OTAN acuerda reforzar su presencia en el este de Europa
10 de febrero de 2016
La organización militar, que enfatizó que no busca impulsar una nueva Guerra Fría, tendrá un despliegue multinacional y rotativo.
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Durante la reunión de ministros de Defensa de la OTAN realizada en Bruselas (Bélgica) este miércoles (10.02.2016), se concretó la intención de reforzar la presencia militar de la alianza en el este de Europa, en lo que supone un paso más para definir el incremento de fuerzas que debería definirse definitivamente en la cumbre que se realizará en Varsovia, Polonia, en julio de este año.
“Los ministros acordaron una serie de principios para modernizar la postura de defensa y disuasión de la OTAN. Como parte de esta decisión, se reforzará la presencia avanzada en el este de nuestra Alianza”, anunció el secretario general aliado, el noruego Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa en la primera jornada de la reunión ministerial, que concluye este jueves.
Stoltenberg indicó que esa presencia “será multinacional”, rotativa y “dejará claro que un ataque contra un miembro de la Alianza lo es contra todos, y responderá como Alianza”. Si bien existe un acuerdo firmado entre Rusia y la OTAN que prohíbe estacionar a largo plazo “tropas de combate significativas” en los nuevos miembros de la alianza de Europa central y del este, para Stoltenberg la disposición adoptada en Bruselas no viola esta pauta.
Polonia reacciona
El secretario general de la OTAN afirmó que “muchos aliados” ya han anunciado cómo esperan contribuir a esa presencia reforzada en la parte este de la Alianza, y recordó que Estados Unidos ya ha dado detalles sobre sus planes de incrementar su presencia militar en Europa a través de “continuas rotaciones, fuerzas acorazadas y mecanizadas, ejercicios adicionales y un preposicionamiento e infraestructuras mejores”.
“Tendremos tanta presencia en el este como sea necesaria”, aseveró Stoltenberg, y afirmó que se ha decidido incrementarla “para adaptarnos a un entorno de seguridad más exigente, con Rusia invirtiendo mucho en defensa y cambiando fronteras por la fuerza militar e intimidando a los vecinos”. El ministro de Defensa español, Pedro Morenés, matizó un poco señalando que “no estamos” en la idea de una nueva Guerra Fría con Rusia.
“Lo que hemos hecho es despertar un tono nuevo en esta Alianza”, comentó. Según fuentes citadas por las agencias de noticias, se estacionarán hasta 1.000 soldados en Letonia, Estonia, Lituania, Polonia, Bulgaria y Rumania, lugares donde ahora hay solamente 50 hombres. Como respuesta a este respaldo, Polonia informó que se unirá a la lucha contra el Estado Islámico. El anuncio fue realizado por el ministro de Defensa, Antoni Macierewicz.
DZC (EFE, dpa, Reuters)
La intervención de la OTAN contra Serbia
El bombardeo de Serbia por parte de la OTAN terminó con la violencia de las tropas serbias contra los albano-kosovares. Sin embargo, esa guerra, que se realizó sin el mandato de la ONU, sigue siendo controvertida.
Imagen: picture-alliance/dpa
Huellas de la guerra
El conflicto en Kosovo escaló a fines de 1990. Decenas de miles de personas huyeron y, cuando todas las tentativas de restablecer la paz se vieron frustradas, la OTAN inició un ataque aéreo a las bases y objetivos militares serbios, el 24 de marzo de 1999. Once semanas después, Slobodan Milosevic se rendía.
Imagen: Eric Feferberg/AFP/GettyImages
El fracaso de la resistencia pacífica
Ya a mediados de los 80 comenzaron en Kosovo las protestas contra los intentos de Belgrado de recortar los derechos de la población albana. En los 90, las represalias aumentaron. Ibrahim Rugova, que lideraba el movimiento político en Kosovo desde 1989, creía en la resistencia pacífica y trató de convencer a Slobodan Milosevic de un cambio de rumbo, pero sin éxito.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de guerrillas
En Kosovo comienza a formarse la resistencia armada. La autoproclamada Armada de Liberación UCK empieza una cruel guerra de guerrillas perpetrando violentos ataques contra los serbios, pero también contra los albanos, a quienes considera colaboradores. Serbia responde a los actos terroristas incendiando viviendas y saqueando tiendas. Cientos de miles personas huyen.
Imagen: picture-alliance/dpa
Expulsión sistemática
La guerra se vuelve cada vez más brutal. Para romper la resistencia de la UCK y el apoyo que le brinda la población, las fuerzas serbias atacan cada vez más a civiles. Muchas personas huyen a los bosques. Miles de kosovares son llevados en trenes y camiones a las fronteras del país, sin documentos que probaran que provenían de Kosovo.
Imagen: picture-alliance/dpa
El último intento
En febrero de 1999, EE. UU., Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania llaman a las partes en conflicto a una conferencia en Rambouillet para lograr un acuerdo limitado de autonomía para Kosovo. Los representantes kosovares aceptan, pero los serbios no están dispuestos a hacer concesiones, y las negociaciones fracasan.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Intervención humanitaria"
El 24 de marzo de 1999, la OTAN comienza a bombardear objetivos militares y estratégicos en Serbia y Kosovo para frenar la violencia contra los albanos. También Alemania participa en los ataques. La operación “Allied Force” es la primera guerra de la OTAN en 50 años que no cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia juzga severamente la intervención
Imagen: U.S. Navy/Getty Images
Infraestructura paralizada
Además de los ataques a instalaciones militares, la OTAN también toma como objetivo vías de abastecimiento, líneas de ferrocarril y puentes. En 79 días y noches arriban más de 37.000 misiones de la alianza, y cerca de 20.000 misiles y bombas caen sobre territorio serbio. Muchos civiles pierden la vida. “Daños colaterales”, según el lenguaje que utiliza la OTAN.
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Nubes tóxicas sobre Pancevo
También son atacadas las fábricas, como en Pancevo, cerca de Belgrado. Allí, las bombas de la OTAN destruyen un depósito de químicos y una fábrica de fertilizantes liberando grandes cantidades de sustancias químicas que contaminan suelos, ríos y el aire. Las consecuencias para la población son gravísimas. Serbia acusa a la OTAN de utilizar munición enriquecida con uranio, así como bombas racimo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra contra la propaganda de guerra
Para privar a Milosevic de un importante órgano de propaganda, la OTAN ataca la televisión estatal en Belgrado. Aunque se informó con anticipación al Gobierno serbio del ataque, éste no difunde la información. En el edificio de la emisora mueren 16 personas.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Daños colaterales"
En Kosovo, las bombas de la OTAN caen por error sobre una caravana de refugiados albanos. Mueren cerca de 80 personas. La OTAN califica, además, de “daño colateral” el bombardeo de la embajada china en Belgrado, en el cual mueren cuatro personas. El incidente provoca una grave crisis diplomática entre Pekín y Washington.
Imagen: Joel Robine/AFP/GettyImages
Balance del horror
A comienzos de junio llegan las primeras señales de Belgrado que indican que Slobodan Milosevic está dispuesto a ceder. El 19 de junio la OTAN detiene los ataques aéreos. El balance de la guerra: miles de muertos y 860.000 refugiados. La economía serbia está por los suelos, y amplios sectores de su infraestructura están destruidos. Kosovo es puesta bajo administración de la ONU.