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Otra bofetada política iraní

Emilia Rojas Sasse12 de abril de 2006

Con severas críticas y creciente preocupación reaccionó Europa al anuncio de que Irán logró enriquecer uranio, con lo cual el Organismo Internacional de Energía Atómica se ve ante hechos consumados.

Ahmadineyad celebra su entrada al "club" de los que dominan la energía nuclear.Imagen: dpa

Objetivamente, la entrada de Irán al club de países que "dominan la tecnología nuclear" -anunciada con bombos y platillos por el presidente Mahmud Ahmadineyad- no hace más que confirmar lo que éste venía anunciando a quien quisiera escucharlo: que Teherán no está dispuesto a renunciar a su programa atómico, cuyos fines son, según el gobernante iraní, exclusivamente pacíficos. Que se haya logrado enriquecer uranio en el país, no lo convierte en una "potencia nuclear" ni implica que esté en condiciones de construir en breve una bomba atómica, porque para ello se requieren cantidades muchísimo mayores que las que estaría en condiciones de producir a corto plazo.

Indignación y llamados a la mesura

No obstante, el anuncio de Ahmadineyad fue otra bofetada política más, que se resiente sobre todo en Europa, empeñada desde largo tiempo en arduas negociaciones para inducir a Teherán a desistir de sus afanes nucleares y eliminar así toda sospecha acerca de sus verdaderos propósitos. Berlín, París y Londres acusaron el golpe. El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, afirmó que "las últimas señales emitidas por Teherán apuntan precisamente en la dirección equivocada y ahondan nuestra preocupación". Su homólogo británico, Jack Straw, comentó que con ello "se sigue socavando la confianza internacional en el régimen iraní", al que instó una vez más a suspender su programa nuclear. Igual cosa hizo el jefe de la diplomacia francesa, Philippe Douste-Blazy, quien conminó a los dirigentes iraníes a poner fin a sus "peligrosas actividades".

En medio del coro de críticas europeas, en Berlín se alzaron, sin embargo, también algunos llamados a la mesura. Mientras el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, Martin Jäger, indicó que el gobierno esperará al informe de los inspectores internacionales para establecer lo que realmente ha ocurrido en la central nuclear iraní, el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento germano, Ruprecht Polenz, previno de provocar una escalada verbal. "El hecho es que todavía se requerirá entre 5 y 10 años para producir uranio susceptible de ser empleado en armas", destacó el parlamentario cristianodemócrata, puntualizando que, aunque la situación sea seria, no hay que orientarse por la retórica de Irán.

Perspectivas inquietantes

La espiral retórica, sin embargo, ya está girando desde hace tiempo. Y Washington no se queda atrás. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, consideró que "ha llegado el momento de actuar" e instó al Consejo de Seguridad de la ONU a proceder en forma decidida, para mantener la credibilidad de la comunidad internacional. Pero en dicho foro el dilema persiste. Aún cuando Rusia e incluso China reaccionaron con molestia a los anuncios iraníes, también dejaron entrever que no consideran productiva la aplicación de sanciones y menos la amenaza con medidas de fuerza.

Sin embargo, a medida que la crisis se prolonga, aumenta el temor a que efectivamente llegue a optarse por una solución militar. Así lo indica al menos una encuesta realizada en Alemania por el instituto Forza, según el cual el 54% de los entrevistados considera probable que "Estados Unidos ataque a Irán próximamente".

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