El Banco Central de Turquía anunció la pasada noche una subida del principal tipo de interés del 4,5 al 10 por ciento, en un acto de política monetaria para frenar la drástica caída de la lira turca. Para algunos expertos la decisión llega con retraso, aunque asombró la magnitud de la misma.

El Banco Central turco mantuvo la noche del martes una reunión de crisis en Ankara, en la que acordó la espectacular subida de tipos. La lira turca, presionada desde principios de año a la baja, subió tras la decisión un 4,1 por ciento respecto al dólar, su mayor ascenso desde 2008. También se apreció respecto al euro.

También subieron considerablemente otras monedas de países emergentes que en los últimos tiempos se vieron presionadas a la baja. El rand sudafricano subió un 1,2 por ciento respecto al dólar y el won surcoreano protagonizó su mayor incremento en los últimos cuatro meses. El peso argentino y el real brasileño lograron seguir estabilizándose.

Respuesta positiva de la Bolsa

Los parqués también respondieron positivamente a la decisión de Ankara. El índice de las potencias emergentes MSCI subió un 1,2 por ciento hasta los 944,90 puntos, el mayor repunte desde mediados de noviembre. En Europa, el índice alemán Dax y el español Ibex también arrancaron la jornada con ganancias.

La moneda turca se encontraba en caída libre en las últimas semanas por causas políticas económicas. Por un lado, el gobierno de Recep Tayyip Erdogan sigue estando bajo presión debido a un escándalo de corrupción. Además, el país tiene una gran dependencia del capital extranjero, que se refleja en un elevado déficit comercial. La inflación se encuentra en estos momentos en el 7,4 por ciento.

Turquía y otros países emergentes se están viendo afectados por la política monetaria de la Reserva Federal estadounidense. Con la Fed cerrando el grifo del dinero barato, los inversores se están retirando en gran medida de las regiones que en los últimos años se beneficiaron de su abundante liquidez.

CP (dpa, rtr)