Los ministros de finanzas y de economía y gobernadores de bancos centrales del grupo de países más industrializados del mundo, G-7, se encuentran en Washington para tomar parte en la reunión de primavera del FMI y del Banco Mundial en la que participan los representantes de 184 países miembros de ambas organizaciones. Según fuentes de la delegación alemana, con el respaldo de Japón y de Canadá, se ha alcanzado consenso en el núcleo del G-7 en torno a la figura de Rodrigo Rato como futuro director del FMI. La Unión Europea, Estados Unidos, así como 15 países latinoamericanos ya habían anunciado su respaldo a Rato. Durante la víspera, el ex vicepresidente del gobierno español también recibió el respaldo de los países emergentes reunidos en el Grupo de los 24, por lo que su nombramiento para suceder al alemán Horst Köhler al frente del FMI es prácticamente un hecho. Sólo falta el visto bueno del Consejo de Administración del FMI.

Perspectivas económicas positivas

Los ministros de economía y finanzas del G-7 –integrado por Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Japón- coincidieron al final de su reunión en que las perspectivas de la economía mundial han mejorado a pesar de los riesgos existentes, tales como altos precios del petróleo y la inestabilidad en el Medio Oriente. Durante la reunión, los ministros deliberaron sobre medidas para detener las fuentes de financiamiento al terrorismo. Ya han sido fortalecidos los mecanismos de control de transacciones financieras tradicionales, por lo que ahora los ministros pusieron la mira en transferencias a través de canales informales como bancos clandestinos así como el contrabando de dinero en efectivo. Otros temas de preocupación son los altos precios de crudo así como el déficit público que registran algunos países miembros.

Problemas potenciales

El ministro de finanzas alemán, Hans Eichel, exhortó a los países productores de petróleo a mantener sus precios de crudo. “También estos países debieran preocuparse por que impere una economía mundial sana y para ello la estabilidad de precios es necesaria”, dijo Eichel. Entre otros problemas potenciales el G-7 manifestó su preocupación por la excesiva volatilidad de los tipos de cambio, que son nocivos para el crecimiento económico. Los países ricos expresaron su voluntad de aumentar su ayuda en el Medio Oriente para que el desarrollo económico reduzca el radicalismo político. El grupo declaró estar dispuesto a cooperar en la reconstrucción de Irak, de Afganistán y también en el desarrollo de los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania. En su comunicado también se dirigieron a los países en desarrollo exhortándolos a mantener políticas sanas y sostenidas pues estas son esenciales para mantener un crecimiento duradero y reducir la vulnerabilidad ante presiones externas.