Pandemia causa reducción de servicios a madres y niños
13 de julio de 2020
Hasta 80 millones de niñas y niños menores de un año podrían verse afectados por la suspensión de los servicios de vacunación en 65 países.
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La pandemia del COVID-19 ha forzado la reducción en 20 por ciento de los servidos de salud y sociales prestados habitualmente a madres, recién nacidos, niñas, niños y adolescentes a nivel mundial, según un estudio independiente encargado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una deficiencia que se traduce en pérdidas de vidas, según trascendió este lunes (13.07.2020).
"Los sistemas de salud, tanto en los países pobres como ricos, están luchando masivamente, y los servicios para las madres, los recién nacidos, los niños y los adolescentes se están desmoronando", advirtió Elizabeth Mason, copresidenta de un equipo -encargado por el secretario general de la ONU, António Guterres- para el estudio del impacto del coronavirus en estos grupos.
Asimismo, Mason subraya que una de las mayores preocupaciones del panel de expertos que ha elaborado el informe es la dificultad de acceder a vacunas que pueden salvar vidas debido a los cierres de programas o restricciones de movimientos.
Según el texto, hasta 80 millones de niñas y niños menores de un año podrían verse afectados por la suspensión de los servicios de vacunación en 65 países, lo que podría aumentar la posibilidad de brotes de enfermedades y provocar un aumento de la mortalidad. Recuerdan que más de 20 países han indicado ya que tienen carencia de vacunas por culpa de la pandemia.
Además, advierten de que los cortes o interrupciones en estos servicios -sumado a un menor acceso a la comida- podrían causar entre 12.200 y 56.700 muertes de madres en seis meses, lo que supondría un aumento del índice de mortalidad de entre un 8,3 y un 38,6 por ciento. También destacan que una reducción del 10 por ciento del servicio de cobertura esencial para embarazadas y recién nacidos podría aumentar en casi 2.6 millones el número de complicaciones graves en recién nacidos y causar la muerte a 168.000 bebés.
Por otro lado, según sus cálculos, la irrupción de la cadena de suministro de anticonceptivos podría desembocar en 15 millones de embarazos no deseados en países de ingresos bajos y medios.
Estos problemas se agregan a otros como el aumento de la ansiedad, depresión e inseguridad que sufren muchas mujeres. Además, la pobreza extrema, a la que se pueden ver abocados entre 42 y 66 millones de niños y niñas debido al COVID-19, que ya ha causado que 370 millones de escolares no tengan acceso a la comida ofrecida en las escuelas.
ama (efe, Forbes)
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Bordando historias: mascarillas indígenas andinas en Bolivia
En Bolivia, mujeres indígenas bordan mascarillas andinas que cuentan historias de su diario vivir. Las mascarillas buscan prevenir el contagio de coronavirus y revalorizar la cultura de los pueblos aymaras y quechuas.
Imagen: DW/Tania Frank
De la necesidad a la oportunidad
Filomena Mamani es una mujer indígenas de la cultura Mollo en la provincia Muñecas de La Paz. Es una de las bordadoras de las mascarillas andinas y cuenta que una necesidad para poder evitar el contagio de coronavirus se convirtió en una oportunidad para hacer conocer su cultura.
Imagen: DW/Tania Frank
Lana de oveja y tela de bayeta de la tierra
Filomena Mamani espera cada mañana la llegada de sus compañeras que vienen a su casa para bordar las mascarillas andinas. En la foto se la ve con una mascarilla andina con lana de oveja y tela de bayeta de la tierra.
Imagen: Tania Frank
Cinco a diez unidades al día
Filomena trabaja con 100 mujeres en el pueblo de Ticamuri y cada una de ellas elabora entre cinco a diez unidades al día. Estas singulares mascarillas están hechas de bayeta de la tierra, un tejido del Altiplano hecho de lana de animales del lugar. Virginia Lipa (a la izquierda) y Carmen Soruco ( a la derecha) viven en la comunidad de Tijimuri.
Imagen: DW/Tania Frank
Cultura tradicional
Verónica Mollo (parada) y Celestina Apaqui (sentada) bordadoras de la comunidad de Tijimuri. “Las hermanas de arriba traen las lanas de llama, de oveja en este sector también hay ovejas de eso lo hacemos también y con los mismos hilos hacemos los telares”, cuenta Filomena.
Imagen: DW/Tania Frank
Líder indígena y artesana
Una vez terminado los bordados, Filomena los envía hasta el pueblo de Ayata, donde se encuentra Ana Alicia Layme, un líder indígena, artesana que se encarga de coordinar el trabajo de las mujeres y explica que cada prenda cuenta una historia de cómo es la vida en su comunidad.
Imagen: DW/Tania Frank
Reflejando la vida de las mujeres andinas
“Promocionar el trabajo de una mujer como es aquí, por eso vas a ver en los bordados la mama cargando su guagüita (hijo) y haciendo hilando y eso es el diario vivir de la mujer siempre esta acompañada con un animal o con unas plantitas”, cuenta Ana Alicia Layme. En la foto: Elizabeth Khuno, bordadora y creadora de mascarillas andinas.
Imagen: DW/Tania Frank
1.700 unidades en siete días
Son 700 mujeres de 15 poblaciones que se dedican a bordar con prisa las mascarillas. Cada uno tiene un costo de 15 bolivianos (2 euros). Ana Alicia explica que en 7 días lograron vender más 1.700 unidades y que con su trabajo son visibles ante la sociedad. En la foto: Celestina Apaqui, artesana de la comunidad de Tijimuri.
Imagen: Tania Frank
De moda en La Paz
En la capital boliviana se ponen de moda los mascarillas andinas para poder evitar el contagio con el coronavirus. “Es cómodo, es calientito y bueno lo que más resalta aquí son los diseños mas que todo, los diseños los colores y así demostrando nuestra cultura boliviana”, cuenta la compradora local Itai González.
Imagen: DW/Tania Frank
Mascarillas andinas para el mundo
Por la pandemia las mascarillas son de uso obligatorio en Bolivia y quienes usan el barbijo andino sienten que están apoyando a promover su cultura. Las artesanas mujeres intentan ahora exportar sus mascarillas a los mercados internacionales. "Este es el trabajo de las mujeres que se está visibilizando en las artesanías y una oportunidad de hacernos conocer al mundo", subraya Ana Alicia Layme.