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Opinión: Violencia policial, rutina perturbadora en EE. UU.

Ines Pohl8 de julio de 2016

Una joven reportó en vivo como su novio moría desangrado. La sobriedad de su reacción demuestra lo normal que es para muchos afroamericanos en EE. UU. perder a seres queridos en tiroteos, opina Ines Pohl.

Imagen: AFP/Getty Images/STF

Ahora es una triste realidad: fotos y videos de jóvenes negros asesinados por policías blancos se han convertido en algo tan regular en los Estados Unidos que se ha desarrollado una perturbadora rutina al lidiar con estos casos. Los tiroteos aparecen en todas las noticias matutinas, hay protestas y arrestos, jefes de policía y políticos expresan sus condolencias, y la vida sigue, hasta que ocurra el próximo incidente, hasta que la próxima persona sea asesinada por la policía.

Ante los ojos del mundo

Sin embargo, esta vez es diferente. La transmisión en directo que hizo Lavish Reynolds de su novio desangrándose refleja lo diferente de este caso. Philando Castile estaba sentado en un auto junto a Reynolds en el momento en el que fue detenido por la policía. El joven de 32 años fue asesinado a balazos.

Este hecho sucede justo un día después de que dos policías en Luisiana sometieran a Alton Sterling y le dispararan en repetidas ocasiones, causándole la muerte. Lo más conmovedor fue la serena declaración de la viuda durante la rueda de prensa. La reacción de ambas mujeres demuestra lo normal que se ha convertido para afroamericanos en Estados Unidos perder a seres queridos en tiroteos callejeros o en enfrentamientos con la policía.

Todo tiene que ver, sin lugar a duda, con racismo. No es coincidencia que siempre sean policías blancos quienes maten a ciudadanos afroamericanos, comúnmente en barrios pobres con altos índices de criminalidad, armas y violencia.

Ines Pohl, corresponsal de DW en Washington

Más que racismo

El análisis de la situación quedaría corto si tan solo se centrara en el aspecto racial. Que la policía desenfunde el arma con tal facilidad corresponde de igual forma a la alta probabilidad de que el del frente no meta la mano al bolsillo para sacar su licencia de conducir, sino, más bien, un arma, algo factible debido a las permisivas leyes de armas en Estados Unidos. Los oficiales de policía se encuentran bajo una gran presión, lo que quedó evidenciado en el vídeo realizado por Reynolds: mientras la joven explicaba tranquilamente frente a la cámara lo que sucedía, en el fondo se ve a un policía histéricamente manipular su arma.

Mal entrenamiento

A su vez, el mal entrenamiento de la policía norteamericana juega un papel importante. Los oficiales no saben cómo reaccionar apropiadamente a situaciones de alto estrés, por lo que terminan en situaciones que parecen más a ejecuciones que a un trabajo profesional de policía.

Todos estos problemas son ya bien conocidos. Y es vergonzoso que el tema, aparte de ciertas manifestaciones de consternación, no haya jugado ningún papel en la campaña electoral. En la complicada situación actual de Estados Unidos, es difícil imaginar que algo vaya a cambiar. La gente prefiere discutir sobre tuits o la cuenta de correo de Hillary Clinton que sobre las leyes de porte de armas. Y claro, esto se debe a que jóvenes negros mueren a tiros diariamente en las calles. Finalmente, todo conlleva al arraigado racismo que, ahora después de ocho años de Obama en la presidencia, ha marcado el tono en esta estridente campaña electoral.

Para aprender: aquí puede usted leer la versión original de este artículo en alemán

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