Baja Sajonia es por superficie, tras Baviera el segundo estado federado más grande de Alemania. Abarca desde el Mar del Norte hasta la sierra de Harz. La región ecuestre de Baja Sajonia, que en su escudo tiene un caballo saltando, está más marcada por el campo que la mayoría de los otros estados federados. La región entre los ríos Ems y Elba ha superado bien el cambio estructural gracias a la industria del automóvil.

El consorcio de automóviles Volkswagen tiene en Wolfsburgo su sede mundial. "Cuando Volkswagen tose, la Baja Sajonia tiene gripe", reza el dicho popular. Más de 50 millones de Volkswagen han salido aquí de la cadena de montaje. Una cuarta parte de los puestos de trabajo de la industria dependen de la construcción de automóviles y de sus proveedores.

Pollos de engorde y chips de almacenamiento

También en la agricultura es puntera. La región es líder del mercado de patatas, así como en la cría de cerdos, pollos de engorde y pavos.

En la capital regional, Hannover, tienen lugar durante todo el año grandes ferias, entre otras CeBIT, la mayor feria de informática del mundo.

Ciudades universitarias como Braunschweig o Göttingen constituyen reconocidos lugares de investigación. En Hildesheim se pueden visitar iglesias distinguidas como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Porque también a nivel cultural, Baja Sajonia tiene algo que ofrecer.

Naturaleza tras el dique

Pero sobre todo la variada naturaleza de la llanura hace de la Baja Sajonia un destino turístico popular. La costa del Mar del Norte, con las islas de la Frisia Oriental de Borkum, Juist, Norderney, Baltrum, Langeoog, Spiekeroog y Wangerooge imprimen carácter a la región. A la landa de Luneburgo, la región de media montaña de Harz y la región montañosa de Weserbergland se une un variado paisaje.

Francos y llenos de humor

Los habitantes de la Baja Sajonia tienen fama de directos y un poco tozudos. Otra característica no es evidente a primera vista, pero a tenor de los muchos talentos de la región del todo existente: el humor.

Uno piensa solamente en el "Lügenbaron" -"barón de las mentiras"- de Münchhausen, en el aventurero y aficionado a las travesuras Till Eulenspiegel, en el escritor Wilhelm Busch, quien inventó con Max y Moritz el primer cómic, en el humorista Otto Waalkes y en el caricaturista Uli Stein.