La UNESCO sopesa declarar la cría de palomas mensajeras como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Eso entusiasma a los cultores de esta añeja tradición e indigna a los defensores de los derechos animales.
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El próximo 7 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) decidirá si incluir o no la cría de palomas mensajeras en la lista de aportes alemanes a los patrimonios culturales inmateriales de la Humanidad. El Estado federado de Renania del Norte-Westfalia nominó esa tradición, destacando que la misma se desarrolló y se ha conservado en la región del Ruhr como en ningún otro rincón del territorio germano. No obstante, los griegos y los árabes ya usaban estas aves como medio de comunicación en la Antigüedad y cruzaban diferentes razas de palomas con miras a obtener especímenes ideales para esa función.
“Si la UNESCO llama a proteger la cultura en torno a las palomas mensajeras nos daría un espaldarazo a los criadores”, comenta Peter Welter en entrevista con DW. Welter, un septuagenario radicado en las afueras de Bonn, descubrió su fascinación por el amaestramiento de estos pájaros hace más de medio siglo, cuando tenía seis años y veía a uno de sus tíos entrenar palomas para que volaran y regresaran llevando notas consigo; él mismo se dedicó a esa tarea al cumplir los quince. Rosemarie Dolatshahi, de 78 años, y Martina Schneider, de 51, ven el posible reconocimiento de la cría de palomas mensajeras por parte de la UNESCO como una vergonzosa violación de los derechos animales.
La explotación como tradición
Ambas se dedican sin fines de lucro a la protección de las palomas de ciudad, que en Alemania suelen ser mal vistas pese a que lo único que suele diferenciarlas de las mensajeras son dos pequeñas argollas en las patas de las últimas: una lleva las señas de los criadores y la otra, información sobre los concursos en los que han participado. “Cada semana llegan más palomas mensajeras a nuestras manos porque no logran cubrir las largas distancias que se les hace volar. Estas aves son explotadas hasta que no dan más y a sus criadores ya no les interesa recuperarlas”, explica Dolatshahi, quien montó un tinglado de cien metros cuadrados en Dottendorf, un barrio de Bonn, para acogerlas y cuidarlas.
“Algunos criadores de palomas mensajeras violan la ley vigente para la protección de animales y yo temo que la declaración de esa actividad como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad pueda popularizarla”, señala Schneider, quien le echa una mano a Dolatshahi en su refugio para aves. Welter, por su parte, no cree que su oficio experimente un boom, ni siquiera con el reconocimiento de la UNESCO. “La juventud no tienen interés alguno en este deporte. En cuestión de diez años, en Bonn no habrá nadie que lo practique”, pronostica. La federación alemana que reúne a los criadores cuenta con 64.000 socios y la membresía no está creciendo. Todo lo contrario…
(ERC/CP)
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Los pájaros de la década
El título "Pájaro del año", que vienen otorgando desde 1971 la Liga Alemana de protección de la Naturaleza (NABU) y la Liga de Protección de Aves (LBV), de Baviera, no es una distinción, sino un llamado de advertencia.
Imagen: picture-alliance/chromorange/M. Raedlein
2018: Estornino
El estornino está en aprietos, entre otras cosas, por causa de la agricultura industrializada, que hace escasear sus fuentes de alimentos y los espacios adecuados para empollar. Por eso fue elegido "Ave del año 2018" en Alemania. Es un pájaro simpático, perfecto imitador de otras aves. Pero últimamente imita cada vez más sonidos urbanos, como los de teléfonos celulares o de alarmas.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Pleul
2017: Cárabo
El título de "Pájaro del año 2017" le fue concedido al cárabo, en representación de varias especies de lechuzas que enfrentan problemas para encontrar alimentos suficientes y lugares apropiados para anidar. Con esta triste distinción se pretendía crear conciencia de la necesidad de proteger los árboles añosos en bosques y parques, cuyos troncos ofrecen refugio a estas aves.
Imagen: M. Cardy/Getty Images
2016: Jilguero europeo
Es uno de los pájaros más coloridos de Alemania. Pero el jilguero europeo tiene además otras cualidades: es un excelente cantante y un campeón de vuelo. Sus dificultades, que lo hicieron acreedor al título de "Pájaro del año 2016", se derivan también de la progresiva desaparición de las áreas en estado natural.
Imagen: picture-alliance/Arco Images/S. Images
2015: Azor
Cada vez se lo ve con menor frecuencia haciendo círculos en el cielo, cuando está de cacería. Aunque su caza fue prohibida en la década del 70 del siglo XX, el Azor, como muchas otras aves rapaces, tiene que lidiar con crecientes dificultades, por lo general derivades de las actividades humanas. Por eso fue nombrado "Pájaro del año 2015".
Imagen: picture-alliance/dpa/Horst Ossinger
2014: Pico Real
El Pico Real (Picus viridis) se alimenta principalmente de hormigas que encuentra en el suelo. Pero también necesita árboles secos para ejercer su oficio de pájaro carpintero y construir su hogar. El problemas es que los árboles viejos suelen ser talados y los insecticidas hacen desaparecer a las hormigas de las praderas. Premio de consuelo: el título de "pájaro del año 2014".
Imagen: imago
2013: Agachadiza común
La Agachadiza común (gallinago gallinago) suele descanzar en lugares con vegetación baja. Su plumaje a rayas le sirve de camuflaje. Pero no logra protegerla de todos los peligros del mundo de hoy, por lo que su existencia se ve amenazada y le fue conferido el título de "Pájaro del año 2013:
Imagen: picture-alliance/dpa
2012: Grajilla occidental
Durante mucho tiempo, estas aves fueron aliadas de los agricultores, porque ayudaban a mantener los sembradíos libres de los insectos que configuran su menú. Pero, debido al uso masivo de pesticidas, a la grajilla le resulta cada vez más difícil encontrar alimento. Por eso aterrizó en la lista de especies en peligro y obtuvo el título de "Pájaro del año 2012".
Imagen: cc-by-sa-Raymond Cubberley
2011: Colirojo real
Durante años tuvo buenas condiciones para vivir y multiplicarse en Alemania. Pero su suerte empezó a cambiar cuando la agricultura en pequeña escala dio paso a la industrial. Además, el cambio climático está provocando cada vez más períodos de sequía en las regiones de África donde suele pasar el invierno, por lo que encuentra menos alimentos. Por eso, el colirrojo fue el "Pájaro del año 2011".
Imagen: picture alliance/blickwinkel/F. Hecker
2010: Cormorán
La elección del cormorán como "Pájaro del año 2010" desató polémica, porque estas aves se alimentan de peces y los pescadores no les tienen gran simpatía. Lograr que sean aceptadas como parte de los ecosistemas fluviales y costeros fue el principal cometido de las organizaciones que otorgan el título. Por eso, subrayaron que el cormorán suele comer peces pequeños, sin valor comercial.