Hace apenas una semana era liberada de sus captores de las FARC y ahora recibe homenaje tras homenaje en la capital de Francia, su segunda patria. Ingrid Betancourt, transformada en un ícono de libertad y esperanza, conoce el impacto que causa su figura, tras la larga y penosa historia de cautiverio en la selva colombiana. Y sabe también del peso que han adquirido cada una de sus palabras. No descarta una nueva candidatura presidencial, llama al presidente colombiano, Álvaro Uribe, a moderar su lenguaje beligerante y ajusta cuentas políticas con las FARC, a las que describió en una entrevista como una organización autista y aislada en la selva colombiana.

Marcha por los rehenes

Pero, por ahora, el principal mensaje que ha querido hacer llegar al Senado de Francia, que la recibió este martes aplaudiendo de pie, es el de la necesidad de seguir luchando por la liberación de los rehenes que aún permanecen en poder de las FARC. “Les pido que me acompañen en la marcha del 20 de julio, en la que no tendremos la posibilidad de estar físicamente”, dijo la ex candidata presidencial colombiana quien, a pedido expreso de su familia, no retornará todavía a Colombia.

“Nosotros podemos encontrar otros modos de participar, sin estar allí físicamente”, indicó, sugiriendo a los senadores “filmar mensajes de cada uno, con palabras de aliento para que el mundo sepa que continuamos nuestra batalla por ellos”.

Francia continuará sus gestiones

Ingrid Betancourt será recibida este miércoles en la Asamblea Nacional, en París, donde hablará a los diputados. Y no será, ciertamente, la última oportunidad de estar en contacto con la cúpula política francesa, ya que el 14 de julio, en el día nacional de Francia, será condecorada. Su influencia, en todo caso, de seguro se mantendrá por más tiempo que el revuelo que causa su figura en la prensa internacional.

¿Cuánto podrá hacer efectivamente por la liberación de los que aún permanecen cautivos de la guerrilla? Seguramente mucho, porque su sola presencia asegura que aquellos que corren hoy la misma suerte que ella corrió durante más de seis años no serán olvidados en Francia. Más allá de lo anterior, el gobierno de París se muestra dispuesto a proseguir intentando gestiones para obtener la libertad de los rehenes, aunque “tomó nota” del rechazo de Bogotá a una mediación europea, por falta de “confianza” en los emisarios francés y suizo que trataban de establecer contacto con la guerrilla. “Si esa no es la modalidad adecuada para lograr nuestro propósito, vamos a seguir discutiendo con las autoridades colombianas para ver cuáles son las modalidades adecuadas”, indicó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, Eric Chevallier.