Así, la lectura de la prensa diaria es una actividad muy extendida en la República Federal de Alemania. En cuanto a la densidad de la prensa (número de periódicos por cada mil habitantes), Alemania figura en el séptimo lugar en Europa, por detrás de Noruega, Finlandia, Suecia, Suiza, Austria y Gran Bretaña. Algo más del 78 % de los alemanes según un estudio publicado recientemente por la ARD (Corporación de las Entidades Radioteledifusoras de Alemania), lee diariamente el periódico; por el contrario el tiempo dedicado a ello no es tan destacado: treinta minutos por término medio.

Prensa y revistas

El mercado alemán de la prensa ofrece una gran variedad de cabeceros que favorece la pluralidad en los medios. Muestra de ellos son los 357 diarios que uno se puede encontrar en los quioscos germanos, con una tirada total que ronda los 23 millones de ejemplares. De entre ellos, 336 pertenecen a diarios de ámbito local y once a cabeceras suprarregionales.

Muchos periódicos tienen una notable influencia política y cultural, como por ejemplo los periódicos de calidad Frankfurter Allgemeine Zeitung y Süddeutsche Zeitung, ambos de ámbito nacional; y el semanario Die Zeit, de muy rica tradición. También destacan entre los suprarregionales: Die Welt, el Frankfurter Runschau y el Handelsblatt.

Pero no todo es cultura en el país de los pensadores. El sensacionalismo también tiene presencia en Alemania. El Bild (de la editorial Axel Springer) es con más de cuatro millones de ejemplares el diario alemán de venta callejera de mayor tirada.

Otros géneros de opinión importantes son las revistas de información política y general. El Spiegel es probablemente el semanario de mayor influencia en la opinión pública (con cerca de 1.114.000 ejemplares por tirada). A continuación le siguen la revista ilustrada Stern con algo más de un millón y Focus con cerca de 800 000 ejemplares.

Sistema público de radio y televisión

La riqueza del panorama mediático alemán también se refleja en la radio y la televisión. Ambos medios, que iniciaron su andadura en los años veinte (la radio) y cincuenta (la televisión) en forma de instituciones de derecho público, vivieron una importante renovación y diversificación a partir de la década de los ochenta, fecha en la que surgieron los primeros canales privados (1984).

Es así como los canales públicos y privados intentan convivir en el resbaladizo mercado de las audiencias. No obstante, las cadenas públicas deben garantizar un suministro mínimo de información, orientación y entretenimiento que sea plural y sobre todo independiente de las leyes del mercado.

Existen nueve entidades de radio y televisión públicas que están organizadas a través de los Estados Federados. Estos se agrupan en la Corporación de las Entidades de Radioteledifusión de Alemania (ARD). La ARD fue fundada en 1950, tras la Segunda Guerra Mundial, con el fin de evitar la subordinación de los medios de comunicación a los gobiernos, tal y como ocurrió con la instrumentalización de la radio durante el período nazi.

A través de la ARD se realiza el primer programa de televisión Das Erste ("Primer Canal de Televisión alemán") que se difunde en toda Alemania por vía terrestre y cable. Sumado a estas nueve emisoras públicas se encuentra la Deutsche Welle (que transmitió por primera vez el 3 de mayo de 1953): radio y televisión también de derecho público pero de alcance internacional. Además, se producen "terceros programas" de radio y televisión.

Más tarde, en 1967, se fundó el "Segundo Canal de Televisión alemán", la ZDF, también público pero que no produce programas de radio. Desde 1997 la ARD y la ZDF gestionan conjuntamente los dos únicos canales públicos temáticos existentes en Alemania: el Phoenix (el canal de eventos y documentales) y el Kinderkanal Ki.Ka (de programación infantil). Además, ambas cadenas participan en el canal cultural franco-alemán ARTE y en el programa vía satélite 3Sat (canal cultural alemán, austríaco y suizo) que son de emisión internacional.

Tanto la ARD como la ZDF se financian en parte por la publicidad, que es de cierta manera limitada (por minutos, por hora, no hay publicidad después de las ocho de la noche, ni los domingos, no se pueden interrumpir programas con publicidad, etc.); pero además por impuestos obligatorias de todos los radioyentes y televidentes. Estas contribuciones garantizan, hasta cierto punto, una independencia en la lucha por el índice de audiencia con las cadenas privadas, en búsqueda de mayores ingresos publicitarios.

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Cadenas privadas

Las primeras emisoras privadas surgieron a partir de 1984, cuando empezó a emitir desde Maguncia Sat1, el primer canal de televisión financiado de forma privada en Alemania. Ese mismo año se le uniría RTL plus Alemania (que hoy se llama RTL, con sede en Colonia). Luego llegarían otros canales privados, incluyendo la televisión de pago. Los programas de las cadenas de televisión privadas se emiten por cable y vía satélite, también se pueden sintonizar por frecuencias terrestres.

Estos canales son gestionados por grandes consorcios de grupos empresariales del sector mediático. Y, a diferencia de las entidades pública de radioteledifusión, se financian fundamentalmente por la publicidad.

En cuanto a la radio, en los últimos años ha aumentado notablemente el número de emisoras. Como ejemplo un dato: mientras en 1991 solo existían unas cien emisoras privadas, en 2003 la cifra aumentó a 276, con una audiencia mínima de 500.000 oyentes.

Internet, medio en expansión

Por último, no hay que olvidar a Internet como nuevo medio de comunicación. Aunque relativamente joven, ningún otro medio se ha expandido tanto en los últimos años. Un reciente estudio publicado conjuntamente por la ARD y la ZDF ha analizado las costumbres de los alemanes en el uso de la Red; y demostrado que desde 1997 a 2006 el número de internautas en Alemania ha aumentado de un 6,5 % a un 59,5 %, lo cual equivale a 38,6 millones de personas mayores de 14 años. El informe afirma que sobre todo son las ofertas multimedia, como imágenes, audio, animaciones y vídeos las que favorecen que el medio sea más atractivo para los usuarios.

Las horas que un alemán navegando por Internet también han aumentado: 48 minutos diarios. Para hacernos una idea, los alemanes pasan casi cuatro horas frente al televisor y unas tres horas escuchando la radio. El informe concluye que el consumo de los medios audiovisuales ha aumentado e Internet se ha situado cómodamente en el tercer puesto. Peor parada sale la prensa. No obstante, todavía se sigue vendiendo un periódico por cada dos alemanes adultos y las cifras de lectura aún son mayores.