El diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung analiza la decisión de la Real Academia de Suecia: “Sin Occidente, sin considerar los principios que representan nuestra cultura, sin tener en cuenta el razonamiento y la reflexión con las que ha enriquecido el mundo, Pamuk hubiera sido imposible.

Él es uno de los modernos autores de la juventud occidentalizada de Ankara e Estambul. ¡Qué bueno que haya esas elites! Ellas son el frente más oriental de nuestro estilo de vida y sus convicciones.

No sólo nosotros en Occidente debemos entender al Islam. Las culturas islámicas deben, al fin, tomarse el trabajo de entendernos a nosotros. Antes de empezar de nuevo a hablar de diálogo de culturas - algo que Pamuk combina con gusto oriental por contar y escepticismo occidental - debe haber una cosa clara: Pamuk representa también a Occidente, cuando se trata de libertad, autonomía y humanidad”.

“Un millón de armenios masacrados”

El diario turco Hürriyet, editado también en Alemania, considera que un premio trae consigo responsabilidades: “Un premio Nobel debiera llenar de orgullo a toda la nación turca. En todo el globo se habla ahora que un escritor turco ha ganado el mayor premio. Muchos leerán ahora las novelas de un autor hasta ahora desconocido para ellos.

A través de sus libros muchos nos conocerán a nosotros y los lugares en donde nacimos, nuestros valores culturales. Eso debiéramos apreciarlo. Pero tal reconocimiento obliga también a Pamuk, en determinado caso, a decirles a los franceses que él mismo no ha sido arrestado en Turquía por haber denunciado que ‘un millón de armenios fueron masacrados’.”

Mal día para los necios en Turquía

El rotativo Tribune de Genève de la suiza Ginebra advierte: “El día del reconocimiento del Nóbel de Literatura a Pamuk es un mal día para las reacias autoridades turcas. Mientras la Asamblea Nacional Francesa declaraba como delito negar el genocidio turco al pueblo armenio, el escritor turco Orhan Pamuk ganaba el premio Nobel.

En Turquía cada una de sus novelas ha logrado ediciones de hasta 200.000 ejemplares. Un logro destacado para un autor en el mundo musulmán en el que Pamuk se ha atrevido a criticar la Fatua u orden de muerte pronunciada contra el autor indio Salman Rushdie. Aún así, Pamuk no es un escritor político.”