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Oposición a la venezolana

7 de febrero de 2012

Este 12 de febrero, la oposición venezolana elegirá a su candidato para los comicios presidenciales del 7 de octubre. La meta es que el hombre fuerte de Caracas, Hugo Chávez, mida sus fuerzas con un solo contendor.

Estos son los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), creada en 2008.Imagen: Reuters

Desde que Hugo Chávez asumió la presidencia de Venezuela y dio inicio a sustanciales procesos de transformación política en el país –proponiendo la redacción de una nueva Constitución, en 1999, como punto de partida–, los opositores se destacaron por su impotencia y su división. La concordia que reinaba entre ellos a la hora de convocar a marchas de protesta contra el Gobierno, exitosas por multitudinarias, brillaba por su ausencia cuando más la necesitaban, de cara a los comicios parlamentarios, regionales y municipales.

Durante casi una década, la oposición atomizada se limitó a denunciar “el desmontaje de la democracia desde adentro”, apelando a un discurso cacofónico que terminó desconcertando tanto a los antichavistas exacerbados como a los votantes moderados. Fue apenas en 2008, con la creación de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), cuando los adversarios de Chávez –líderes y partidos de centroizquierda y centroderecha, de tendencias socialdemócratas y democristianas– comenzaron a organizarse como un frente cohesionado.

Arria no se comprometió a apoyar la candidatura del ganador de los comicios primarios.Imagen: AP

La prueba de fuego de la oposición tendrá lugar el próximo 7 de octubre, cuando se realicen elecciones presidenciales en Venezuela, y sus probabilidades de vencer a Chávez parecen depender de que se lance al ruedo con un solo candidato. Las distintas facciones de la MUD se han comprometido a apoyar incondicionalmente a quien gane los comicios primarios este 12 de febrero. Sólo un político, el independiente Diego Arria, se negó a renunciar a su candidatura presidencial aún si pierde esa votación.

¿Qué tan frágil es la unidad de la oposición?

¿Está en riesgo la estrategia de una oposición monolítica debido a la intransigencia de Arria? ¿Y qué hay de la inesperada moción de Leopoldo López? López, quien hasta finales de enero figuraba entre los favoritos para ganar las elecciones primarias, se retiró de la contienda para apoyar a Henrique Capriles, del partido Primero Justicia, el político opositor con mayores índices de popularidad. ¿Peligra por esto la armonía en la MUD? “Esas tensiones debilitan la alianza”, comenta Nikolaus Werz, profesor de Política Comparada en la Universidad de Rostock.

López (derecha) se retiró de la contienda para apoyar al pre-candidato favorito, Henrique Capriles (izquierda).Imagen: dapd

“El repliegue de López ha causado inquietud entre sus correligionarios. Y fue Diego Arria quien expresó esa inquietud más explícitamente”, acota el experto alemán. “Por otra parte, entre los antichavistas, Arria es uno de los pre-candidatos con menos puntos en las encuestas. Él es percibido como la persona que tiene los nexos más fuertes con los Gobiernos que precedieron a Chávez. Los otros son más jóvenes y gozan de mayor credibilidad cuando dicen que su plan no es hacer borrón y cuenta nueva en cuanto lleguen al poder”, matiza Werz.

Klaus Bodemer, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS), en Hamburgo, coincide con el catedrático de Rostock en que no es Arria quien más tiene que temer frente a la nueva conexión López-Capriles: “Aunque el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, le lleva un diez por ciento de ventaja en los sondeos, el gobernador del estado Zulia, Pablo Pérez, podría arrebatarle las primarias si su partido consigue movilizar a los simpatizantes. La maquinaria política detrás de Pérez, del partido Un Nuevo Tiempo, es la más fuerte”.

Bodemer: “Pablo Pérez (en la foto) podría arrebatarle las elecciones primarias a Henrique Capriles”.Imagen: Reuters

Reconociendo los logros sociales de Chávez

La independiente María Corina Machado y el dirigente del partido Movimiento Laborista, Pablo Medina, se unieron a Capriles y a Pérez para firmar el Programa de Gobierno de Unidad Nacional, un documento tan grueso como ambicioso, aunque no del todo novedoso. “Las propuestas que ahí se hacen las conocemos desde la década de los noventa; ellas fueron formuladas por la Comisión para la Reforma del Estado (Copre)”, sostiene Werz.

“Los problemas de Venezuela han sido investigados exhaustivamente y son bien conocidos. Una de las razones por las cuales no se han resuelto es que, en Venezuela, como en cualquier otro país del mundo –Alemania incluido–, implementar reformas es muy difícil. Así de sencillo. Entonces, gane quien gane las primarias, el mensaje puntual que la campaña electoral de la oposición debe hacer llegar a los votantes es que se le dará continuidad a la política de distribución de la riqueza con que Chávez favoreció a los sectores económicamente más débiles”, señala Werz.

El analista de Rostock explica que esas políticas populistas tienen una larga tradición en el país suramericano. “Lo que ocurre es que nadie las había aplicado tan abiertamente como Chávez”, añade Werz y sigue: “Es por eso que aquel candidato que intente retarlo en octubre deberá echar mano a ese mismo mecanismo de distribución. Pero no indefinidamente. Algún día habrá que debatir sobre la manera en que el Estado venezolano ha empleado el dinero del que ha dispuesto en los últimos doce años, los más prósperos de su historia”.

La salud de Chávez, tópico ineludible

A juicio de Bodemer, aparte de convencer a buena parte del electorado de que reconocerá y respetará los logros sociales de la administración Chávez, la oposición deberá demostrar que puede poner coto a otros problemas que afligen a la población sin distinción de clase o filiación política. “28 por ciento de inflación, un miserable sistema de abastecimiento energético y de alimentos, índices de criminalidad que convierten a Venezuela en el segundo país más violento de América Latina. Esas experiencias cotidianas serán ineludibles en la campaña electoral”, dice Bodemer.

María Corina Machado y Pablo Medina (segundo, de derecha a izquierda) completan el cuadro de pre-candidatos.Imagen: picture-alliance/dpa/dpa Fotografia

Otro tópico obligado, aunque se discuta en voz baja, es la incógnita en torno al estado de salud de Chávez. “Hablando en términos estrictamente especulativos, el escenario de un Chávez demasiado débil para participar en los comicios presidenciales de octubre es el más crítico para todos los involucrados, porque su ausencia propiciaría diferencias dentro del chavismo y dentro de la oposición también; entre otras razones, porque lo único que los une es su enfrentamiento con Chávez”, sostiene Werz.

En el análisis El futuro de Venezuela ya no pasa por Hugo Chávez, publicado en noviembre por el think tank europeo Fride, se asegura que, a corto plazo, el porvenir político del país será determinado por la vocación democrática o golpista de la actual élite militar y no por el presidente, por el oficialista Partido Socialista Unidos de Venezuela, por los miembros de la MUD o por la sociedad civil. Incierto es el rol que jugarían milicias populares como la de La Piedrita de consumarse una transición política. “Faltan ocho meses para las elecciones presidenciales y es mucho lo que puede pasar. Cualquier suceso imprevisto puede hacer que las cartas se barajen de nuevo”, concluye Bodemer.

Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López

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