El plan, titulado "El día después" (The Day After), prevé la creación de una asamblea constituyente, establece reformas para el Ejército, la Justicia y el aparato de seguridad del Estado y defiende explícitamente el cumplimiento de los derechos humanos en el país. "De un país gobernado por la arbitrariedad de algunos hay que hacer un Estado de Derecho", indica el documento. Durante la presentación, el exiliado Amr al Azm precisó que el objetivo final es preparar la formación de un gobierno de transición. Más de 40 opositores elaboraron el texto a lo largo de seis reuniones en Berlín desde principio de año. En la iniciativa participó la principal alianza opositora, el Consejo Nacional Sirio, pero también otros grupos políticos, étnicos y religiosos.

"Señal alentadora"

"La nueva cúpula política y el nuevo gobierno deben mostrar claramente su compromiso con condiciones y procedimientos políticos que rompan con la herencia autoritaria", señala el texto. Un paso clave en ese proceso es anular la nueva Constitución aprobada este año y reemplazarla por un nuevo marco jurídico que garantice la igualdad de derechos para todos los sirios. El plan propone como base la antigua Constitución, de 1950. El ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, calificó la propuesta como "una señal alentadora". "Son ideas estimulantes para un nuevo comienzo democrático", elogió en Berlín. El trabajo de los opositores fue apoyado por la fundación Wissenschaft und Politik (SWP), uno de los principales centros de estudios estratégicos de Alemania.

También colaboraron con su financiación los Ministerios de Exteriores de Suiza y de Estados Unidos, así como dos ONG de Holanda y Noruega. Durante la presentación, el exiliado Al Azm pidió a la comunidad internacional "algo más que palabras" para lograr "impedir que el régimen sirio mate a su pueblo". El opositor denunció la situación humanitaria "inaceptable" de las decenas de miles de refugiados que se encuentran en campos de Jordania, Líbano o Turquía. "Sencillamente no alcanza con donar un par de tiendas más o con ofrecer más alimentos". Ésos son gestos necesarios, admitió. "Pero si queremos derrocar el régimen, tenemos que hacer algo más". Como ejemplos de ayuda internacional, Al Azm mencionó la entrega de armamento pesado a las milicias rebeldes o incluso una intervención militar extranjera, como había sugerido también el presidente francés, François Hollande. Westerwelle insistió en pedir prudencia ante esa vía. "Una acción militar tendría riesgos considerables. Por eso es importante que actuemos de forma inteligente y meditada", dijo el jefe de la diplomacia alemana.

Siguen los combates en Damasco y la huida de la población

Entretanto, los combates se extendieron durante la noche en Damasco a zonas de la capital siria hasta ahora tranquilas, como Yaramana, donde se escucharon varias explosiones, informaron este martes, 28 de agosto, fuentes de la oposición. Un hombre fue alcanzado en su coche por una granada y murió. Miles de personas abandonaron a su vez el suburbio de Kafr Batna, al nordeste de la capital, donde habrían muerto nueve personas, entre ellas tres niños, en un ataque de las tropas gubernamentales contra supuestas posiciones de los rebeldes. El lunes, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos contabilizó 230 muertos en todo el país.

Fuente: dpa

Editora: Cristina Papaleo