Papa Francisco comienza gira por Myanmar y Bangladesh
27 de noviembre de 2017
Aunque no está previsto nada en agenda para el primer día, el pontífice argentino podría sorprender con una visita de última hora.
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El papa Francisco comenzará este lunes (27.11.2017) su primera visita a Myanmar y Bangladesh, donde permanecerá hasta el 2 de diciembre. El Sumo Pontífice llegará primero a Rangún (Myanmar) y el jueves seguirá hacia Bangladesh.
La gira se da en el contexto de la grave situación que enfrentan los rohinyás, una minoría musulmana que fue obligada a escapar de la violencia del Ejército de Myanmar y buscar refugio en Bangladesh.
Se estima que más de 600.000 rohinyás se encuentran en campos de refugiados en Bangladesh en pésimas condiciones de vida.
La operación militar, la cual la ONU ha catalogado como una "limpieza étnica", ha sido puesta en práctica desde fines de agosto y provocado la muerte de cientos de personas, violaciones múltiples y la quema de pueblos y cultivos.
Myanmar y Bangladesh informaron el pasado jueves que llegaron a un acuerdo para el retorno de los refugiados rohinyá a la provincia de Rajine, en Myanmar. Las dos naciones firmaron una declaración de intenciones al respecto.
El Papa es acompañado por el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin y el prefecto de la Congregación para la Evagelización de los Pueblos, cardenal Fernando Filoni.
El martes Francisco comenzará su agenda oficial y se reunirá con el presidente de Myanmar, Htin Kyaw, y con la premio Nobel de la Paz y jefa de facto del Gobierno, Aung San Suu Kyi, en Naipyidó, la capital de Myanmar.
Francisco mantendrá también reuniones con los budistas y celebrará dos misas para la pequeña comunidad católica, que no llega a las 650.000 personas.
El 30 de diciembre, el Papa volará hacia Bangladesh para la segunda etapa de su viaje. Ahí participará en un encuentro interreligioso, en el que también habrá miembros de la minoría rohinyá. Según el programa oficial, no está previsto que el Papa visite uno de los gigantescos campos de refugiados.
Es la primera vez que un Papa visita Myanmar, en el sudeste asiático y de mayoría budista. Bangladesh, de mayoría musulmana, recibió hasta ahora sólo la visita de Juan Pablo II. En ambos países hay solo una pequeña minoría católica.
El Vaticano comunicó que Francisco quiere transmitir un mensaje de "reconciliación, paz y perdón".
RRR (Dpa, Efe).
Niños rohinyá: abusados, secuestrados, huérfanos
La grave situación de los musulmanes rohinyá, obligados a escapar de las atrocidades cometidas por militantes y el Ejército en Myanmar, es difícil de digerir. Los niños son los más vulnerables, como muestran estas fotos.
Imagen: DW/J. Owens
Disparados y apuñalados
Desde agosto, más de 600.000 rohinyás han huido de Myanmar a Bangladesh. “El día que los militares vinieron, quemaron la aldea y le dispararon a mi madre cuando intentaba escapar. Mi papá no podía caminar, entonces lo apuñalaron. Lo vi con mis propios ojos”, dice Mohammed Belal, de 10 años, quien logró escapar.
Imagen: DW/J. Owens
Perseguidos por el trauma
La hermana de Mohammed, Nur, también vio la matanza. Ella y su hermano viven ahora en un refugio para niños sin compañía en Bangladesh. Ella puede jugar ahí y comer regularmente, un fuerte contraste con su viaje desde Myanmar, donde ella y su hermano casi se mueren de hambre. Pero la niña sigue siendo perseguida por el trauma de las últimas semanas. “Extraño a mis padres, mi hogar, mi país”, dice.
Imagen: DW/J. Owens
Conflicto de profundas raíces
El conflicto, el cual ha tenido lugar en los últimos 70 años y tiene sus raíces en la organización social del país después de la Segunda Guerra Mundial, ha cobrado más de 2.000 víctimas desde 2016, incluyendo la madre de Rahman, de 12 años (arriba). "Incendiaron mi casa y mi madre estaba enferma, así que no pudo irse", dice.
Imagen: DW/J. Owens
Salven a los niños
Dilu-Aara, de 5 años, llegó al refugio con su hermana después de ver a los militares asesinar a sus padres. “Estaba llorando todo el tiempo y las balas volaban sobre nuestras cabezas. De alguna forma escapé”. La agencia internacional Save the Children está ayudando a los menores que llegan a Kutupalong sin sus padres. Los niños representan hasta el 60% de los refugiados rohinyás en Bangladesh.
Imagen: DW/J. Owens
Cazados como animales
Jaded Alam está entre los cientos de niños que llegan a Kutupalong sin sus padres. Afortunadamente, su tía cuida de él, y muy bien, reconoce Jaded, quien creció en una aldea llamada Mandi Para, donde le encantaba jugar fútbol. Todo cambió cuando los militares atacaron. “Nos dijeron que nos fuéramos de nuestra casa. Cuando estaba corriendo con mis padres, les dispararon. Murieron en el acto”, dice.
Imagen: DW/J. Owens
Secuestro de niños
No todos han sido separados durante el escape. Rahman Ali ha estado registrando el refugio por semanas después de que Zifad, su hijo de 10 años, desapareciera. Los rumores sobre el secuestro de niños ha rondado el refugio por años y Rahman teme que su hijo haya caído presa de los traficantes de personas. “No puedo comer, no puedo dormir. ¡Estoy tan enojado! Es como si me hubiese vuelto loco”.
Imagen: DW/J. Owens
"Mi mente no es normal"
Cuando comenzó el tiroteo, Sokina Khatun hizo todo lo que pudo para proteger a sus hijos, pero no pudo salvar a Yasmine, de 15 años, y Jamalita, de 20, quienes estaban en una aldea vecina en el momento. “Les cortaron la garganta en frente de sus abuelos”, dice. “Estaba paralizada, no podía sentir el dolor. Ahora mismo, mi mente no es normal”, dice. Ella logró rescatar a nueve de sus niños.
Imagen: DW/J. Owens
Atacados, violados y robados
Yasmine cree que podría tener 15 años, pero luce considerablemente más joven. En su aldea, solía jugar con canicas y correr por los campos vecinos, pero recuerdos diferentes la persiguen ahora: el ataque de las fuerzas de Myanmar, la golpiza y asesinato de sus amados padre y hermanos y la violación por parte de un grupo de soldados que también la robaron: “Sentí mucho dolor en mi cuerpo”, dice.