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Paquete de estabilización del euro: ¿cómo funciona y para qué?

11 de mayo de 2010

Ayer todo era euforia y hoy los mercados financieros regresan poco a poco a la sobria realidad. El rescate del euro continúa su periplo pero, ¿cómo funcionan y qué efectos tienen las medidas aprobadas en Bruselas?

Imagen: AP

Al alza cerraban ayer lunes las bolsas internacionales. El valor de las acciones europeas y estadounidenses subía, las monedas mejoraban su cotización y se recuperaban los precios de las materias primas. Todo ello por un simple anuncio: habemus paquete.

Durante la madrugada del domingo, los Estados miembros de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) habían logrado ponerse de acuerdo y decidido destinar 750.000 millones de euros a garantizar la estabilidad del euro. Sin que el "programa de rescate" hubiera pasado aún por los parlamentos nacionales, cuyo visto bueno es indispensable para que obtenga validez jurídica, y sin haber tenido oportunidad aún de demostrar su eficiencia, actuaba ya como bálsamo para los mercados.

La canciller alemana, Angela Merkel, y su vicecanciller, Guido Westerwelle, le hablan a la prensa de las medidas para el rescate del euro.Imagen: AP

¿Por qué? Porque calmaba las especulaciones, explican los expertos. Desde que se conocieran las verdaderas dimensiones de la crisis griega, las apuestas sobre el futuro de la moneda única europea se habían convertido en el juego predilecto de los parqués financieros.

Esta mañana, el Gobierno alemán aprobaba al paquete de estabilización del euro que la canciller, Angela Merkel, y su vicecanciller y ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, se habían traído de la capital belga. Y sin embargo, el índice germano Dax amanecía cayendo de nuevo, un 0,92 %. Todo apunta a que las críticas del presidente del Banco Federal Alemán, Axel Weber, al papel que ejerce el BCE en las medidas acordadas han vuelto a llevar la inestabilidad a Fráncfort.

En los dos años de crisis financiera y los meses atajando los problemas de Atenas y otros Estados "débiles" de la eurozona, una cosa parece clara: los mercados son extremadamente sensibles, y no todo en ellos es de carne y hueso, o de papel y tinta.

Si el euro cae, yo gano

Un juego bursátil consiste en lo siguiente: alguien apuesta por que el euro va a perder valor y se compromete con otro alguien a venderle divisas en una fecha determinada del futuro y a un precio fijado de antemano. Si vencido el plazo y llegado el momento de realizar la transacción, el euro cuesta menos de lo que en su día establecieron, el primero ha acertado en el pronóstico y gana diferencia entre lo que en ese momento le cobren por el euro y lo que, en función de lo acordado, le pague el segundo. El segundo gana si la moneda no se deprecia tanto como previó el primero: entonces, compra euros baratos.

¿Cuánto bajará el euro? ¡Hagan sus apuestas!Imagen: picture-alliance/Karl-Josef Hildenbrand

Éste tipo de apuestas se realizan en los parqués sin que fluya ni un solo céntimo, ya que todas las compras y ventas tienen lugar con posterioridad. Sin embargo, acarrean graves consecuencias para el presente de la moneda sometida a la especulación: si son muchos los que suponen su caída, se convierte en una divisa de riesgo y deja de valer lo mismo a la hora de pagar, por ejemplo, deudas con ella: los intereses sobre los préstamos suben, ergo, estos le resultan más caros al deudor.

La posibilidad de que algún Estado de la eurozona- Grecia en primer lugar, pero también Portugal, España, Irlanda o incluso Italia- pudiera declararse en bancarrota disparó las predicciones en contra del euro, haciendo peligrar su estabilidad, lo que traería consecuencias para toda la región. El paquete aprobado la noche del domingo en Bruselas no hace sino que tratar de descartar la posibilidad de que se derrumbe la economía de alguno de los países en los que está en curso la moneda única: los 750.000 millones de euros son la garantía de que, si un país lo necesita, habrá dinero a buen precio para socorrerlo, y esta certeza sirvió para desinflar las apuestas "anti-euro".

¿Cómo funciona el paquete de estabilización del euro? ¡Siga leyendo!

El euro venía en bolsitas estas entró en circulación. Algunos quisieran devolverlo a ese lugar.Imagen: AP

¿Cómo funciona el paquete?

