El ex primer ministro de Grecia, Yorgos Papandreu, presentó este sábado (03.01.2015) su nuevo partido, el Movimiento de los Socialistas Democráticos, una escisión del Partido Socialista Panhelénico (Pasok) que supone un duro golpe para estos últimos, que viven un momento complicado por sus bajos niveles de popularidad. El Pasok es socio minoritario de la coalición de gobierno centroderechista

Papandreu, hijo del fundador del Pasok, Andreas Papandreu, dijo que tomó la decisión de abandonar su antigua tienda política debido a que el país necesita una formación que no esté aliada a la derecha y que ofrezca “un nuevo plan para Grecia”. La presentación del partido se realizó en el Museo Benaki de Atenas ante varios centenares de seguidores, que vitorearon las palabras de su líder.

“La manera en que gobernaron los conservadores nos hizo vulnerables a los mercados, hizo que aumentara el déficit y ha llevado al país al borde del infierno”, dijo Papandreu en este primer encuentro. El exjefe de gobierno y suscriptor del primer rescate con la troika de acreedores en 2010, aseguró que el nuevo partido luchará “por elaborar un plan griego que nadie nos impondrá” y que “nos dará la fuerza para decir a los acreedores sí a los cambios, pero basta de austeridad”.

“Ilógico e inmoral”

A escasas tres semanas de las elecciones generales del 25 de enero, la deserción de Papandreu del Pasok generó numerosas críticas. El partido calificó el acto de “inmoral” e “ilógico”, acusando al líder político de comportarse como “un heredero que quiere destrozar el partido fundado por su padre”, todo con el objetivo de atender “intereses personales”. Los analistas dan pocas opciones al nuevo partido de superar la barrera del 3 por ciento, necesaria para entrar al Parlamento, pero sospechan que la escisión pueda terminar dando la estocada final al Pasok.

Con la creación de un nuevo partido, Papandreu responde a una larga crisis de identidad de los socialistas griegos iniciada en 2010, cuando el Gobierno del Pasok, dirigido por él mismo, dio un giro radical a su política y aplicó un programa de austeridad sin precedentes. Esto provocó un descalabro electoral en el partido, que pasó del 43,9 por ciento del respaldo en octubre de 2009 al 8,6 en junio de 2014. Hoy su intención de voto escasamente supera el 5 por ciento.

DZC (dpa, EFE)