Regatear, calcular… Quienes asumen compromisos en la cumbre del clima quieren recibir a cambio compensaciones. Tras maratónicas negociaciones, el acuerdo parece al alcance de la mano. Jens Thurau informa desde París.
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Laurent Fabius presentó el miércoles, con dos horas de retraso, los detalles de su nuevo borrador para un acuerdo dirigido a frenar el calentamiento global. El texto tiene ahora solo 29 páginas, en lugar de 43. Tres cuartas partes de los pasajes más controvertidos fueron eliminados. “Pero este no es aún el texto definitivo”, adelantó el anfitrión de la conferencia de París.
Todavía está por verse cuán ambiciosos serán los objetivos de largo plazo. Y cuál será el monto de los fondos que los países en desarrollo recibirán a partir de 2020 de los Estados industrializados para adaptarse al cambio climático. Igualmente queda por definir en qué intervalos se controlará el cumplimiento de las metas voluntarias de los 195 países asistentes a la cumbre.
Metas voluntarias
Esas metas voluntarias habían sido presentadas antes de la conferencia de París y formarán parte del tratado. Los especialistas calculan que con su cumplimiento se podría limitar el calentamiento global a 2,7 grados. Eso es menos de lo que demandan los científicos, pero más de lo alcanzado hasta ahora en múltiples conferencias.
El nuevo texto fue redactado por colaboradores del ministro de Relaciones Exteriores francés por la noche y compendia propuestas de numerosos grupos. Pero los negociadores siguen afinando detalles, bajo presión, y nadie cree que en encuentro de París termine realmente el viernes por la noche, como está previsto en el plan oficial. Como suele ocurrir, el juego de póker se prolongará, seguramente hasta el sábado.
La propuesta europea
Una iniciativa de la UE ha dado más impulso a las conversaciones. Junto con 79 países de África, el Caribe y el Pacífico, los europeos abogan por un acuerdo amplio y ambicioso, que sea vinculante en la mayor parte posible.
“Debería contener un objetivo de largo plazo claro, concordante con los planteamientos de la ciencia climatológica”, indica la declaración. Uno de los propósitos de esta cooperación, desde el punto de vista de la UE, es lograr el apoyo de algunos de los países más pobres, que hasta ahora han hecho causa común con Estados como India y Arabia Saudita, que se han mostrado reacios a un tratado. Los países en desarrollo que ya sienten con más fuerza el impacto del cambio climático desean sin embargo un acuerdo.
Los países más pobres también parecen imponerse en otro punto, por lo menos hasta el momento. Su demanda de limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 grados cosecha cada vez más aplausos. Hasta ahora se daba por hecho que los países acordarían un límite de 2 grados, que los científicos consideran apenas tolerable. “Estoy segura de que el objetivo de los 1,5 grados será mencionado con vigor en el acuerdo, y no solo marginalmente”, comentó la ministra alemana del Medio Ambiente, Barbara Hendriks.
Es posible que así sea. Pero también es posible que países como Bolivia, Arabia Saudita, Malasia o India pidan, a cambio de esa mención del tope de 1,5 grados, concesiones en algún otro acápite del acuerdo que nos les plazca. Las conferencias sobre el clima pueden ser muy complicadas.
¿Qué se puede hacer contra el cambio climático?
Un 75 por ciento de las emisiones globales surgen del uso de carbón, petróleo y gas. El otro 25 por ciento, de la agricultura y del desmonte. ¿Qué podemos hacer para evitar las emisiones? Aquí, diez propuestas.
Imagen: picture-alliance/dpa
1. Usar menos carbón, gas y petróleo
La mayoría de los gases invernadero vienen de las centrales energéticas, de la industria y del transporte. La calefacción de edificos causa un 6 por ciento de las emisiones globales. Quien usa energía eficiente y ahorra carbón, gas y petróleo, está protegiendo activamente el clima del planeta.
Imagen: picture-alliance/dpa
2. Producción propia de electricidad limpia
La electricidad ya no tiene que salir de las centales de carbón, petróleo y gas. Ya hay alternativas que hasta son más baratas. La electricidad se puede producir fácilmente, incluso en cantidades mayores a las necesarias. Por ejemplo, con celdas y módulos solares sobre los techos con una tecnología que hace tiempo está en el mercado.
Imagen: Mobisol
3. Cooperar con las buenas ideas
Cada vez más comunas, empresas y cooperativas invierten en energías renovables y venden electricidad limpia. Este parque solar pertenece a la compañía Saerbeck, un distrito alemán de 7.200 habitantes que produce más electricidad de lo que necesita y es un ejemplo. Aquí, una delegación de EE. UU. la visita.
Imagen: Gemeinde Saerbeck/Ulrich Gunka
4. No financiar a empresas que dañen el clima
Cada vez más ciudadanos, fondos de jubilaciones, seguros, universidades y ciudades retiran su dinero de empresas que trabajan con energías fósiles. Münster es la primera ciudad que se unió al "Divestment", un movimiento al que pertenecen 57 ciudades del mundo. Este movimiento global ganó tanta dinámica porque todos pueden participar.
Imagen: 350.org/Linda Choritz
5.Viajar en bicicleta, ómnibus y tren
Las bicicletas, el ómnibus y los ferrocarriles ahorran mucho C02. En comparación con el automóvil, un viaje en ómnibus es cinco veces más favorable al clima, y un viaje en tren hasta 15 veces más. Las ciudades que disponen de bicisendas y carriles especiales para los buses son las que más contribuyen con la protección del clima.
Imagen: DW/G. Rueter
6. No volar en avión si no es necesario
Volar es tremendamente dañino para el clima. Los hechos demuestran el dilema: para cumplir con los objetivos climáticos, actualmente cada habitante de la Tierra debería producir por año en promedio un máximo de 5,9 toneladas de CO2. Un vuelo de ida y vuelta entre Berlín y Nueva York produce por persona 6,5 toneladas.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Huguen
7. Comer menos carne
Tambien la agricutlura es un problema. En el cultivo del arroz y en los estómagos de los vacunos y ovinos se genera el gas metano, muy perjudicial para el clima. La ganadería y el consumo de carne, que cada vez aumenta más, son puntos críticos debido a la enorme demanda de soja para alimentar a los animales. Para el cultivo de la soja se desmontan bosques y selvas enteras.
Imagen: Getty Images/J. Sullivan
8. Comprar alimentos biológicos
El gas hilarante daña el clima en gran medida. Su porcentaje en las emisiones globales está en un 6 por ciento. Se produce en centrales energéticas y por el uso de motores, pero sobre todo por el empleo de abonos artificiales en la agricultura industrializada. En la agricultura ecológica esos abonos están prohibidos, y eso ayuda a proteger el clima del planeta.
Imagen: imago/R. Lueger
9. Construir y consumir de manera sostenible
En la producción de cemento y hierro se produce mucho CO2. Por el contrario, el cultivo de madera y caña de bambú lo frena. La elección consciente de materiales de construcción contribuye con el clima, y lo mismo vale para el consumo. No es necesario seguir usando vasos plásticos que van a parar por millones a la basura todos los días.
Imagen: Oliver Ristau
10. Asumir nuestra responsabilidad por el clima
¿Cómo se puede evitar la emisión de gases invernadero para que las futuras generaciones puedan vivir sin catástrofes climáticas? Estos alumnos están fascinados por las energías limpias y la ven como una esperanza para un futuro en un planeta al que todos cuidemos. Cada uno de nosotros puede ayudar a que así sea.