La situación es casi dramática para sus directores ejecutivos, Anshu Jain y Jürgen Fitschen: pérdidas millonarias, un pasado de negocios sospechosos y litigios abiertos. Los dos presidentes deben luchar en varios frentes.
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Todo indica que en Estados Unidos y Gran Bretaña se les impondrán más multas y también los autoridades alemanas intensifican sus investigaciones contra el instituto financiero. Por ahora se ve poco de las supuestas buenas intenciones de cambio.