1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

¿Un alto a la libre circulación en la UE?

4 de mayo de 2011

Buena parte de la propuesta de la Comisión Europea para reformar el sistema de inmigración y asilo no es tan nueva. Novedoso sí es que, al parecer, ceda a la presión de Italia y Francia en cuanto a controles fronterizos.

¿El flujo de inmigrantes podría causar que se cierren otra vez las fronteras en la UE?Imagen: Picture-Alliance/dpa

Buena parte de la propuesta para un sistema común de asilo e inmigración en la UE presentada en Bruselas por la comisaria de Asuntos Interiores, Cecilia Malmström, en realidad no es nueva y estaba ya en la fragua desde hace tiempo. Que una reforma de tales asuntos es imperativa lo han subrayado los acontecimientos en el norte del África en el transcurso de este año; que la reforma debe tener como base la solidaridad y debe mejorar la cooperación con terceros países vecinos también es obvio. Y que la UE debe finalmente facilitar la entrada de la fuerza laboral que se requiere también es algo en lo que se ha venido trabajando por años.

Cecilia Malmström, comisaria europea de Asuntos Interiores, en Bruselas (04.05.2011)Imagen: dapd

Pero, ¿qué es una situación especial?

Ni siquiera la alusión a que “para proteger la estabilidad en el espacio Schengen podría ser necesario, en situaciones especiales, la planificación de controles fronterizos internos” es nueva. En días especiales –como una boda real, una toma de posesión, una cumbre del G-8- los Estados firmantes de Schengen pueden controlar otra vez sus fronteras. ¿Entonces?

El punto crucial en la propuesta de la Comisión está en cómo se define situaciones especiales o críticas: “cuando los Estados miembros no están en capacidad de cumplir con su obligación de asegurar las fronteras externas. Es esencial que la UE pueda impedir la entrada de personas no autorizadas y garantizar la seguridad”.

Esto hace alusión a la reciente disputa entre Italia y Francia: a miles de inmigrantes tunecinos llegados a la isla de Lampedusa, Roma concedió visados y Francia cerró sus fronteras actuando en contra del principio de la libre circulación estipulado en el Tratado de Schengen. Italia, por su parte, se queja de tener que asumir sola el impacto de la inmigración hacia la UE por ser país fronterizo.

¿Quiere decir esto que la Comisión le da la razón a Francia? ¿A qué se refieren con “mecanismos que permitan a la UE reaccionar rápidamente ante los retos y oportunidades creados por la emigración, sobre todo en vista de los actuales acontecimientos que se están produciendo en el Mediterráneo"? ¿Quiere decir esto que el Tratado de Schengen sí va ser reformado y no es intocable como aseguraba la Comisión?

El 26 de abril de 2011, durante su encuentro en Roma.Imagen: AP

¿Depende de quien lo pida?

Mucho parece indicar que el Tratado de Schengen no es tan intocable si así lo consideran países como Francia apoyada por Alemania –en 1985 países fundadores del espacio Schengen- y si lo solicita un país como Italia, desde1957 parte integral de la Comunidad Económica Europea.

Con todo, en el mismo documento, la Comisión insta a que el sistema común de asilo de la UE -que podría prever una redistribución de los solicitantes de asilo entre los 27 socios- esté listo para el año 2012; sin embargo, al parecer a buena parte de las más de 20.000 personas que han accedido al Viejo Continente en las últimas semanas las mueve el deseo de abrirse mejores perspectivas socioeconómicas, no necesariamente el deseo de solicitar asilo.

Mala acogida

En el comité de Libertades Civiles del Parlamento Europeo, la propuesta de la Comisión no ha sido bien acogida. “Schengen no debe ser debilitado. Schengen es la libertad de movimiento y, como el euro, es uno de los símbolos de Europa”, declara Carlos Coelho, del mayoritario bloque del Partido Popular Europeo y presidente del comité. El holandés Jan Mulder, del bloque liberal, trae a la memoria un recuerdo no siempre agradable: las filas de autos esperando en las fronteras. “¿Cómo si no van a llevar a cabo los controles?”, pregunta Mulder.

Para la alemana Barbara Lochbihler, de la bancada de los Verdes, la propuesta de la Comisión es básicamente una respuesta a la presión política de Nicolás Sarkozy y Silvio Berlusconi, en horas bajas de popularidad. “La gente en el Norte del África necesita ayuda. Que Malmström quiera reforzar Frontex hace pensar cosas temibles”, afirma Lochbihler, en cuya opinión los esfuerzos deberían ser puestos en concluir el sistema común de asilo e inmigración, que prevé también un programa de visas laborales. Pero estos temas no son populares y causan disgusto entre los Estados miembros y toman tiempo. En comparación, una alteración del Tratado de Schengen que permita cerrar fronteras, tiene un efecto visible inmediato. También en los electorados de los países que lo solicitan.

Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas

Ir a la siguiente sección Descubra más
Ir a la siguiente sección Tema del día DW

Tema del día DW

Ir a la siguiente sección Más de DW