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Oskar Lafontaine: ¿populista o defensor del pueblo?

chp31 de julio de 2005

Para unos es un demagogo populista, para los otros una persona que desentierra y habla sobre verdades no gratas. La renovada lucha por el poder por parte de Oskar Lafontaine causa gran polémica y polariza a la nación.

Oskar Lafontaine polariza opiniones.Imagen: AP

Oskar Lafontaine no tiene empacho para comparecer frente a las cámaras. Cuando lo hace, el político de 61 años, no tiene pelos en la lengua. Sus más recientes críticas van dirigidas contra el Partido Social Demócrata, del que alguna vez fue miembro, y su socio de coalición Los Verdes.

Lafontaine acusa al actual Gobierno de haber implementado una serie de reformas que favorecieron a las capas privilegiadas de la sociedad, mientras que a las clases trabajadoras se les ha impuesto nuevas cargas. Su exhortación es clara, que los electores alcen la voz y recuerden a los políticos quién es el pueblo.

En busca de insatisfechos y defraudados

Lafontaine abandonó en mayo pasado al Partido Social Demócrata, partido del que fue miembro desde 1996 cuando ingresó siendo estudiante de física. Despreciado por la mayoría de sus antiguos colegas, blanco de las críticas de los partidos conservadores, Lafontaine busca concentrar el voto de todos aquellos que se sienten defraudados por la política neoliberal implementada por los socialdemócratas.

En marzo de 1999 abandonó sus cargos de ministro de Finanzas y presidente del SPD, por sus profundas discrepancias con su hasta entonces amigo, el canciller Gerhad Schröder. Mientras tanto admite que su decisión, aunque completamente justificada, fue un error político. Una opinión con la que se encuentra bastante solo.

Hay quien lo defiende, pero la mayor parte de los políticos de la coalición gobernante lo tratan como a un "leproso innombrable".

Lafontaine, por su parte, justifica su partida del SPD aduciendo que la nueva candidatura del Schöder a la cancillería del país acaba con toda esperanza de que se registre, en el corto plazo, un cambio de rumbo político que permita salir al país de la crisis en la que está sumido.

La hora de la "violencia material"

Lafontaine ha declarado la lucha al mundo político establecido creando una nueva alianza de izquierdas que promueve con las palabras: "Nada tienen mayor efecto que una idea a la que le ha llegado su hora".

Conjuntamente con el motor del Partido del Socialismo Democrático, Gregor Gysi, quiere convertir su visión en "violencia material", lo que sucede según Marx, cuando la idea es asumida por las masas.

El economista cree que el nuevo Partido de Izquierdas, creado por la fusión del PDS con el WASG, concentrará el apoyo de las mayorías. Su propuesta para combatir el neoliberalismo moderno: incrementar la demanda y el crecimiento vía aumento de salarios, incrementar los impuestos para sanear al estado, impulsar una política europea para promover la creación de empleos.

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