El paquete de estabilización del euro consta de tres partes. La primera la componen 60.000 millones de euros que, desde ya, la Unión Europea pone en forma de créditos directos al servicio de los países de la eurozona que se encuentren en aprietos financieros graves y demuestren no poder salir de ellos por sus propios medios.

El segundo pilar está dotado de 440.000 millones de euros, pero esta vez no se trata de préstamos sino de garantías, que no proceden de la UE como institución sino de los Estados miembros. El mecanismo es el siguiente: se creará lo que en el lenguaje económico se llama un Special Purpose Vehicle (SPV) y que se define como una compañía constituida para cumplir un fin determinado, en este caso, ayudar a los países con la moneda única en dificultades.

Esa agencia emitirá, en caso de que algún país le pida intervenir, bonos de renta fija y los venderá en el mercado financiero. Lo recaudado gracias a estos papeles se lo entregará a un interés aceptable al solicitante de la ayuda. Éste tendrá que devolver la cuantía, más los mencionados intereses, y de esos fondos se servirá el SPV para pagar a quienes adquirieron los bonos.

El problema surgiría si algún Estado no pudiera devolver lo que el SPV le prestó. Entonces, para pagar a los inversores- a quienes compraron los papeles- se echaría mano de los 440.000 millones de euros que los socios comunitarios ponen ahora como aval sobre la mesa, repartidos proporcionalmente en función del peso de cada cual dentro del Banco Central Europeo (a mayor peso del país, más garantías asume).

Es decir, que si España no pudiera superar sus problemas económicos y se viera obligada a recurrir al SPV para recibir una inyección de capital, no lograra en lo sucesivo poner en orden sus finanzas y le fuera imposible hacer frente a la deuda que adquirió con la agencia, Alemania y los restantes Estados de la zona euro responderían por los españoles, pagando de su bolsillo lo que costaron los bonos más los intereses que se ofrecieron por ellos.

Por último están los 250.000 millones de euros que pone el Fondo Monetario Internacional. Pedirle créditos al FMI resulta más económico, a nivel de intereses, que solicitárselos a la UE o al SPV, pero las exigencias del organismo en lo que a planes de recorte y ahorro se refiere son, como es sabido, mucho más duras.

Para finalizar la constelación de apoyos y guardaespaldas económicos cabe mencionar la controvertida modificación de las funciones del BCE. La entidad comunitaria podría emitir dinero para hacerse con bonos públicos de países en problemas, lo que aumentaría el valor de los mismos (al crecer la demanda) y supondría a la vez una entrada de fondos para dichos Estados. Sin embargo, dicen los críticos que el dinero adicional en circulación podría influir en la inflación y que asumir riesgos de este tipo no es tarea del BCE: si el país propietario de los papeles no puede pagar, el banco se quedaría con unos bonos que no valen nada.

Días difíciles para Angela Merkel en el Parlamento alemán.Imagen: AP

Los alemanes, escépticos

Dicen los expertos que la crisis en la eurozona se debe a que aquí se ha vivido por encima de las posibilidades reales de las economías: de nuevo, sirviéndose de dinero que no existía realmente. Estados como los del sur del continente están altamente endeudados, pero también Alemania sufrió durante algunos años para cumplir los criterios del Pacto de Estabilidad europeo, que no permite que la deuda pública supere el 3% del PIB, y sus arcas presentan hoy un desolado aspecto.

Por eso, muchos alemanes ven con desagrado que su Gobierno acuda al rescate de Grecia, que mintió repetidamente acerca del alcance de sus finanzas y no frenó la corrupción, y tampoco les tranquiliza la idea de que, si algún Estado sureño se va al traste, vayan a tener que salvarlo con unos fondos que, en realidad, no tienen.

Sin embargo, Alemania ayudará a Grecia, eso ya se supo la semana pasada. Y el Gabinete de gobierno germano acaba de aprobar el destino de 123.000 millones de euros, y podría ser un 20% más, a ofrecer las garantías que le corresponden como país con una cuota de participación en el BCE que ronda el 28 %. En este caso aún faltan la aprobación de Bundestag y Bundesrat, las dos Cámaras del sistema alemán. El proceso hasta el visto bueno definido será aún largo, advirtió la canciller, pero con él "se está salvaguardando el dinero de todos", no se cansa de repetir Merkel.

Autora: Luna Bolívar

Editora: Claudia Herrera Pahl

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