívoco al cambio de dirección política y liderazgo de Lenín Moreno. Aunque queda aún por ver si la eliminación de la reelección indefinida se aplicará con carácter retroactivo, Correa vivió in situ y en tiempo real cómo su capital político se diluyó en Ecuador.
Los ecuatorianos también apoyaron reestructurar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, considerado el órgano símbolo del correísmo. Esto que ha sido interpretado como "luz verde" al presidente para que también borre toda huella del correísmo en las instituciones públicas de Ecuador.
La mutación política del militante progre
¿Defiende con ello el pragmático "izquierdista" Lenín Moreno la bandera de la tradicional derecha opositora? Sí y no. Aunque las denuncias opositoras contra este organismo, creado por Correa como enmienda a la Constitución de Montecristi de 2008, pedían incluso su anulación, la idea de despolitizar instituciones e instrumentos estatales fiscalizadores es el primer gran paso para poder gobernar un país como Ecuador. Un país donde el presidente anterior se mantuvo en el cargo 10 años. Un país donde tan sólo una fuerza política copó instituciones públicas e influyó, sin contrapeso, en los otros poderes políticos del Estado.
Moreno quiere gobernar en Ecuador, aunque para ello deba oscilar entre la mutación y la pérdida de identidad políticas. Aunque con ello deba traicionar su promesa de continuar con el mandato político de la moribunda Alianza País. Aunque deba enfrentarse a sus correligionarios políticos para avanzar en la principal lucha del Ecuador: la corrupción.
El temor a la caza de brujas
¿Veremos a contar de ahora una caza de brujas en Ecuador? Es algo que ya temen los círculos correístas y el propio exmandatario, quien precisamente hoy debe declarar ante la Fiscalía por presuntas irregularidades en la venta de petróleo a China y Tailandia. También recuerdan que "gracias" a Moreno, su vicepresidente paga condena en la cárcel por caer en la tentadora trama de sobornos de Odebrecht.
La citada tercera enmienda constitucional autoriza en paralelo la creación de un Consejo Transitorio, que será conformado por funcionarios de ternas enviadas por el presidente a la Asamblea Nacional. Lo que podría suponer una alta concentración del poder en una instancia, que deberá limpiar de influencia política a representaciones e instituciones de control público. La pregunta ahora es, ¿cumplirá Moreno el deseo de los ecuatorianos de despolitizar sus instituciones fiscalizadoras y de participación ciudadana? O, ¿veremos, a fin de cuentas, una nueva y gran decepción en Ecuador? Y si el proyecto de Moreno fracasa, ¿quién fiscalizará al presidente y a sus instituciones?
Quizás a Lenín Moreno le interese revivir el libre escrutinio de la prensa y los medios de comunicación: la otra gran deuda del poder político con el pueblo ecuatoriano. La de Ecuador no será una reforma completa, si no reivindica la libertad de prensa y de expresión.
Pero por ahora los ecuatorianos y su presidente celebran un nuevo comienzo de un proyecto político muy probablemente de consenso, que le permita abordar rápidamente el déficit fiscal, sin olvidarse de los más desfavorecidos y dibujar un nuevo comienzo en la escena internacional. Bien por Lenín Moreno y bien por Ecuador, si lo logra.
Jenny Pérez (VT)
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La disputa entre Lenín Moreno y Rafael Correa
Se suponía que Moreno continuaría el proyecto político de Correa, pero fue gradualmente distánciandose e incluso ha sido despojado de la presidencia de Alianza País. Ahora, ¿podría Correa rescatar su revolución?
Imagen: DW/dpa/D. Tapia
Presunta garantía de continuidad
Moreno ganó las elecciones presidenciales de Ecuador en abril con solo dos puntos porcentuales sobre su competidor, Guillermo Lasso, quien era el principal opositor de la llamada "revolución ciudadana" y del "socialismo del siglo XXI", el modelo creado por Hugo Chávez. En ese momento, Moreno era la garantía de continuidad del proyecto político de Correa, quien lo apoyó a lo largo de la campaña.
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Una aparente alianza
En mayo se realiza la toma de posesión. Un Correa sonriente le traspasó la banda presidencial a Moreno. Hasta entonces, la revolución ciudadana tiene un heredero. Los asistentes a la ceremonia, entre ellos diputados de la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista, gritaron al inicio "¡Rafael, Rafael, Rafael!
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¿"Engaño" desde el principio?
En su discurso, Moreno celebró la gestión del gobierno de Correa: "Hoy, cuando se une la herencia del pasado con el presente y el futuro que estamos construyendo desde hace 10 años, este proceso tiene un pueblo entero y tiene un nombre: revolución ciudadana. Esta revolución tiene un líder: Rafael Correa Delgado, gracias Rafael, hasta siempre hermano querido".
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La paz duraría poco
Pero las relaciones entre los dos líderes políticos comenzaron a deteriorarse rápidamente, en gran contraste con esa aparentemente armónica toma de posesión de mayo. Moreno se empeñó en impulsar un diálogo con la oposición y luchar contra la corrupción, algo que no le agradó a Correa. En Twitter comenzarían las peleas públicas entre estos dos "aliados"...
