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Orquestas alemanas: ¿se les acaba el dinero?

7 de julio de 2011

El mundo musical se ha visto sacudido por la noticia de que la Orquesta de Filadelfia está en bancarrota. Las orquestas públicas alemanas entonan su propio lamento sobre el futuro económico

Las manos de un director de orquesta.
El futuro preocupa a los músicos de orquesta alemanes.Imagen: Fotolia/mankale

Muchos músicos de diversas orquestas alemanas dibujan un panorama incierto para su futuro, especialmente en ciudades pequeñas como Wuppertal, Hagen, Remscheid, Solingen y Herford. Sus déficits presupuestarios son enormes y tienen poco margen de acción. No habrá próxima temporada para el teatro de Wuppertal, que se ha visto obligado a cerrar sus puertas. Los músicos de la Sinfónica de la ciudad se preguntan si no serán ellos las próximas víctimas.

Un panorama único en el mundo

A pesar de las alarmantes noticias, la situación de las orquestas alemanas está lejos de ser preocupante. Aparte de las 133 formaciones financiadas con fondos públicos, existen numerosos conjuntos privados. Todo ello constituye un paisaje musical único en el mundo. Hay quien sostiene que incluso debiera ser considerado patrimonio cultural de la humanidad.

En los últimos 20 años se han producido diversos cambios en el panorama musical. Muchas orquestas estatales de la ex República Democrática Alemana no pudieron seguir siendo financiadas tras la reunificación. Algunas se fusionaron o se disolvieron, dejando un vacío en la oferta cultural de diversas regiones. El futuro no pinta bien para algunas de las orquestas que han logrado sobrevivir en el este de Alemania, dice Willibert Steffens, de la Asociación de Orquestas Alemanas. Durante años ha habido continuos recortes de fondos públicos y ello ha conducido a muchas formaciones estatales al borde del colapso económico.

Las orquestas temen quedarse en números rojos.Imagen: Fotolia/Jean Kobben

Escapar de la ruina

Alrededor del 80% del presupuesto público dedicado a las orquestas va para gastos de personal, destaca Patrick Schmeing, gerente de la Orquesta Gürzenig de Colonia. “Debemos luchar no solo por la excelencia artística, sino también por lograr optimizar al máximo nuestros recursos. En ningún caso nos podemos permitir una sala medio llena”, dice Schmeing. Las medidas tomadas por las orquestas de todo el país incluyen campañas publicitarias, programaciones equilibradas y un férreo compromiso con la gente joven.

La lucha por la supervivencia

En los últimos tiempos, cada vez más orquestas alemanas buscan patrocinadores para completar sus recursos. Este modelo de financiación proviene de los EE. UU., donde el apoyo estatal a las instituciones musicales es muy limitado. Ello implica que todos aquellos que deseen asistir a un buen espectáculo deben viajar a las grandes ciudades, porque las pequeñas no pueden permitirse mantener sus propias orquestas. Eso no es necesario en Alemania. Todavía. Tanto Willibert Steffens como Patrick Schmeing piensan que el panorama orquestal germano ha de quedarse tal y como está. “Debemos mantener lo que ya tenemos, no hay otra alternativa”, subraya Schmeing. “La riqueza de la cultura musical alemana es un fenómeno único en el mundo, que debiera ser valorado y apoyado por los poderes públicos. Si perdiéramos un ápice de nuestra posición actual, nunca volveríamos a recuperarla”, concluye.

Autor: Klaus Gehrke/María Santacecilia
Editor: Pablo Kummetz

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