El parisino Le Figaro comenta este escándalo financiero: “En su fuero interno, el director del Société Générale sabe muy bien que aquello que nos es presentado como una chapuza es en realidad una falla en un sistema de control peligrosamente defectuoso. Hoy queda claro que el Société Générale no saldrá ileso de esta crisis. Además, este increíble caso –el cual esperamos que sea aislado- causa daños a un sector, el bancario, que por el momento se encuentra en el fuego cruzado de la crítica.”

Culpables y responsables

De la misma capital francesa, el Liberation ironiza sobre los 4.900 millones de euros que resultaron desaparecidos: “En verdad no hay por qué temer. Lo dice la ministra de Economía, Christine Lagarde, y también el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer. Debe tratarse de un caso aislado que en nada se relaciona con las turbulencias financieras internacionales. ¿Es el fin de esta historia? No es tan sencillo. Se nos ha presentado a un culpable, pero no a los responsables en posiciones directivas del banco. ¿Quién si no la Comisión de Vigilancia –de la cual Christian Noyer es presidente- puede ser responsabilizado del fracaso al ejercer el control sobre las operaciones bursátiles?”

Apuesta bancaria

Del otro lado del Canal de La Mancha, en Inglaterra, el Daily Telegraph analiza y cuestiona los mecanismos del sistema bancario: “En su afán de llevar las ganancias a niveles extraordinarios a través de créditos e inversiones, los bancos modernos trabajan con productos financieros tan complejos, que sólo son comprendidos por unos cuantos auténticos genios. Las ganancias se logran a través de pequeñas variaciones en los precios de divisas, insumos y valores accionarios. Cuando los números marchan en dirección correcta, la inversión vale la pena. Pero si ocurre lo contrario, patrimonios completos pueden desaparecer en un santiamén. Éste es el negocio bancario actual. Es como un día en el casino o en el hipódromo. Apostar a cifras rojas o negras, a pares o nones, a altas y bajas. Jerome Kerviel realizó dicha apuesta sin la autorización del Société Générale. En otros lados, y desde hace mucho tiempo, maniobras similares son parte de la política corporativa a seguir.”