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Lucha anticorrupción no se hace esperar
Moreno comenzó su prometida lucha contra la corrupción muy temprano. En junio, cinco personas supuestamente vinculadas con el caso de corrupción de Odebrecht fueron detenidas. Moreno lo celebró al decir que no estaba "hablando en el aire" cuando ofreció "hacer una lucha frontal, abierta y una cirugía mayor a cualquier tipo de corrupción".
Imagen: DW/dpa/
La disputa comienza en Twitter
Pero Correa aparentemente quería compartir los créditos y mostrar que su administración también había trabajado en contra de la corrupción. En su cuenta de Twitter escribió: "Creer que las detenciones y allanamientos de esta madrugada son fruto de una semana de trabajo es ingenuidad extrema", lo que se interpretó como un primer roce entre Moreno y Correa.
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Correa no quiere a la ONU en la lucha anticorrupción de Moreno
Pocos días después, Correa criticó la decisión de Moreno de firmar un convenio de cooperación con la ONU para luchar contra la corrupción. En una columna publicada en el diario estatal El Telégrafo, Correa afirmó que le sorprendía que "se pida 'ayuda' a organismos internacionales, claudicando en lo avanzado todos estos años en cuanto a institucionalidad y soberanía se refiere".
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Twitter, la herramienta predilecta de Correa para la crítica
Correa volvió a Twitter días después para criticar de forma más abierta al gobierno de Moreno: "Qué lástima que desde ciertos funcionarios del Ejecutivo, autoridades de control y hasta jueces, se esté siguiendo el discurso de la oposición. El frente externo no me preocupa, sí el interno, donde, por torpeza o deslealtad, se habla de marcar 'distancia' con mi gobierno".
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Movida temeraria
En julio, Moreno le entregó dos inmuebles en Quito en comodato por 100 años a la mayor organización de indígenas del país, la Conaie, la cual no disfrutaba de la simpatía de Correa, quien le había despojado del comodato en 2015. En su cuenta de Twitter, Correa lamentó la movida: "Otro innecesario desaire a mi Gobierno. Estrategia de 'diferenciarse' no sólo es desleal, es mediocre".
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Moreno acepta la batalla en las redes
Al día siguiente, Moreno se unió al desahogo digital de Correa y, aunque sin nombrarlo, atizó la disputa al publicar en su cuenta de Twitter una foto con el mensaje: "Sindrome de abstinencia: reacción provocada por la reducción o suspensión brusca de una sustancia de la que se tiene dependencia como el azúcar, el alcohol, las drogas...o el poder".
Imagen: DW/dpa/D. Tapia
"Cambios de estilo"
El 10 de julio, Correa parte a Bélgica para radicarse y aprovechó el momento para criticar a Moreno, aunque indirectamente: "Yo estoy seguro que el 2 de abril derrotamos a la oposición, no estoy muy seguro si venció la Revolución Ciudadana. Que no me digan que es cambio de estilo las claudicaciones y el entreguismo". Ese mismo día, Moreno había admitido "cambios de estilo" en su gestión.
Imagen: picture alliance/AP Photo/D. Ochoa
"La mesa no está servida"
Correa aseveró en enero que iba a dejar la "mesa servida" a su sucesor. Pero un día después de la partida de Correa a Bélgica, Moreno advirtió que Correa “podía haber sido más mesurado al dejar cuentas en mejores condiciones" y que “no hay tal mesa servida", porque "la condición económica de Ecuador es muy difícil”. Moreno se refería a la deuda del país de más de 40 mil millones de dólares
Imagen: Getty Images/AFP/R. Buendia
Vicepresidente despojado y destituido
En agosto, Moreno emitió un decreto con el que despojó al vicepresidente de la República, Jorge Glas, de todas sus funciones. La decisión de Moreno vino después de que se difundieran audios que supuestamente vinculaban a Glas en la trama de corrupción de Odebrecht. En octubre, la Contraloría General del Estado ordenó la destitución de Glas como vicepresidente por cargos de peculado.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Ochoa
La fractura más evidente
El 1 de noviembre, la dirigencia de Alianza País (AP) destituyó a Moreno de la presidencia del partido por beneficiar a "opositores a la política de la Revolución Ciudadana". En Twitter, Correa escribió. "¡Basta que oportunistas hablen en nombre de las bases! (...) nuestra militancia lo que siente es profunda indignación, al ver cómo en 5 meses nos han regresado al pasado".
Imagen: Getty Images/AFP/R. Buendia
La reelección indefinida aprobada y desaprobada a través de la ley
Correa no participó en las elecciones de 2017 porque la Constitución le impedía gobernar por un tercer periodo. Sin embargo, la Asamblea Nacional aprobó enmiendas en diciembre de 2015 que, entre otras cosas, permiten la reelección indefinida del presidente a partir de 2021. El contrataque de Moreno: una consulta popular para revocar la reelección indefinida cuyas preguntas ya fueron presentadas.
Imagen: Reuters/M. Bazo
¿La vuelta de Correa?
Además de despedir a Moreno, la dirigencia de AP también invitó a Correa a "acompañar el proceso de fortalecimiento orgánico y la reestructuración del movimiento". En Twitter, Correa escribió: "Ahí estaremos, y veremos cuántos de los que han permitido tanta infamia, persecuciones, oscuros pactos con lo peor de la partidocracia, en nombre de la 'gobernabilidad', me pueden mirar a los ojos".