El presidente estadounidense nombró a su candidato para la Corte Suprema. Sin embargo, no parece muy probable que sea confirmado. Y es que en Washington reina un ambiente de intransigencia, opina Miodrag Soric.
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¿Dónde acabará todo esto? Donald Trump lleva menos de dos semanas en el cargo, y los políticos en Washington se ven atrapados en un remolino de enemistad e intransigencia. Lo único que los une es la incapacidad de siquiera escuchar al bando opuesto. Tanto los demócratas como los republicanos están obsesionados por aquello que los divide y no por lo que los une.
El ejemplo más reciente: el candidato de Trump para la Corte Suprema estadounidense. El presidente ni siquiera había mencionado el nombre de su elegido cuando algunos líderes demócratas ya anunciaban su resistencia. Ojo por ojo, diente por diente. Y es que, en 2016, los republicanos bloquearon al candidato del entonces presidente Barack Obama para la Corte Suprema.
El año pasado, el candidato de Obama no había sido suficientemente conservador para el gusto de los republicanos. Ahora los demócratas se quejan de que la postura del candidato de Trump, Neil Gorsuch, de 49 años, es demasiado conservadora.
Los demócratas se estremecen
La Corte Suprema juega un papel clave en el sistema político de Estados Unidos. Los jueces de este órgano constitucional son nombrados de por vida y, en caso de un conflicto, deciden si el presidente o el Parlamento actúa de forma constitucional. Su fallo puede tener consecuencias para la vida política, social y cultural del país, por ejemplo en relación con temas como los derechos de minorías o el aborto.
En los próximos años, varios jueces estadounidenses podrían dimitir o fallecer debido a su avanzada edad. El hecho de que el presidente Trump pueda designar esos cargos estremece a los demócratas. Esto atiza su resistencia a la nueva administración, como sucede en el caso del candidato de Trump para la Corte Suprema. En el Senado, Neil Gorsuch deberá convencer por lo menos a ocho senadores demócratas para ser elegido.
Empate en la Corte Suprema
Actualmente, en el Parlamento estadounidense soplan vientos helados de intransigencia. Es difícil predecir si algunos demócratas votarán por Gorsuch. Algo que habla bien de él es su impecable carrera académica con estudios en universidades de élite tanto nacionales como extranjeras, su actitud humilde y su trabajo en el tribunal de apelación en Denver. En cambio, su postura conservadora en cuanto al aborto, la posesión de armas y la eutanasia podría costarle el cargo.
Desde la muerte del juez Antonin Scalia, hace un año, hay una situación de empate en la Corte Suprema, compuesta por cuatro jueces conservadores y cuatro liberales. En caso de que Neil Gorsuch sea confirmado en el cargo, los conservadores volverían a ser mayoría.
La última opción
De ahí que no debería sorprender que Trump espere de los republicanos que consigan la aprobación de su candidato en el Senado. La presión sobre el líder de la mayoría conservadora, Mitch McConnell, es enorme. El republicano deberá intentar persuadir a los senadores demócratas. Si no lo logra, solo le quedará una última opción: McConnell podría cambiar las reglas de juego del Senado. En ese caso, bastaría una mayoría simple de los republicanos para imponer a Gorsuch.
Pero una victoria de este tipo tendría un precio político muy alto: y es que, algún día, los demócratas volverán a ser mayoría en el Senado y, entonces, se beneficiarán de las nuevas reglas de juego.
En cambio, todos en Washington saldrían beneficiados si volverían a acercar posturas – y no solo en lo que se refiere al candidato para la Corte Suprema.
Los primeros 10 días de la Era Trump
DW sigue paso a paso la huella de una administración que desde sus inicios ha causado polémica y el surgimiento de movimientos ciudadanos de resistencia tanto en Estados Unidos como en otros países.
Imagen: Picture-Alliance/AP Photo/E. Vucci
Toma de posesión (20.01.2017)
Donald Trump juramentó el 20 de enero de 2017 como presidente número 45 en la historia de Estados Unidos. Como candidato prometió realizar profundos cambios en cuanto a las políticas de salud, migratoria y exterior. Daba fin así la era Obama y comenzaba otra muy distinta.
Imagen: Picture-Alliance/AP/M. Heiman
Primera orden ejecutiva (23.01.2017)
Apenas instalado en la Casa Blanca, Trump comenzó a dar muestras de que no perdería tiempo en llevar a cabo sus promesas de campaña. Su instrumento favorito son las órdenes ejecutivas. En la primera de su administración, Trump anunció el 23 de enero de 2017 la salida de Estados Unidos del Tratado Transpacífico, uno de los de mayor envergadura en el proyecto de comercio multilateral global.
Imagen: Reuters/K. Lamarque
Resurrección de oleoductos (24.01.2017)
Al día siguiente, Trump firmó otra orden ejecutiva, esta para reactivar los proyectos de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access, que habían sido suspendidos por Barack Obama. La medida tuvo inmediatamente una repercusión positiva en Canadá, socio de Estados Unidos en el proyecto. Pero organizaciones ambientalistas y comunidades autóctonas criticaron la medida de Trump y anunciaron resistencia.
Imagen: Reuters/K. Lamarque
Muro por decreto (25.01.2017)
El 25 de enero de 2017, Donald Trump firmó el decreto que ordenaba iniciar la construcción de un muro en la frontera con México. Lo hizo mientras dos funcionarios mexicanos se encontraban en la Casa Blanca para hablar sobre una posible renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Trump causó indignación en México, pero no se inmutó.
Imagen: Getty Images/AFP/N. Kamm
Reacción de México
El gobierno de México reaccionó con declaraciones. El presidente Enrique Peña Nieto insistió en que México no pagaría por la construcción del muro fronterizo y dijo que esperaría el reporte de los dos funcionarios presentes en Washington para definir estrategias y acciones. Intelectuales y políticos le pidieron acciones prontas.
Imagen: Picture-Alliance/dpa/EPA/J. Nunez
Trump toma la iniciativa
Peña Nieto y su ministro de Exteriores, Luis Videgaray (der.) fueron rebasados por Trump. El presidente de EE.UU. dijo el 26 de enero de 2017 que si México insistía en no pagar el muro, era mejor cancelar el encuentro programado para el 31 de enero entre ambos mandatarios. Como reacción, Peña Nieto canceló su viaje a Washington.
Imagen: Reuters/C. Jasso
Limitación de visados y entradas a EE.UU.
Trump firmó el 27 de enero de 2017 una orden ejecutiva más, que limitaba el acceso a Estados Unidos, entre otros, a ciudadanos estadounidenses que contaran además con la nacionalidad de siete países de mayoría musulmana, entre ellos Irak y Siria. La medida provocó repudio internacional aunque la Casa Blanca insistió en que no se trataba de una medida determinada por cuestiones religiosas.
Como respuesta, miles de personas acudieron a puertos aéreos donde agentes migratorios rechazaban la entrada de ciudadanos procedentes de los siete países mencionados en la orden ejecutiva de Trump. La norma no clarificaba asuntos legales importantes en su implementación, por lo que comenzó a ser aplicada en un entorno de caos jurídico.
Imagen: Getty Images/AFP/Bryan R. Smith
Impugnación legal
La fiscal general interina de Estados Unidos, Sally Yates, impugnó la orden ejecutiva sobre inmigración por considerarla "ilegal". Horas después, Trump ordenó el 31 de enero de 2017 su emoción y calificó a Yates como traidora por no cumplir la orden ejecutiva.