El encuentro de presidentes sudamericanos para coordinar acciones en favor de la Amazonía no pasó de ser una muestra vacía de buenas intenciones, opina Johan Ramírez.
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"Aquí estamos haciendo historia”, dijo el presidente Iván Duque mientras él y sus homólogos firmaban el llamado Pacto de Leticia con el que se cerró la cumbre presidencial por la Amazonía. Habría querido creerle, pero los discursos de los mandatarios eran tan vacíos, y el documento que suscribieron tan poco práctico, y con compromisos tan difusos, que el evento me convenció de lo contrario: este fue otro pomposo encuentro de dignatarios que se archivará en el cajón de las cumbres inútiles.
¿Por qué tanto pesimismo? Me concentraré en tres puntos. Uno: el Pacto de Leticia contempla, por ejemplo (se debe tener paciencia para leer estas frases tan largas): "Fortalecer la acción coordinada para la valoración de los bosques y la biodiversidad, así como para luchar contra la deforestación y degradación forestal, con base en las políticas nacionales y sus respectivos marcos regulatorios”. Muy bien, pero ¿en qué se traduce "valoración de los bosques y la biodiversidad”? ¿Cómo detendrán la deforestación? Y sobre todo: si algo quedó en evidencia es que "las políticas nacionales y sus marcos regulatorios” ya no son suficientes.
También proponen: "concretar iniciativas de restauración, rehabilitación y reforestación acelerada en las zonas degradadas por incendios forestales y actividades ilegales, incluyendo la extracción ilegal de minerales, con miras a la mitigación del impacto, y recuperación de especies y funcionalidad de ecosistemas”. Al leer esto uno se pregunta, ¿cuáles son esas iniciativas que se concretarán? ¿A partir de cuándo? ¿Cómo? ¿Con qué fondos? El Amazonas requiere urgentemente decisiones que impliquen hechos en lo inmediato, y lamentablemente este documento no lo consigue.
Dos: los firmantes se comprometen a combatir la minería ilegal. Sin embargo, Venezuela no fue invitada al evento. Las razones de esta ausencia son evidentes. Habría sido una incoherencia política invitar a Nicolás Maduro, a quien la mayoría de los asistentes no reconoce como presidente legítimo, y habría sido un absurdo mayor invitar a Juan Guaidó, quien no tiene el control territorial del país. Pero en cualquier caso, el 85 por ciento de las minas ilegales del Amazonas se encuentran en territorio venezolano. Entonces, ¿cómo podrá el Pacto de Leticia acabar con este flagelo sin contar con la cooperación de Venezuela, el principal país implicado?
Tres: los mandatarios evitaron los temas álgidos, que son los que realmente tienen un impacto en el medioambiente. Mientras el mundo entero condena el incremento extraordinario de la deforestación en Brasil bajo el consentimiento de Jair Bolsonaro, y mientras cada vez más voces se alzan para criticar la quema ilimitada en Bolivia, aprobada por decreto por Evo Morales, los presidentes en Leticia hicieron esfuerzos de contorsionistas para no referirse a estos asuntos que, después de todo, están en el centro del problema.
El Pacto de Leticia se parece más a una resolución de año nuevo, esas que se escriben el 31 de diciembre y que se olvidan el 1 de enero. Este documento es una carta de buenas intenciones, pero no contiene nada que pueda salvar nuestra selva, y mucho menos, nada que vaya a cambiar la historia, con el perdón del presidente Duque.
Autor: Johan Ramírez (dzc)
Aumenta el peligro para la fauna del Amazonas
Los incendios del Amazonas destruyen la selva, y con ella, el hábitat de muchos animales en peligro de extinción. Su grito no se escucha, pero sufren. Hay especies que desaparecen y que ni siquiera conocemos.
Imagen: CLT/The Conservation Land Trust
El jaguar vive amenazado
El Amazonas es una de las regiones con la mayor biodiversidad del planeta. Más de 3.000 especies de peces viven allí. Además, hay mamíferos como el jaguar o la nutria gigante, y miles de especies de aves. Pero hay muchas especies que aún ni siquiera han sido descubiertas. Una cosa es segura: su hábitat desaparece cada vez más rápido.
Imagen: Alianza WWF-Fundación Telmex Telcel
El hogar de los animales se quema
Debido a los incendios en el Amazonas disminuye el territorio en el que viven los animales. Pero su hábitat ya había sido destruido antes de los incendios, por la deforestación para el cultivo. Los animales perdieron la base de su sustento y su hogar, y los fuegos aumentan esa destrucción. No se sabe exactamente cuántas especies están en peligro de haberse extinguido.
Imagen: Reuters/B. Kelly
Mariposas e insectos en extinción
Innumerables especies de animales invertebrados están en peligro de extinción. Según expertos en biodiversidad, aproximadamente la mitad de las poblaciones de todas las especies del planeta están disminuyendo. En el Amazonas, sobre todo los animales que para sobrevivir se especializaron en plantas, territorios o alimentos específicos están en peligro.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Sarmiento
El tití de Milton se queda sin hogar
Una de las especies en peligro de extinción es el tití de Milton (callicebus miltoni). Este primate fue descubierto en 2010. Vive en un hábitat muy pequeño y aislado en la selva amazónica brasileña. Casi no hay alternativas para los primates cuando sus territorios son talados o quemados, según el Fondo Mundial Para la Naturaleza (WWF).
Imagen: picture-alliance/dpa/WWF
Si su hábitat se quema, no tienen otro
Este primate es un ejemplo representativo de muchas especies de monos en el Amazonas que tienen un hábitat muy pequeño e individual. Los animales no pueden buscarse una “nueva casa”, porque en la vecindad ya viven otros animales en sus territorios, y no pueden compartir ese hábitat.
Imagen: picture-alliance/dpa/WWF
Manatí amazónico
Otro animal específico del Amazonas que está en peligro es el manatí amazónico. Los manatís viven en lugares de agua dulce, únicamente en el amplio ecosistema del río Amazonas. Si su hábitat se destruye, tampoco les quedarían alternativas.
Imagen: Imago/Danita Delimont
Águila arpía
El águila arpía que es una de las aves de presa más grandes del mundo, de hasta 250 centímetros de envergadura, y otro de los animales en peligro de extinción. El águila habita los territorios de la selva profunda latinoamericana. Necesita áreas suficientemente boscosas y extensas para poder sobrevivir. Pero la deforestación y los incendios están devastando su hábitat.
Imagen: picture-alliance/blickwinkel/E. Hummel
Caimán negro
Según el WWF, el caimán negro está en peligro de extinción, al menos en parte. Es uno de los carnívoros más grandes de Latinoamérica y solo se encuentra en distintos lugares de agua dulce de la selva de Brasil, Ecuador, Bolivia, Guyana, Colombia, Perú y Surinam. Aunque su población se estableció allí en el siglo pasado, se está reduciendo actualmente por la destrucción de su hábitat.
Hay muchísimas especies más en el Amazonas que están en peligro de extinción, afirma el WWF. Un problema enorme para los animales es que no pudieron desarrollar estrategias para sobrevivir en los incendios, porque en el Amazonas esos fuegos no son parte del ecosistema natural. Por eso, los animales no se pueden adaptar y es posible que no sobrevivan. Una pérdida inconmensurable para el planeta.
Imagen: Imago/imagebroker
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